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Lumar Química, fluidos con sello catalán para Repsol, Cepsa o Shell

Lluís Ribera y María Antònia Serra fundaron en Barcelona una empresa que se ha convertido en un referente en el mundo de los lubricantes

Maria Antonia Serra i Lluis Ribera Lumar
Maria Antonia Serra i Lluis Ribera Lumar
Bernat Bella
Periodista
10 de Marzo de 2025

Lluís Ribera decidió emprender su propio camino en el sector químico después de años trabajando para otras empresas. Era 1994 y los primeros años distribuía productos de un único proveedor francés para España y Portugal. Más de 30 años después, Lumar Química se ha convertido en un referente en el mundo de los fluidos para anticongelantes o lubricantes y su materia prima se encuentra en productos de los grandes gigantes del sector como Repsol, Cepsa o Shell. 

 

El inicio de la aventura

La oportunidad le llegó a Lluís Ribera cuando una empresa francesa le planteó la representación de sus productos en la península Ibérica. Así nació Lumar Química, con Ribera y su socia, María Antònia Serra. Eran ingredientes base para la fabricación de lubricantes. Como ya tenía experiencia en el sector, conocía potenciales clientes y el producto tuvo salida. 

Desde el principio, había un factor que los diferenciaba de la competencia: "Además de ser una empresa de distribución y un operador logístico, nuestro conocimiento y experiencia nos permitía ofrecer un soporte técnico a nuestros clientes". Así, además de proveer la materia prima, asesoraba a los fabricantes de lubricantes sobre cómo podían mejorar sus productos. 

 

La expansión de Lumar Química

"Empezamos dos personas y un único proveedor", recuerda Ribera. Pero pronto, en 1997, ya amplían su catálogo con otros proveedores. El negocio va creciendo y en 2006 y 2007 abren filiales en Francia e Italia. El fundador de Lumar explica que su papel es el de intermediario entre dos multinacionales, los proveedores de los ingredientes químicos y el cliente, que son los fabricantes de lubricantes, aceites de motor, anticongelantes o anticorrosivos.

Ribera señala que una de las claves de su crecimiento internacional han sido precisamente estas multinacionales que tienen una presencia muy extensa y que los llevan a sus diferentes filiales. "A nuestros clientes y proveedores les gusta que seamos globales, porque tienen un único interlocutor".

Del coche a casa

Los ingredientes provistos por Lumar Química se encuentran en multitud de productos que forman parte de nuestro día a día. Desde el aceite de motor de los coches hasta los mecanismos de los ascensores, pasando por cualquier operación de la industria. "No hay ningún cliente que se dedique a la fabricación de lubricantes a quien no le vendamos nada", destaca Ribera.

Los nombres de los clientes dan fe de ello: Repsol, Cepsa, Shell, BP o Castrol. Y también referentes locales, como pueden ser Brugarolas o Cogelsa. "Les cubrimos todas las necesidades. Nuestra diferencia es que hacemos la aportación técnica y les ayudamos en cualquier problema, porque nuestro portafolio es muy amplio", añade. Experiencia, conocimiento y producto son las claves de Lumar Química, que también se reivindica como un operador logístico, que es su esencia. 

El cisne negro de la economía

La expansión ha estado siempre en el ADN de Lumar Química. La década de los 2010 sirvió para expandir el catálogo e ir más allá de los lubricantes, adentrándose en los anticongelantes, anticorrosivos, detergentes industriales o combustibles. A partir de 2020, vivieron un segundo crecimiento geográfico, implantándose en el norte de África en países como Egipto, Marruecos o Túnez. Y, más recientemente, dando el salto a América, con una nueva filial en México. 

Todo ello en medio de un escenario geopolítico complicado para el comercio internacional. Ribera hace referencia a los cisnes negros, aquellos hechos muy poco probables pero con gran implicación. La guerra comercial, la pandemia, el colapso en el canal de Panamá o la guerra en Ucrania son algunos ejemplos de los últimos años. "Antes las cosas eran más tranquilas, pero nosotros nos adaptamos muy rápidamente a los cambios del entorno", enfatiza. 

Ribera: "Crecer ha sido una manera de protegernos"

Actualmente, Lumar Química tiene presencia en más de treinta países y factura más de 31 millones de euros. Todo ello manteniendo su sede en Barcelona, pero con presencia física en otros países. "Lo que sabemos hacer es ayudar a nuestros proveedores a vender el producto", resume Ribera. En sus tres décadas de actividad también han visto cómo Europa ha perdido soberanía industrial y los grandes fabricantes han trasladado la producción a Asia. "Se ha perdido soberanía y tecnología en Europa. Cuando empezamos había tecnología europea que no tenía competencia. Y ahora se ha perdido todo", reflexiona.

Como explicaba el mismo Ribera, Lumar Química ha tenido que ir adaptándose a cada cambio y siempre expandiéndose: "Siempre hemos ido creciendo. Crecer ha sido una manera de protegernos".