La otra "OPA hostil": la guerra entre italianos y alemanes

A diferencia de la lucha entre BBVA y Sabadell, Unicredit y Commerzbank pertenecen a dos estados diferentes y, por lo tanto, planea cierto conflicto diplomático

Edificio de Unicredit en Italia | iStock Edificio de Unicredit en Italia | iStock

En los últimos meses hemos hablado mucho del combate entre el BBVA y el Sabadell por la propiedad de este último, pero no es la única lucha de poder que hay abierta hoy en día en el sector bancario europeo, porque el alemán Commerzbank está viendo con pánico como el italiano Unicredit va incrementando sus posiciones en su capital. La historia había empezado unos días antes, a comienzos del mes de septiembre, cuando el gobierno alemán había anunciado que estaba a punto de desprenderse del 16,5% del capital que poseía del Commerzbank y que era un vestigio de los tiempos de los rescates bancarios posteriores a la crisis financiera.

Més info: A propósito de Sabadell: el escándalo del Banc de Catalunya

Una inyección de 18.000 millones de euros por parte de las administraciones públicas sirvieron para salvar el banco, pero no para acabar con las pérdidas, que continuaron aflorando durante muchos ejercicios después. Como decíamos, en los primeros días de septiembre de este año el gobierno alemán comunicó que planeaba vender su paquete, la mitad del cual pasó a manos de Unicredit a través de una subasta pública. En paralelo, los italianos adquirieron un 4,5% más mediante compras hechas en el mercado, con lo que rápidamente acumularon un 9% del capital.

Pero es que pocos días después, Unicredit ha firmado opciones de compra sobre aproximadamente un 12% adicional, con lo que fácilmente podría llegar a acumular un 21% a corto plazo. Esta entrada repentina en el capital del tercer banco germánico (el primero es el Deutsche Bank, si dejamos de lado las cajas de ahorros de carácter público) ha hecho enfadar mucho al gobierno alemán, que de entrada ha dicho que no seguirá deshaciendo posiciones en el Commerzbank (les queda, ahora mismo, entre un 9% y un 12% del capital del banco).

No solo los políticos se han despertado, sino que también los sindicatos alemanes están en estado de alerta exigiendo que el banco no pase a manos italianas

Parece claro que la voluntad de los italianos es seguir incrementando su paquete accionarial porque ya han confirmado públicamente que han pedido al regulador europeo llegar al 30%. O mejor dicho, al 29,9%, porque con la normativa actual posicionarse con un 30% del capital obliga el comprador a lanzar una opa por la totalidad, un efecto no deseado de momento por parte de los gestores del banco italiano. No solo los políticos se han despertado, sino que también los sindicatos alemanes están en estado de alerta exigiendo que el banco no pase a manos italianas. En una manifestación improvisada, se vieron pancartas donde se leía la expresión "Stoppt Fusions-Horror", que no necesita traducción.

Viajando en el tiempo, vemos que el banco objeto del abordaje, el Commerzbank, fue fundado en Frankfurt en 1870 como instrumento para facilitar el comercio internacional. Muy pronto se convirtió en uno de los principales bancos del país. A inicios del siglo XXI decidieron entrar en el segmento de la banca de inversión, pero la aventura coincidió con la crisis financiera del 2008 y acabó con el rescate público que comentábamos antes. En aquella época absorbieron otra de las grandes entidades alemanas, el Dresdner Bank, que previamente había estado a punto de fusionarse con el Deutsche Bank. Pocos años antes de esto, se especuló con una fusión con la HypoVereinsbank, pero este acabaría en manos, precisamente, de Unicredit.

Oficina de Commerzbank | iStock
Oficina de Commerzbank | iStock

Hoy en día, el Commerzbank continúa jugando un papel clave en los negocios internacionales, uno de sus objetivos fundacionales. El número de trabajadores de la entidad se acerca a los 40.000 y tiene un valor de mercado ligeramente por debajo de los 20.000 millones de euros. En medio de la tormenta han decidido cambiar de CEO, porque Manfred Knopf ha dado un paso al lado y ha sido sustituido por Bettina Orlopp, que hasta ahora era la directora financiera del banco.

La historia de Unicredit es bastante diferente, porque es el resultado de una serie de integraciones de diferentes entidades. De hecho, fue fundado como Banco de Génova (en 1870, como el Commerzbank) y después su denominación evolucionó hacia Credito Italiano. Durante la década de los noventa se añadieron otros bancos (algunos con raíces en el siglo XV) y el nombre pasó a ser UniCredito.

Durante la primavera del 1999 se produjo la gran fusión entre UniCredito y Comit (antigua Banca Commerciale Italiana), una operación corporativa que coincidió en el tiempo con otra fusión entre dos de los más importantes bancos italianos, como fue la que unió el San Paolo-IMA con la Banca di Roma. El primero de los grupos se proyectó hasta el decimosexto lugar del ranking europeo, mientras que el segundo llegó a colocarse en el lugar número diez y con accionistas principales como la familia Agnelli (propietarios de Fiat) o el líder libio Moammar al-Gaddafi.

Unicredit dispone de 70.000 trabajadores y tiene un valor de mercado de 60.000 millones de euros (el triple que el Commerzbank)

En cuanto a UniCredito, curiosamente sus máximos accionistas eran alemanes, con el Commerzbank acompañado por el Deutsche Bank y la aseguradora Allianz. Con el cambio de siglo, empezaron a usar la marca Unicredit, que es el actual, mientras que las absorciones de bancos, tanto italianos como extranjeros (antes hemos visto el caso del HypoVereinsbank) no se detuvieron. Hoy en día esta entidad dispone de 70.000 trabajadores y tiene un valor de mercado de 60.000 millones de euros (el triple que el Commerzbank). Su primer ejecutivo es Andrea Orcel, con pasado en Merrill Lynch, UBS y el Santander.

A diferencia de la lucha entre BBVA y Sabadell, en este caso se añade que los bancos pertenecen a dos estados diferentes y, por lo tanto, planea cierto conflicto diplomático. No parece que la pugna se tenga que enfriar a corto plazo, de forma que tenemos aseguradas noticias de esta pugna enconada durante las próximas semanas o meses.

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