¿Habéis pensado alguna vez cuánto de tiempo pueden pasar las personas ante una barra esperando a ser atendidos? Es el día a día de las discotecas y los establecimientos de ocio nocturno; grandes aglomeraciones, colas y vasos que pierden parte del contenido mientras pasan entre diferentes manos. Mixo es una startup que -con la colaboración de BarcelonaActiva- busca una manera rápida y sencilla de cubrir las necesidades de los clientes y, a la vez, reducir el volumen de trabajo de los trabajadores de las discotecas, creando un producto innovador basado enla tecnología.
"La media de espera en la barra de una discoteca son unos 15 minutos", explica Martín Cohen, fundador de la compañía. Él, junto con su socio Matteo Grippa, consiguieron construir el primer prototipo de máquina expendedora de cócteles para discotecas y bares musicales: "Es un producto que ya existía en los bares, pero de normal por uso exclusivo de los trabajadores", añade Cohen. Así pues, su máquina es de uso exclusivo para clientes y tiene la función de hacer las mezclas perfectas ante las necesidades del cliente.
La máquina que han diseñado en Mixo no dista mucho de una máquina convencional expendedora en el ámbito estético, aún así cambia totalmente la manera de servir bebidas en la barra: "Puede ser un complemento para los barmans, puesto que consigue reducir su trabajo exponencialmente", explica el cofundador. Además, la misma startup calcula dentro de su página web los beneficios que aportará a cada empresa la introducción del producto. Así pues, un propietario de un local puede prever cuando le costará mantener la máquina dentro de sus instalaciones: "Nosotros calculamos que nuestro cliente se ahorra un 25% en sus ventas y nos aseguramos del hecho que tenga ahorro", añade Cohen.
Cohen: "Nosotros calculamos que nuestro cliente se ahorra un 25% en sus ventas y nos aseguramos del hecho que tenga ahorro"
Desde su lanzamiento, la empresa ya opera en Barcelona y Telabib, pero no descarta una internacionalización más grande debido a la poca competencia que ha encontrado en el sector: "Nos encontramos solo, puesto que no hay máquinas expendedoras de bebidas alcohólicas, entonces podríamos decir que competimos en un mercado con otras empresas de este estilo como Nespresso", hace referencia Cohen, pero también enfatiza el hecho que de momento no han encontrado un modelo de negocio similar al suyo.
El ahorro final para el propietario
Este producto no solo busca aligerar el trabajo de los trabajadores de detrás la barra sino también ahorrar las pérdidas y mantener conectado en todo momento el propietario con su stock. "Hemos comprobado que en cada vaso se derrochan 20 mililitros de bebida alcohólica y 80 mililitros de combinación y esto puede provocar -a la larga- pérdidas importantes", explica Cohen.
Por lo tanto, con su modelo de suscripción incluye la máquina que va conectada a un servidor que facilita todas las gestiones: "Además también avisa de la falta de bebidas y es muy fácil de controlar", describe el cofundador de Mixo. Otro de los beneficios para los propietarios es que el precio de las bebidas que sirve la máquina de Mixo son escogidos por los mismos gerentes de los locales y, por lo tanto, acaban por vender el mismo producto de manera más rápida al mismo precio.
Cohen: "Hemos comprobado que en cada vaso se derrochan 20 mililitros de bebida alcohólica y 80 mililitros de combinación y esto puede provocar -a la larga- pérdidas importantes"
Barcelona, un punto de encuentro
Barcelona es una capital que acoge cada año miles de estudiantes que vienen a formarse en Catalunya. Este fue el caso de los fundadores de Mixo, que empezaron suss estudios aquí y decidieron continuar innovando y emprendiendo en la misma ciudad, a pesar de ser de otros países: "Al final vimos que en Barcelona no solo había talento y gente internacional, sino que todo el ecosistema era ideal para crear contactos y networking", remarca el fundador de la compañía.
El público objetivo de Mixo podria ser cualquier persona cansada de colas y aglomeraciones para conseguir una bebida en una discoteca. Su producto innovador quiere, sobre todo, crear una marca propia y conseguir crear una comunidad que quiera consumirlo, porque tal como recuerda Cohen: "Nosotros -como cualquier empresa- queremos crear fanatismo, pero del bueno".