Miquel Martí nació en Barcelona en el año 1970. Aunque cuenta con una amplia trayectoria en el sector privado, no fue hasta 2013 cuando se embarcó en "el proyecto de su vida": el Tech Barcelona. Lleva más de una década diseñando y liderando la asociación tecnológica más grande del sur de Europa, que cuenta con tres sedes en la ciudad condal: el icónico Pier01, el Pier03 y el Pier07. Se trata de tres edificios que acogen una gran parte del pastel del tejido emprendedor catalán, y lo refuerzan mediante el impulso de empresas emergentes, el fomento del talento y el empoderamiento del ecosistema. Y es que, en los últimos años, tanto la agenda de Martí como la entidad echan humo: sin ir más lejos, en 2023 reunió a más de 20.000 asistentes en las más de 360 actividades que llevó a cabo -es decir, una al día de media-, y registró más de 1.000 conexiones entre los agentes involucrados; todo, entre las paredes que han visto crecer a algunos de los principales unicornios en España, como Glovo o Wallapop.
En 2023, el Tech Barcelona reunió a más de 20.000 asistentes en las más de 360 actividades que llevó a cabo
La inmersión de Miquel Martí en el mundo laboral, sin embargo, se remonta al año 1995, cuando con un cuarto de siglo de vida y un año después de terminar los estudios de ingeniería industrial en la Universitat Politècnica de Catalunya, pasó a formar parte de Mimaven, la firma fabricante de equipos de electrónica fundada por su padre en Rubí. Todo apuntaba a que Martí, el mayor de tres hermanos, acabaría asumiendo el mando de la firma, y así fue: en los once años de trayectoria que desarrolló en la empresa vallesana -período que aprovechó para estudiar un máster en administración de empresas-, ocupó diversas posiciones, pasando de ejercer como técnico a director general adjunto.
Cuando las reuniones familiares se convierten en "consejos de administración"
Pero, tal y como Martí recuerda a la periodista Mar Galtés en su Barcelona startup, "cada reunión familiar se convirtió en un consejo de administración", hecho que impulsó al ingeniero a abandonar la empresa y explorar nuevos horizontes. Asimismo, en 2006 inició una nueva etapa en Aidit, la empresa propiedad de las universidades politécnicas de Catalunya y de Madrid, como responsable de la sede de Barcelona. Cinco años más tarde dio el salto a Biocat para impulsar el International Center for Scientific Debate y ejercer como director de finanzas, de innovación y de desarrollo de negocio, hasta que recibió la llamada de su amigo y asesor de Biocat, Ignasi Costas, con un suculento proyecto entre manos: el Ecommerce&Tech Barcelona.
"Para hacer investigación tienes que ser muy bueno, y la combinación de no ser excelente en investigación, y que la gestión me gustaba, me llevó a hacer un nuevo salto en mi trayectoria", explica Martí en una conversación con VIA Empresa en la sede principal del Tech Barcelona, el Pier01. "En un momento determinado, Ignasi Costas me trucó para comentarme que, con en Miguel Vicente, CEO y fundador de LetsBonus, estaba montando un proyecto con mucha carga tecnológica que creía que tenía que liderar yo; y después de un viaje a Chicago, que me sirvió como periodo de reflexión, acepté", recuerda.
Ecommerce&Tech Barcelona, el inicio de la asociación tecnológica más grande del sur de Europa
Así pues, allá por 2013, la Luna eclipsaba a Júpiter, Leo Messi ganaba su cuarto Balón de Oro, y en la ciudad condal nacía el Ecommerce&Tech Barcelona, que con el nombre de Tech Barcelona acabaría convirtiéndose en la asociación tecnológica más grande del sur de Europa: entre fundadores, emprendedores, inversores y líderes digitales, la entidad ya cuenta con un total de 1.400 socios, ofrece apoyo a más de 90 grandes corporaciones que quieren acercarse a las tecnologías más disruptivas y suele reunir a más de 20.000 personas cada año, gracias a eventos como el Tech Spirit, el punto de encuentro anual de referencia que, precisamente, los pasados miércoles y jueves celebró la quinta edición en una Llotja de Mar repleta de caras conocidas en el ecosistema emprendedor catalán.
Miquel Martí, quien desde entonces ha ejercido como director ejecutivo del organismo, reconoce que el trabajo lo acompaña "las 24 horas del día los 365 días del año, y hasta puntos enfermizos". No obstante, asegura que esta "es su pasión", motivo por el cual encontrar "ventanas de desconexión" para dedicar tiempo a su gran hobby, el baloncesto, es suficiente para continuar involucrándose en cuerpo y alma en lo que, según la revista Forbes, es uno de los principales espacios de innovación a escala mundial.
