
Vivimos en un entorno empresarial en constante transformación, donde la innovación y la digitalización son esenciales para mantener la competitividad. En este contexto, a menudo se pone el acento en el talento emergente y las nuevas generaciones de profesionales. Sin embargo, hay otro perfil que, demasiado a menudo, pasa desapercibido: los profesionales senior. Conocidos, a menudo bajo la denominación de senior advisor, son directivos con una larga trayectoria que, después de años en posiciones ejecutivas o especializadas, ponen sus conocimientos al servicio de las empresas en roles de asesoramiento estratégico. Esta figura permite a las compañías acceder a una visión contrastada, aportando flexibilidad y eficiencia en la toma de decisiones.
Las organizaciones que han optado por integrar profesionales senior han experimentado beneficios concretos como una mejor gestión del riesgo, ya que su experiencia permite anticipar posibles obstáculos y tomar decisiones con más fundamento. Asimismo, impulsan la innovación combinando nuevas tecnologías con su experiencia para asegurar la viabilidad empresarial, y favorecen la transferencia de conocimiento, creando sinergias entre generaciones y enriqueciendo la cultura empresarial. Además, su red de contactos estratégica puede abrir puertas a nuevas oportunidades de negocio y alianzas.
Los asesores senior permiten acceder a una visión contrastada, aportando flexibilidad y eficiencia en la toma de decisiones
En un entorno de cambio acelerado, los asesores senior actúan como puente entre la tradición y la innovación. Han vivido diferentes olas de transformación y han desarrollado una capacidad de adaptación esencial para afrontar nuevos retos. Su presencia en procesos de transformación digital se vuelve fundamental, ya que aportan una visión estratégica para integrar tecnologías de manera sostenible y eficiente. De hecho, según datos recientes, en España se prevé que el 25% de la población tenga más de 65 años en 2030, lo que representa una oportunidad para aprovechar el conocimiento acumulado. Según McKinsey, la presencia de profesionales mayores de 55 años en consejos de administración está en aumento y refuerza su importancia en la dirección estratégica. En Estados Unidos, la edad media de los ejecutivos senior es de 49 años o más, lo que subraya la importancia de la experiencia en la gestión empresarial, y según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), los países que promueven la integración de profesionales senior logran una mayor productividad y una economía más robusta.
Para que las empresas aprovechen al máximo el conocimiento senior, es necesario adoptar estrategias concretas como programas de mentoría que fomenten el intercambio de conocimiento entre generaciones, modelos de colaboración flexibles que permitan a los seniors participar en proyectos estratégicos sin una vinculación permanente, y evaluaciones de su impacto con indicadores claros para medir su contribución a la innovación y la toma de decisiones. Además, la creación de consejos asesores con profesionales senior puede ser un elemento determinante en la definición de estrategias clave, al igual que los programas de acompañamiento a la dirección, que permiten contrastar ideas con expertos de trayectoria contrastada.
Los asesores senior actúan como puente entre la tradición y la innovación
Las empresas deben adaptarse rápidamente a un mercado lleno de incertidumbres y cambios disruptivos. En este escenario, contar con profesionales que han vivido y superado diferentes etapas de transformación puede ser la clave para avanzar con éxito. La apuesta por la diversidad generacional y la experiencia acumulada no solo es una buena práctica empresarial, sino también una estrategia inteligente para construir organizaciones más sólidas e innovadoras.