La pandemia no ha dejado a ningún sector indiferente, pero la moda y los diseños fueron uno de los ámbitos mucho más trastocados por las restricciones y el confinamiento. Desde entonces, muchos diseñadores que tenían su espacio físico o participaban otros espacios por sus marcas se han encontrado desamparados y sin saber muy bien cabe donde continuar su negocio. Aquella frase de "juntas ganaremos" cobra sentido después de la pandemia por cinco diseñadoras que, contra todo pronóstico fundan Moode, un espacio donde converger y continuar creando de manera conjunta.
"Tuvimos la necesidad de juntarnos y compartirlo todo", explica Roberta Modena, una de las diseñadoras de Moode. Junto con Svetlana Ko, diseñadora de Anakon; Lisa Ivarsson; Zhanna Dymchenko, diseñadora de Zhannaona y los diseños de Sentido Alegre, impulsaron un proyecto que ya ha hecho ruido dentro del mundo de la moda. "El objetivo era conseguir ayudarnos en el día a día", recuerda Modena. Una opinión que también comparte Dymchenko quién explica cómo el hecho de estar juntas en un mismo espacio ayuda a la "cocreación y el networking".
La última novedad que han abierto este grupo de diseñadoras es un showroom de la mano de Barcelona Activa, que no solo ha demostrado ser un éxito sino que ha relanzado sus ventas privadas: "La idea principal era exponer todo aquello que hemos creado durante la pandemia", explica Ko. Y es que la moda es uno de los grandes elementos que crea comunidad, una clientela que Moode denomina como "interesados" y como tal "se tiene que conseguir conectar con nuestro público", reconoce la creadora y diseñadora de la marca Zhannaona.
Ko: "Queremos hacer en tres años el que muchos diseñadores hacen en diez"
Después del éxito de su showroom, las diseñadoras de Moode no quieren parar aquí. Gracias a la creación de comunidad y contenido, Moode se podría llegar a convertir en un espacio esencial donde los diseñadores podrían entrar a compartir sus experiencias y contactos: "No nos hemos planteado cerrar el grupo, igual que el hecho de ser todas mujeres, todo ha sido un crecimiento orgánico", explica Modena. Así pues, el grupo de mujeres diseñadoras está dispuesto a seguir creciente y ampliando sus ventas en otros países: "Tenemos una gran diferencia hacia donde vendemos más, por eso queremos empezar a abrir otras showroom en diferentes países y movernos cada vez más", describe Ivarsson. Un argumento que todavía lleva más allá Ko, puesto que explica que la misión es "hacer en tres años el que muchos diseñadores hacen en diez".
Ser complemento y no competencia
No es ningún secreto que el mundo de la moda es muy competitivo, puesto que cada dos por tres algún diseñador o alguna nueva marca intenta buscar un lugar en el mercado. Para las diseñadoras de Moode la competencia no es un problema, sino que todo el contrario: "Siempre hemos tenido el objetivo de no pisarnos entre nosotros porque hay mercado para todo el mundo", dice Dymchenko. En espíritu de conectividad y complementación, las cinco diseñadoras han compartido recursos desde el primer día que empezaron a trabajar plegadas: "Distribuidores, contactos, incluso modelo, lo compartimos todo", añade Modena.
¿Pero, que hace a Moode diferente? Las diseñadoras no trabajan de manera conjunta sino cooperativa. Hay un intercambio de conocimientos y de sugerencias, pero todas las líneas en las cuales trabajan son completamente diferentes: "Cada una destaca en algo y por eso funcionamos tan bien", recuerda Modena. Una opinión que comparte Dymchenko quién explica que "desde Moode fomentan el compañerismo". De este modo, las diseñadoras se enfrentan en un mundo competitivo desde una base de cooperatividad, potenciando siempre la competencia, "pero de manera sana", tal como describe Svetlana Ko.
Moode ya aparece en el radar de muchas personas por haberse convertido -en poco más de tres meses- en una marca con luz propia. Un conglomerado de diferentes diseñadoras y artistas que han querido juntar fuerzas para combatir la última crisis de la pandemia. "Moode se ha convertido en una oportunidad de demostrar el que tenemos", reconoce Ko. Así pues, las diseñadoras demuestran que de manera cooperativa se puede llegar más lejos, y no necesariamente teniendo el mismo patrón, porque tal como recuerda Lisa Ivarsson: "Nosotros tenemos estilos muy diferentes, pero nuestros valores están alineados entre ellos".