Barcelona, "la gran marca de una buena ciudad donde vivir"
Y es que este espacio no podía ubicarse en otro lugar que no fuera uno de los principales hubs tecnológicos de Europa: "El éxito de Barcelona como ecosistema digital europeo radica en el trabajo hecho previamente, tanto en el ámbito público como en el privado, así como en la presencia de unos cuantos emprendedores que creyeron que la tecnología debía ser el centro de todo lo que estaban desarrollando, y que hacen que todo esto comience", apunta Martí. Si bien el CEO de Tech Barcelona sitúa el origen de este movimiento en la era postolímpica, el hub barcelonés no se unifica hasta finales de 2011 y comienzos de 2012, cuando, quien entonces era el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, visita la sede de LetsBonus, la firma de comercio electrónico que simboliza uno de los grandes casos de éxito del ecosistema catalán.
Martí: "Que un ecosistema se aglutine de una manera privada y pública es muy potente, y permite que todos saquemos provecho de la gran marca de Barcelona"
"A partir de aquí comienza todo", comenta Martí: "El sector público lanza incubadoras públicas, seguimos teniendo oleadas de emprendedores con cada vez más éxito, contamos con grandes compañías instaladas y, finalmente, Barcelona eclosiona con la consolidación del Mobile World Congress y el nacimiento del 4YFN, y la aparición del Tech Barcelona como aglutinador de un ecosistema que estaba fragmentado". En este sentido, el CEO del Tech Barcelona destaca "que un ecosistema se aglutine de una manera privada y pública es muy potente, y permite que todos saquemos provecho de la gran marca de Barcelona, la gran marca de una buena ciudad donde vivir y donde desarrollar un proyecto profesional".
Los Piers, las incubadoras catalanas de unicornios
Como representante de este último sector, precisamente, Martí destaca "las muchas energías" que dedicó a la creación de los tres Piers, como grandes encargados de abrazar la innovación y el talento. "Es algo que detectamos que funcionaba en otros lugares del mundo con los que queremos competir, como Londres, París, Berlín o Nueva York", relata Martí, quien define estos espacios como "la serendipia, o dicho de otra manera, la conversación informal o el encuentro en el ascensor que puede provocar un nuevo negocio, una nueva idea o una nueva colaboración". Concretamente, todos aquellos proyectos que han visto la luz durante la historia del Tech Barcelona, entre los que destacan hasta cuatro unicornios que han pasado a formar parte de la historia del selecto club de los mil millones: "Hemos tenido compañías muy señaladas como Holaluz, que ha tenido un peso muy importante en el desarrollo del ecosistema, Antai Venture Builder, de donde han salido Glovo o Wallapop, dos de los referentes que hay actualmente en España, o uno de los mejores unicornios que ha tenido el país, Letgo".
Martí recuerda tiempos pasados, cuando Letgo fue adquirida por el grupo OLX en el año 2020, coincidiendo con el estallido de la pandemia, y cuando la inteligencia artificial, a pesar de estar presente en la sociedad, aún no había estallado. "Ahora, hemos pasado de unos modelos de negocio basados en reinventar modelos existentes usando la tecnología, a comenzar a tener empresas de base tecnológica donde la IA está en el centro de su desarrollo". "Especialmente, aquellas que se dirigen al sector de la salud son muy potentes, lo que está pasando en Barcelona en los ámbitos de la tecnología y la salud es un caso de éxito espectacular".
"Los ecosistemas son buenos si el talento es bueno"
Albert Einstein nunca pensaba en el futuro porque “siempre llega demasiado pronto”. Miquel Martí tampoco lo hace, porque este ya está aquí: “El Tech Barcelona evoluciona cada día como entidad de ecosistema que es”, dice, y añade que “lo que estamos viendo es que comenzaremos a tener más empresas de base científica que provienen del conocimiento universitario, hecho que se traduce en más talento. Y eso favorecerá nuestro ecosistema, porque los ecosistemas son buenos si el talento es bueno”.
Martí: “El éxito de Barcelona como ecosistema digital europeo radica en el trabajo hecho previamente"
El joven Miquel, que allá a finales de los 80 transitaba los pasillos de la UPC, “definitivamente nunca” habría imaginado acabar liderando uno de los ecosistemas más potentes de Europa. “Hoy en día, si pudiera hablar con él, le diría que intente entender todo lo que hace. Por qué está haciendo las cosas y a dónde quiere llegar”. “También le diría que se rodee de buenas personas y que no sea tan dogmático. Aunque a veces le servirá para defender ciertos proyectos, también puede cerrarle puertas”.
Por ahora, las del Tech Barcelona no prevé cerrarlas; están más abiertas que nunca.