La compañía Norwegian ha anunciado que simplificará su estructura para centrarse en las rutas de corto radio con el objetivo de hacer frente a su delicada situación financiera. El mercado de negocio principal serán los países nórdicos, donde Norwegian operará con una cincuentena de aviones, a pesar de que también volará ninguno algunos destinos europeos "clave". De cara a 2022, la compañía ampliaría la flota hasta los 70 aparatos. Una de las consecuencias de esta nueva estrategia es el cierre de la base del aeropuerto del Prat para los vuelos de largo radio, una medida que también se ha aplicado en otros como el de París Charles De Gaulle, Roma Fiumicino, Londres Gatwick, Fuerte Lauderdale, Los Angeles y el JFK de Nueva York.
En total, Norwegian tiene unos 485 trabajadores que prestaban servicio para los servicios de largo radio desde el aeropuerto del Prat contratados por Norwegian Air Resources Spain, que hace unas semanas entró en preconcurso de acreedores. A diferencia otros países, la empresa también da trabajo a los tripulantes que quieren en trayectos de corto radio, dentro de Europa. En este sentido, la compañía no descarta seguir operante en el Prat al considerar Barcelona "basta importante" cómo para ser incluida como destino europeo clave, según explican fuentes de Norwegian a la ACN.
La aerolínea congela así su operativa de largo radio por las restricciones de viaje y las diferentes recomendaciones gubernamentales de los países europeos, que continúan afectando la demanda de los vuelos de largo radio que opera la flota de Boeing 787 Dreamliner.
El principal objetivo de la compañía ahora es reducido su deuda cifrada en 1.934 millones de euros al cambio (20.000 millones de coronas noruegas) y obtener entre 4.000 millones de euros y 5.000 millones de euros de nuevo capital mediante la combinación de una emisión de derechos a los accionistas actuales, una colocación privada o un instrumento híbrido.