El fabricante catalán de soluciones para carga eléctrica Wallbox ha anunciado que ha superado el umbral de medio millón de cargadores vendidos en todo el mundo. Los productos vendidos van desde los segmentos de carga en el hogar, semipúblicos y públicos, incluido su cargador superrrápido de corriente continua, Supernova. Además, Wallbox, además, ha registrado a más de un millón de usuarios en todo el mundo en sus plataformas myWallbox y Electromaps.
MyWallbox, el software de carga inteligente y gestión de energía de la compañía, permite a los usuarios aprovechar al máximo las capacidades de gestión de energía de sus productos, ahorrando tiempo y dinero, y cargando de forma más sostenible en el hogar y al trabajo. Por otro lado, Electromaps, empresa adquirida por Wallbox en 2020 y plataforma digital líder en accesibilidad a puntos de recarga en el sur de Europa, conecta ya más de 655 mil usuarios registrados a una red de más de 588 mil puntos de carga en todo el mundo –sólo en Europa son 365 mil puntos de carga.
Pérdidas en los resultados trimestrales
La empresa catalana ha cerrado el segundo trimestre con unas pérdidas de 31 millones de euros, lo que supone una reducción del 29,6% en comparación con el mismo periodo de 2022, cuando perdió 44,05. En comparación con el primer trimestre, la compañía acortó los números rojos un 15%. Desde Wallbox han destacado su esfuerzo por reducir los costes operativos, recorte que cifran en 12,3 millones de euros. Por lo que respecta a la facturación, se mantiene estable e iguala la cifra del primer trimestre con 33 millones. El cofundador de Wallbox Enric Asunción resaltó en una nota los "logros comerciales y operativos" recientes, pero reconoció "desafíos" relacionados con la "debilidad del mercado".
Entre los retos que encara la compañía, fundada en 2015 y con sede en Barcelona, Asunción ha destacado "la incertidumbre" que les generan factores como el contexto macroeconómico, las subvenciones que vienen y van y la implementación del vehículo eléctrico. El cofundador ha reconocido que algunos fabricantes de automóviles están acumulando stock, reduciendo previsiones o, incluso, deteniendo fábricas de coches eléctricos.