En los últimos 100 años, Barcelona ha cambiado de cara constantemente. A las renovaciones de edificios míticos se han sumado nuevas construcciones, un hecho que muestra el crecimiento de la ciudad. Hay pocas entidades que puedan explicar esta transformación desde los orígenes, pero una de ellas es Mimeisa Asset Management. Con más de 100 años de historia, esta empresa familiar catalana de cuarta generación se encarga desde hace décadas de gestionar edificios míticos como el del Hard Rock Café, el Diagonal Beethoven o tiendas de lujo como la de Kenzo en el paseo de Gràcia. ¿Su apuesta de futuro? La sostenibilidad.
Hoy, la empresa divide su cartera de más de 45 activos en tres tipologías: 37% de hospitality, 37% de retail y el 26% de oficinas. Sus raíces se encuentran en Piera (L'Anoia) y continúan manteniendo la raíz catalana, aunque se hayan extendido por otras grandes ciudades como Madrid, donde también gestionan los apartamentos de lujo GZ19. Sin embargo, no ha sido fácil alcanzar una posición de liderazgo en el mercado de activos de oficinas, residenciales, comerciales y hoteleros en entornos urbanos y prime. Ni tampoco barato.
"Todo lo empezó mi bisabuelo Miquel, que aprendió el oficio de forma artesanal con sus hermanos", recuerda a VIA EmpresaMiguel Casas. Él es el actual CEO. Preguntado por la historia de la compañía, recita de memoria todos los movimientos históricos que han llevado a Mimeisa hasta donde está ahora. De la primera generación que emigró de Piera a la ciudad condal, recuerda que "trabajaban los 365 días del año" y que "empezaron con locales comerciales".
A partir de la segunda generación, Mimeisa se modernizó y profesionalizó como empresa
Seguidamente, dieron el salto a los pisos, pero el gran cambio no se produjo hasta la siguiente generación. "Mi abuelo Joan estudió comercio y arquitectura técnica, y se dio cuenta de que la forma de gestionar la empresa era muy mejorable", continúa Casas. Así, su padre apostó por él y decidió vender su parte del negocio para prestarle el capital de la venta para su propuesta de construcción y promoción.
Joan introdujo innovaciones técnicas y cambió el modelo de financiación de la firma. Un proceso de profesionalización que pronto daría resultados: la empresa era más rentable que nunca. Por su parte, él era un adicto al trabajo (workaholic). Así, hasta que un ataque al corazón a los 45 años lo cambió todo: "A partir de entonces, dijo que debía bajar el ritmo y decidió comenzar a patrimonializar".
Al mismo tiempo, formó a sus dos hijas. Una de ellas era la madre de Miguel. Ella sería quien relevase a Joan al frente de Mimeisa después de estudiar Económicas, pero antes dirigió con éxito grandes propiedades de la compañía, como el hotel Royal Ramblas, en el centro de Barcelona. Una de sus ayudantes fue su hermana María José, la encargada de compras de la firma.
"Cuando mi tía nos dejó, mi madre decidió profesionalizar la empresa y contrató a un director general que venía de la banca", apunta. Así se mantuvo hasta el año 2016, con el ascenso al poder de quien hoy es el CEO de la compañía. Cuando Casas asumió el cargo, Mimeisa ya era una empresa dedicada plenamente a la gestión patrimonial de edificios y de negocios como hoteles y restauración.
La sostenibilidad, apuesta de presente y futuro
En un momento en que la huella ecológica está bien presente en el día a día de las empresas, el sector inmobiliario no se puede quedar atrás. O, al menos, así lo ven desde Mimeisa. "Hoy, los clientes quieren productos y servicios con alma y que haya un valor añadido no solo para ellos mismos, sino para la comunidad", reflexiona Casas. Por este motivo, su inmobiliaria quiere dejar un "legado" que comienza con formaciones sobre sostenibilidad a los mismos clientes. "Algunos quizás no lo valoran, pero hay otros que sí y están dispuestos a pagar un sobrecoste por hacer bien las cosas", agrega.
