Rosalía es alucinante. Como artista, por supuesto. Y como icono mundial. La catalana tiene lo mejor de las extravagantes tendencias actuales y del pop art de Andy Warhol. Ha cambiado las reglas del juego. En ella encontramos constantemente giros abruptos. Da vueltas a las palabras hasta que éstas encajan. Fluye, atraviesa, mezcla, entrecruza. Todo lenguaje es desconocido, y el suyo particularmente (Pa’ti naki, chicken teriyaki). Pero a la gente le encanta la rareza. Pura energía. Puro espectáculo.
Hoy en día las cosas llaman nuestra atención un instante, tan pronto como llegan, se van. Por eso, trascender en un momento en que los likes devoran y escupen al artista con mucha facilidad es difícil. Así, conviene remarcar la figura de la catalana, al menos ahora que aún se la quiere. Fuck la fama (eh), fuck la faena (jaja).
Rosalía es una bohemia moderna. Las referencias se perderán, pero quedará la expresión “es una Motomami” y todos entenderan que se hacer referencia a la fuerza femenina: a cada copia que ves, tú dale tu bendición y yo no quiero competir, si no hay comparación… A la faceta de artista, además, le acompaña también la de empresaria. La cantante ha creado una marca ligada a sus orígenes. En 2019 creó una empresa que, curiosamente, lleva por nombre el mismo que su último proyecto, Motomami.
A la faceta de artista, además, también le acompaña la de empresaria. En 2019 creó una empresa que lleva por nombre lo mismo que su último proyecto, Motomami
Más allá de la música
La empresa, que se dedica a la gestión de servicios de artistas (acuerdos con discográficas, editoriales, agentes artísticos, patrocinadores, marcas y un largo etcétera), se fundó con un capital social de 30.000 euros, y con María del Pilar Tobella, la madre de la artista, como administrador único. De hecho, ella es quien ha inspirado el concepto motomami, pues la matriarca siempre se ha desplazado en moto, hasta el punto de recoger a sus hijas en la escuela en motocicleta.
Tobella trabajaba como directora comercial en la empresa familiar, Suprametal, dedicada a la fabricación de placas de identificación, carátulas y etiquetas de metal principalmente, pero cuando en 2019 su hija empezó a triunfar, y su padre (el abuelo de Rosalía) falleció, lo dejó. Un cambio de vida que también experimentó su otra hija, Pilar Vila, cuando fue designada presidenta de la Junta General Ordinaria en octubre de 2020, mientras que Pilar Tobella era nombrada secretaria.
La empresa, que se dedica a la gestión de servicios de artistas, se fundó con un capital social de 30.000 euros y con María del Pilar Tobella como administrador único
Rosalía, como la definió la revista Forbes, es un valor seguro. Y, para muestra, un botón. En el primer ejercicio que presentó cuentas, la compañía obtuvo un importe neto de la cifra de negocio de 4.822.139 euros y unos beneficios, tras pagar el impuesto de sociedades (de entorno a 24.000 euros), sueldos del equipo (que ascienden hasta los 660.500 euros anuales), deudas y demás, se quedaron en 364.516 euros. En el balance de cuentas, además, constaban más 800.000 euros en líquido. Eso sí, ya en el año de la pandemia, esos beneficios bajaron hasta los 58.944,71 euros, aunque la empresa no aplicó ningún ERTE durante el periodo de la Covid-19. Si en 2019 eran 3 trabajadores fijos y 6 temporales, en 2020, pasaron a ser 4 fijos y 2 a tiempo parcial.
Un patrimonio que, eso sí, no solo llega de la música. A la artista y empresaria le acompaña también un fenómeno de marketing en sí mismo. La de Sant Esteve de Sesrovires lanzó una colección con Pull&Bear, convirtiéndose en una de las campañas más caras del grupo Inditex, y ha sido también imagen de Nike o de Viva Glam de Mac, por poner algun ejemplos.
En el primer ejercicio que presentó cuentas, la compañía obtuvo un importe neto de la cifra de negocio de 4.822.139 euros y unos beneficios de 364.516 euros
Del jazz aflamencado al cielo, los culpables de cambio
No hay muchos documentos de los inicios de Rosalía. Apenas un video de una actuación, en vivo en el club JazzSí de Barcelona, de un espectáculo entre lo flamenco y lo jazzístico. De allí, el “nuevo flamenco” la hizo saltar a la fama. Desde entonces, la evolución musical de Rosalía la llevó por nuevos caminos después de algunos cambios que se produjeron entre 2018 y 2019. Goooo soy muy mía, yo me transformo…
Una de las artífices de su explosión es su manager, Rebeca León, quien se unió al 'dream team' femenino de Rosalía integrado por su hermana (la Pili o Daikyri en las redes) y su madre (Pilar). Pilar se encarga de la gestión económica y empresarial. La Pili, por su parte, es la responsable de hacer de Rosalía una figura icónica. De hecho, varios diseñadores han vestido a la artista (como Pepa Salazar o Palomo Spain), y diferentes las marcas que se han ocupado de su estética (desde Maritza Paz hasta Juliana González), pero Pili siempre ha estado detrás de estas decisiones.
Una de las artífices de su explosión es su mánager, Rebeca León, que se unió al 'dream team' femenino de Rosalía integrado por su hermana y su madre
De origen latino pero afincada en Estado Unidos, León se caracteriza por ser una cazatalentos musical. Fue directora de la filial latina de AEG, uno de los gigantes de música en vivo, hasta que abandonó la compañía para dedicarse a su propio negocio, una empresa de gestión de artistas, Lionfish Entertainment, a través de la cual gestiona la carrera de artistas como J. Balvin. En marzo de 2019, Rosalía y Balvin, cantante más escuchado en Spotify a nivel mundial, sacaban Con altura. Empezaba el cambio.
Durante la pandemia, Rosalía se encerró durante meses en la casa de Miami de su nueva mánager, y empezó a trabajar en lo que acabaría siendo Motomami. El desembarco en Estados Unidos le cambió la vida. Sin embargo, no todo fue nuevo, pues la cantante mantuvo en su equipo al productor Pablo Díaz-Reixa 'El Guincho', que después de producir El Mal Querer produjo cuatro de las canciones de Motomami: Candy, Chicken Teriyaki, Diablo y La Combi Versace donde colabora con Tokischa.
Motomami, además, cerraba una etapa con Sony. La compañía sabía que Rosalía "quería ser una artista global", lo que no imaginaba es que lo acabaría siendo con Universal
Para este último disco contó también con la colaboración de Pharrel Williams quien, apodado el “Rey Midas”, es uno de los nombres más relevantes en la industria musical. Motomami, además, cerraba una etapa con Sony, que había producido y distribuido El Mal Querer a través de Columbia. La compañía sabía que Rosalía "quería ser una artista global”, lo que no imaginaba es que lo iba a acabar siendo con Universal.