31 de diciembre de 2021. Es la fecha definitiva en qué Nissan se marchará de Catalunya después de más de 40 años aquí y, a pesar de que queda poco más de un año para que el cierre de las plantas de la Zona Franca, Montcada y Sant Andreusea una realidad, ¿qué sabemos hasta hoy del futuro de las fábricas de la automovilística japonesa en Catalunya? Agentes políticos y sociales han aplaudido las propuestas de algunos inversores que barajan la posibilidad de reindustrialitzar la planta de la Zona Franca para fabricar baterías eléctricas, pero esta posibilidad no acaba de convencer a todo el mundo. Si bien es cierto que el futuro de la automoción -o mejor dicho, de la movilidad- pasa por los vehículos eléctricos, también lo es que la estrategia se tiene que planificar al milímetro y pensarla muy bien. LG, Schneider o -supuestamente- Teslason algunos de los fabricantes que han mostrado interés en invertir en la planta barcelonesa con el objetivo de fabricar baterías e, incluso, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, propuso a LGChem que si ellos invertían 1.000 millones de euros, ellos añadirían 600 millones más.
Ahora bien. Para que aquel ya famoso "nos han dejado morir" que sonaba -y ha ido sonando durante años- en los alrededores de la Zona franca no sea una realidad, la propuesta de reindustrialitzar la fábrica de Nissan y convertirla en una cuna de baterías eléctricas no sería del todo positiva. Este es la opinión del presidente del Clúster de la Automoción de Catalunya (CIAC), Josep Maria Vall, quien, en una entrevista con VIA Empresa explica que el futuro idóneo para la planta sería que un inversor de vehículos eléctricos apostara por invertir en ella, mientras, en alguno otro lugar de Catalunya se construye desde cero una fábrica de baterías eléctricas. "Esto supondría dar continuidad a la planta y, además, se usaría todo el talento que hay con todo el talento de la gente que se ha quedado en el paro", subraya.
Esta sería la solución ideal para los 3.000 trabajadores de Nissan, pero también para parte de los más de 20.000 que trabajan en empresas proveedoras para la compañía japonesa. Según Vall, de este modo, "las proveedoras podrían continuar trabajando y algunas se tendrían que adaptar con sus productos, pero realmente es lo que daría continuidad a toda esta infraestructura que hay en la Zona franca y en toda Catalunya con el suministro de piezas de proveedores". Esto no quiere decir que desde el CIAC rechacen la aparición de una planta que produzca baterías eléctricas en el territorio catalán, sino al contrario, pero es la forma de amortizar el espacio, los empleados y sus conocimientos.
Más caro que empezar desde cero
"Si la fábrica de baterías está en la Zona franca, le da un punto más de dificultad porque se tiene que adaptar una fábrica de baterías a la ubicación de una fábrica que ya había estado en marcha, con unos edificios y con una distribución que es la que es y, por lo tanto, fabricar baterías en la Zona Franca, posiblemente costaría más que fabricarlas en una fábrica que empieza de cero". Claro y contundente, Vall insiste en la idea de que "la gente de la antigua Nissan no está adaptada a la fabricación de baterías y, por lo tanto, se tendría que adaptar toda la plantilla de Nissan", cosa que, avisa, "tiene un coste adicional y prácticamente es lo mismo que adiestrar a nueva gente a fabricar baterías".
Cuando la automovilística anunció el cierre, agentes políticos y sociales negaban que fuera una decisión definitiva, pero el CIAC ya tenía cuello abajo que la sentencia era "irreversible". Aún así, los primeros días, muchos se llenaron la boca de reproches y amenazas motivadas por la mala noticia. La entonces consellera d'Empresa, Àngels Chacón, advertía a los japoneses que "toda acción tendrá una reacción", mientras que el conseller de Treball, Chackir El Homrani, se lamentaba de que "cuando es tan barato salir de un país, facilitamos que empresas que tienen la sede de decisión fuera de este país lo valoren comparándolo con otras normativas laborales".
