Los expresidentes del Gobierno Felipe González y José María Aznar han debatido sobre geopolítica y energía en la duodécima edición del ciclo de conferencias Energy Prospectives, organizado por la Fundación Naturgy y el IESE Business School. El evento fue inaugurado por el presidente de Naturgy, Francisco Reynés, y el director general del IESE, Franz Heukamp. Durante la sesión, a la que han asistido más de 1.500 directivos, los exmandatarios han analizado los retos que afronta España en el contexto de la crisis energética provocada por la guerra en Ucrania, y la agenda de transición ecológica de la Unión Europea.
En su intervención de apertura, Reynés destacó algunos de los hitos que se llevaron a cabo bajo los mandatos de González y Aznar, a lo largo de un periodo continuado de 22 años, como la reforma del plan energético de 1983, la creación de Red Eléctrica Española y la Comisión Nacional de la Energía, como regulador estable del sector, la construcción del gasoducto Magreb-Europa, que fue el germen del suministro estable de gas natural a España, o la culminación de la liberalización del sector energético.
Reynés: "La geopolítica está jugando actualmente un papel fundamental, también en la regulación"
"La geopolítica está jugando actualmente un papel fundamental, también en la regulación”, ha afirmado el presidente de Naturgy. En este sentido, Reynés recordó que en 2022 se realizaron más de veinte cambios regulatorios en el sector energético, lo que demuestra “la gran importancia que tienen los aspectos regulatorios en un sector que tiene que seguir transformándose”. El presidente de la compañía eléctrica, también apuntó que “el sector energético se encuentra en una encrucijada, el llamado trilema energético, que no es otra cosa que hacer compatibles los objetivos ambientales y de sostenibilidad, con la garantía de suministro y, a la vez, en un marco de precios razonables y asequibles para la sociedad”.
González y Aznar coincidieron en la incertidumbre ante la que se encuentra el futuro del sector de la energía, derivado del nuevo orden mundial que se está configurando tras la invasión de Ucrania, en el que los países emergentes, con China a la cabeza, van a tener un papel crucial por su posición en la cadena de suministro de las tecnologías renovables.
Para González, el papel del estado como factor regulador de la energía es “absolutamente imposible de eludir”, pero insistió en que esta regulación debe basarse, además de en grandes acuerdos políticos, en una buena colaboración público-privada, y animó a las empresas a invertir a pesar de la incertidumbre regulatoria actual, “porque sólo los que invierten salen adelante”. Por su parte, Aznar advirtió sobre el exceso de regulación y dijo que es necesario alcanzar un equilibrio entre “la desregulación sin control” y “el intervencionismo sin límites” para garantizar que las empresas tengan seguridad jurídica y libertad de inversión.