Y es que ya hace tiempo que el sector bancario vive bajo la lupa de una sociedad muy sensible a todo el que rodea la gestión del dinero. Casos como el de la Banca Privada Andorrana (BPA), acusada por las autoridades norteamericanas de blanquear dinero, noayudan. Precisamente este domingo, los principales accionistas de la banca andorrana, los hermanos Higini y Ramon Cierco, han revelado que un año antes de la intervención del FinCEN, BPA había advertido el Instituto Nacional Andorrano de Finanzas (INAF)"de todos los procesos judiciales que, potencialmente, podían contribuir a afectar la reputación del sistema financiero del Principado".
Aseguran ahora que "ni el INAF ni ninguna otra autoridad administrativa andorrana informó de este hecho a la agencia dependiente del departamento del Tesoro americano"; según ha informado la Agencia EFE.
Para mirar de recuperar un camino de credibilidad hacia el sector, la mesa redonda organizada por la ABE a Esade pretendía debatir cómo son de socialmente necesarias las entidades financieras. "La banca es diferente a cualquiera otro sector. Por necesidades lógicas de los depositantes y el riesgo específico, ha tenido un tratamiento diferente que otros sectores", justifica Soler. Ahora bien, deja claro que este trato distintivo "requiere al otro lado de la balanza mayores exigencias. Yatiene de reguladoras, pero tambiéntendría que tener de fiduciàries".
La pérdida de la reputación y la confianza es un inconveniente que hay que revertir. "Si no se consigue puede repercutir gravemente en su viabilidad. Se tienen que mejorar incentivos, transparencia, responsabilidad social, más profesionalidad, mejores códigos de conducta y participante a mejorar el equilibrio entre oferta y demanda en el sector", enumera Soler.
"Hay cosas que podemos hacer mejor"
Jordi Vado, economista en cabeza de CaixaBank, admite que "hay varias cosas que podemos hacer mejor, algunas por mutuo propio y otros porque nosincentiva el regulador". Vado justifica que no es una tarea sencilla puesto que "el producto financiero es complejo. Esto requiere mejorar la formación de nuestros trabajadores y también de nuestra clientela".
CaixaBank, Banco Sabadell, ICF e IEF debatieron sobre el sector financiero. PGF |
Y es que con los tipos de interés actuales, prácticamente aferrados a cero, "a la clientela le tenemos que ofrecer cada vez más productos alejados de los depósitos estándares. Los tenemos que ayudar a entender su planificación financiera", anuncia el responsable de CaixaBank. "Esto no sé si es marketing, pero es atender la clientela y velar por su futura situación financiera". Vado destaca que las entidades financieras "tenemos que asegurar que el que hacemos a la entidad es en beneficio de todos los stake holders, incluyendo la sociedad".
Carlos Ventura, director de banca comercial y director general adjunto del Banco Sabadell, concuerda que "tenemos que tener un enfoque más de cliente y no de producto. Además, han salido unas entidades mucho más reforzadas en capital, regulación y forma de proceder. Esto tiene que garantizar que tengan una actuación responsable".
Por el dirigente del Sabadell, el más interesante de todo este proceso es que "la banca haya hecho una reflexión sobre la mejor manera de tener un negocio a largo plazo, que es tener una relación con los clientes que también lo sea".
Ventura añade que "el portfoli de productos que ofreces al cliente tiene que ser coherente y adecuado a su perfil de riesgo". Un aspecto que "hoy es muy importante en un momento donde los tipos de los depósitos son muy bajos. La gente se pregunta qué tiene que hacer y puedes caer a la tentación de hacer cosas que no tocan", alerta. El único objetivo, asegura, "es obtener la máxima rentabilidad de los recursos de los clientes".
"Los ahorros de los clientes han aumentado su riesgo"
Justamente la situación de los tipos de interés está provocando una mayor apuesta por productos de más riesgo que los tradicionales depósitos. Los fondos de inversión o los planes de pensiones están ganando cuota. Un movimiento que Josep Soler califica de "positivo porque teníamos una actitud demasiado conservadora en depósitos".
A pesar de todo, el director general del IEF, advierte que "en algunos casos puede haber un exceso de riesgo en esta entrada tan fuerte en fondo mixtos con rentabilidades muy elevadas". Un riesgo que sobre todo pasa por la carencia de absoluta comprensión de estos productos por parte del cliente.
"La regulación tiene que ser igual para todos"
Uno de los elementos que tiene que ayudar a evitar que se vuelvan a cometer excesos, especialmente en el análisis de riesgos, es la regulación. "Las normas de buen gobierno se espera que tengan impacto en la toma de decisiones para no tomar riesgos excesivos", afirma Jordi Vado. El directivo de CaixaBank apunta que "los directivos y los consejos de administración, cuando hay dinero fácil, no tendrán que tener un comportamiento tan alegre en el análisis del riesgo".
Josep Ramon Sanromà, presidente del Instituto Catalán de Finanzas (ICF), reclama que "la regulación tiene que ser igual para todos. Tener una para la banca privada y una para la pública se ha acabado". A su entender, las entidades financieras públicas, como la ICF, "tienen que asumir riesgos para aportar valor. Ahora ya no pueden limitarse sólo a aportar liquidez". Esta nueva visión se tiene que traducir a "compartir riesgo con las privadas para canalizar mayor crédito a las pymes, que son las que han tenido más dificultades", destaca.
Precisamente mejorar la financiación de las pymes, que conforman el grueso empresarial del país, es uno de los retos donde el sector financiero tiene que ayudar. "El 80% de la financiación de las pymes viene del crédito bancario. En Europa es más bajo, y en los Estados Unidos llega al 40%", recuerda Sanromà; que reclama que "hacen falta productos alternativos de recursos de financiación. Si miramos a los próximos 10 años los instrumentos híbridos irán creciente".
Jordi Vado, de CaixaBank, admite que "a la banca le interesa quehaya disponibles estos sistemas alternativos, pero hay que advertir sobre su estabilidad". Asegura que "están más o menos organizados, y en momentos de crisis también cierran. El acceso a este tipo de financiación también puede desaparecer en momentos de terremoto". Por todo ello, concluye que "la banca privada se ha basado a conocer muy bien el cliente y ser muy cerca suyo en los bonos y en los malos momentos. En cambio un mercado es una operación, es frío y puede desaparecer cuando lo necesitas".