Vall: "La aparición de una fábrica de baterías eléctricas es absolutamente necesaria, pero la planta de la Zona Franca tiene que fabricar vehículos eléctricos"
Pasada la fase caliente, gobiernos y agentes sociales se pusieron las pilas para encontrar una solución viable para el futuro de Nissan. Y parece ser que lo importante es que venga alguien, sea como sea. Pero, ¿invertir en una fábrica de baterías eléctricas es la solución para volver a hacer competitiva la planta de la Zona Franca? El CIAC ya decía a finales de mayo que "estamos más que convencidos de que superaremos este durísimo golpe porque, a lo largo del tiempo, la industria de la automoción catalana ha superado otras crisis", al mismo tiempo que ponían encima de la mesa que precisamente este camino "lo tenemos que hacer contando con el talento de los excelentes profesionales de Nissan" porque "una experiencia como la suya no se puede perder así como así".
Cuatro meses más tarde, continúan luchando por lo mismo y saben que se tiene que trabajar de lo lindo para encontrar una solución que convenza a todo el mundo y que, sobre todo, no vaya en detrimento de la planta actual, de sus trabajadores, ni de las emprensas proveedoras. Pero, mientras tanto, Acciona está en pie de guerra y, después de que la empresa multiservicio empezara los trámites del ERE el pasado viernes, sus trabajadores han intensificado las protestas para denunciar los 500 despidos y, por segundo lunes consecutivo, se concentraron delante la fábrica de Nissan quemando uniformes para "escenificar la frustración y el malestar". Y esto, si el trabajo no se hace bien, puede acabar pasando en otras muchas empresas que trabajan para los japoneses.
El futuro de Nissan, el futuro de Catalunya
Y hacer el trabajo bien pasa por "fabricar baterías aquí cerca y buscar un inversor de vehículos eléctricos" para la planta de la Zona Franca. El presidente del CIAC quiere dejar bien claro que "la aparición de una fábrica de baterías eléctricas es absolutamente necesaria" porque la necesidad del mundo del automóvil pasa por "la transformación hacia la electromobilidad" y, de hecho, "todos los fabricantes están diseñando coches eléctricos". Esto quiere decir que "el país que no tenga una fábrica de baterías será más débil y vulnerable porque podrá fabricar vehículos, pero estarán supeditados a la importación, a la compra de baterías eléctricas allí donde se fabriquen" y, por lo tanto, y teniendo en cuenta que el coste de una batería eléctrica es el 30% del coste de un vehículo eléctrico, "el que tenga una fábrica de baterías muy cerca de donde se fabrican los coches eléctricos, tiene una ventaja competitiva muy grande".
Vall: "El país que tenga una fábrica de baterías muy cerca de donde se fabrican los coches eléctricos, tiene una ventaja competitiva muy grande"
No estamos descubriendo, pues, la sopa de ajo. Si Catalunya cuenta con un fabricante de vehículos eléctricos que pueda abastecerse de baterías eléctricas sin tener que ir a otro país, "podremos traer coches eléctricos fabricados en España por la proximidad de la fábrica de baterías". En definitiva, si las posibles empresas fabricantes de baterías eléctricas pueden poner los pilares de una nueva planta centrada en este tipo de producción, se mantendrían los puestos de trabajo de los trabajadores actuales de Nissan y se crearían nuevos.
De momento, habrá que ir siguiendo de cerca qué pasa hasta el 31 de diciembre del próximo año y, sobre todo, mantener o incrementar la estrategia para enamorar inversiones de vehículos eléctricos. Porque, según Vall, "lo mejor que puede pasar es que se empiece a hablar de nuevas fabricaciones y de adaptación de la planta porque aclararía mucho la situación" y, precisamente por eso, "lo mejor sería que la nueva inversión se materialice lo más pronto posible porque todavía generará más malestar". Y es que, como recuerda el presidente del CIAC, "el futuro es eléctrico, es movilidad y conectividad" y, quien no esté al 100%, quedará muy atrás en la competitividad mundial.