En el caso de las oficinas, esta concienciación comienza desde el momento en que se firma el contrato con el inquilino. "Añadimos cláusulas verdes y los obligamos a contratar una energía renovable que no suponga un sobrecoste. Obviamente, nosotros les ayudamos", puntualiza. Es un ejemplo de la cantidad de "normativas sostenibles" que estipulan en los documentos. "Es curioso porque nadie se queja. Algunos pueden criticar el precio o las carencias, pero de la cláusula de sostenibilidad nadie se ha quejado", comenta Casas.
Las cláusulas verdes también se incluyen en los contratos residenciales, pero tampoco generan controversia. "Creo que los clientes sí que se fijan y que lo valoran", insiste. El CEO de Mimeisa lo atribuye a una cuestión de encaje de perfiles y del "valor" que tiene su propuesta: "En nuestros edificios también buscamos el engagement a través de clases de yoga o colaboraciones especiales con fundaciones para el día de Sant Jordi", explica.
Recientemente, Mimeisa ha recibido la certificación BCorp, un reconocimiento por su bienestar ambiental, social y económico
Todo esto comenzó hace ocho años, con la llegada al cargo de Casas, y se ha coronado con la reciente certificación BCorp, un reconocimiento por la organización ecológica BLab que premia a las empresas comprometidas con el bienestar ambiental, social y económico. "Es uno de los estándares más altos en cuanto a buenas prácticas", destaca el dirigente. A pesar de que Mimeisa no es una empresa que cotice en bolsa, el CEO piensa que recibir esta distinción puede ayudarles a la hora de "captar talento y encontrar sinergias con gente del sector".
¿Cómo resolver el problema de la vivienda?
Mientras Mimeisa acumula reconocimientos y refuerza su posición en el mercado inmobiliario, hay una tendencia opuesta para mucha gente. El problema de acceso a la vivienda es una cuestión a la que no quieren darle la espalda. "Es un drama", avanza Casas. Desde su punto de vista, el conflicto se encuentra en el transporte y la poca conectividad que hay entre las grandes ciudades y los municipios cercanos. "No puede ser que una persona que viva en Mataró, Gavà, Sant Cugat del Vallès o Terrassa tarde una hora y media en llegar a Barcelona. En total, son tres horas, además de todo el desgaste que implica", critica.
Aun así, su solución pasa por "construir coronas" y agilizar el acceso a capitales como Barcelona o Madrid, ya que "es imposible que todo el mundo viva en la misma ciudad". Sin embargo, también denuncia que los políticos no quieren arreglar el problema debido a los tiempos que llevan las reformas: "Si empiezan a hacerlo los de ahora, saben que quienes se llevarán el crédito serán los de la siguiente legislatura".
Mimeisa apuesta por el "modelo híbrido" en las oficinas, por locales comerciales "más grandes y con más experiencia" y por un turismo que "priorice la calidad a la cantidad"
En cuanto al sector oficinas, Casas defiende el "modelo híbrido" entre la presencialidad y el teletrabajo, y cree que las empresas "se están comenzando a dar cuenta", después de un periodo en que el teletrabajo había repuntado con fuerza. En cuanto a los hoteles, el CEO de Mimeisa apuesta por un modelo turístico que "priorice la calidad a la cantidad", es decir, en la línea de la estrategia del Gremio de Hoteles.
Finalmente, el empresario cree que el comercio electrónico generará un "cambio relevante" en los ejes comerciales de las ciudades y, por lo tanto, afectará a los locales comerciales que también gestiona Mimeisa. "Ahora necesitamos menos locales, pero tienen que ser más grandes y aportar más experiencia", concluye. Es la receta de éxito de una de las family offices con más trascendencia en el sector inmobiliario catalán.