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Pastoret, de un pequeño obrador familiar a facturar 31 millones de euros en lácteos

La historia de Pastoret nace en una sobremesa y por el amor a la cocina, la buena comida y el territorio

pastoret fabrica
pastoret fabrica
23 de Mayo de 2022
Act. 24 de Mayo de 2022

Pastoret es una empresa familiar de los productos lácteos artesanales que inició su historia cómo una afición familiar a principios de los años 90. Treinta años después, es una marca de referencia con una producción de más de 12 millones de kilos de lácteos y una facturación superior a los 30 millones de euros. La artesanía y el arraigo en el territorio son sus dos dos pilares fundamentales.

Una idea que nace en una sobremesa

"El inicio de Pastoret es una gran anécdota. Nace en una sobremesa", explica Teresa Vallès, cofundadora conjuntamente con su marido, Xavi Pont. Todo empezó en casa los padres del Xavi, en SantGuim de Freixenet: "Había mucha tradición culinaria y siempre nos había gustado mucho la buena cocina y disfrutarlo en la mesa".

La familia del Xavi se dedicaba especialmente a la ganadería de aves. Por casualidad, acabaron teniendo un rebaño de cabras. "En una de las sobremesas, mi suegra nos dijo que tenían un excedente de leche y probaron de hacer requesón. Empezamos a hacerlo cada domingo, en familia", relata Vallès.

Teresa Vallès: "Hemos creído mucho en el proyecto de crecimiento, no queríamos solo ser un pequeño obrador"

Así fue cómo Xavi y su madre montaron un pequeño obrador y empezaron a distribuir su requesón por restaurantes y tiendas de la zona. Así nació Pastoret. Y ya desde el inicio, la ambición era importante: "Lo que nos ha hecho llegar hasta aquí es tener muy claro el propósito y mantenernos fieles a nuestra filosofía. Hemos creído mucho en el proyecto de crecimiento, no queríamos solo ser un pequeño obrador".

El objetivo era acercar a cada vez más gente un producto de calidad, con materias de proximidad y artesanal. Al cabo de tres o cuatro años ya hacían queso fresco y quisieron expandirse hacia Barcelona, puesto que la aceptación era muy elevada.

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Teresa Vallès, directora general de Pastoret | Cedida

 

Los yogures de Pastoret

El 2000, Pastoret dio un paso muy importante y se inició en la producción de yogures. "Nos daba mucho más recorrido de distribución, porque tenía más vida útil, y nos permitió ir más lejos y plantearnos expandirnos a toda la península", destaca Vallès.

Los inicios fueron, también, casi de casualidad. Un hotel les comentó que querían cambiar los envases individuales de yogures de los almuerzos y ofrecerlos en bol. Así, Pastoret empezó a trabajar y les presentó un yogur de 3,6 kilos, el primero que hicieron. "Nos dio la diferenciación", apunta la directora general. En aquel momento, todavía no se planteaban hacer el salto a la gran distribución: "No estábamos preparados".

La apuesta por el crecimiento

Siempre con la voluntad de seguir creciendo, Pastoret veía cómo sus instalaciones se empezaban a quedar pequeñas hacia el 2005 e iniciaron el proyecto de una nueva fábrica, que se inauguró el 2010 cómo la planta de lácteos más moderna de Europa. Además de poder producir más, también les permitió innovar con nuevos productos. "Fue la base del crecimiento de Pastoret", relata Vallès. El 2010 facturaban 6 millones de euros Y en 12 años lo han multiplicado por cinco.

Pero siempre con la voluntad de mantener el espíritu artesanal, sin renunciar a la tecnología. La nueva fábrica permitía un gran control de calidad y garantía la seguridad alimentaria. Y quedándose en casa: "Siempre nos hemos querido mantener en el territorio, es nuestra coherencia con el producto".

Teresa Vallès: "Nos encontramos con la crisis financiera y ni lo pensamos; seguimos adelante"

Pastoret inauguró la nueva fábrica en plena crisis financiera. Pero lejos de ser un freno, aconteció una oportunidad. "La gran distribución perdía demanda y necesitaba nuevas opciones de compra. Fue un momento muy oportuno, a veces las crisis llevan oportunidades y es lo que nos pasó. Podíamos ofrecer una propuesta diferente a la gran distribución y fue una facilidad para entrar en ella", recuerda.

Su entrada a los supermercados, asegura la cofundadora, fue también una revolución: "Creamos la categoría artesanal dentro del lácteo, que no existía en la gran distribución".

Yogures catalanes en Hong Kong

El mercado internacional representa el 10% de la facturación de Pastoret, que tiene presencia en países cómo Portugal, Bélgica, Luxemburgo o Francia. "No queremos vender por vender. Queremos construir marca en los países donde estamos, hacer lo mismo que hemos hecho aquí. Ahora Francia es nuestro foco", revela Teresa Vallès.

Pero los yogures de Pastoret también se encuentran en Hong Kong, con una curiosa historia. En una feria Alimentaria, una chica de Hong Kong se enamoró de sus yogures y les propuso de venderlos allá. "Tienen mucho interés en la alimentación europea y nuestro iogur es un producto premium que no tienen", explica Vallès.

La chica empezó con una parada y ya tiene siete establecimientos de la marca Pastoret: "Creyó en el proyecto y el producto". Los yogures llegan en avión.

Pastoret bodegon productos

Innovando con el producto

El 2017 una cadena de distribución les habló del kefir y decidieron ponerse a ello . "Hemos sido los primeros que hemos sido presentes con este producto en los supermercados y somos los líderes en España en la gran distribución".

Desde Pastoret no esperaban el crecimiento que ha tenido este producto, que en los últimos años es recomendado por muchos nutricionistas. Fueron los primeros y han tenido premio. Además, ahora también tienen a punto nuevos productos vegetales, para seguir ampliando su gamma. Pero sin olvidar los orígenes, el requesón, donde son líderes destacados en Catalunya.

Teresa Vallès: "Por nosotros es muy importante donde nacemos y los orígenes de la empresa, es el legado que nos han dejado"

Esta es la historiade Pastoret, que empezó gracias a la afición a la cocina y a la buena comida y que en tres décadas se ha convertido en una referencia en el país. Y con una filosofía muy clara: "Siempre nos hemos quedado en Sant Guim de Freixenet, siempre hemos apostado para quedarnos en el territorio. Por nosotros es muy importante donde nacemos y los orígenes de la empresa, es el legado que nos han dejado, disfrutar del entorno natural y los productos hechos en casa. Y queríamos que cada vez más gente pudiera disfrutar".