
Penguin Random House está de estreno. El grupo editorial ha abierto un nuevo centro logístico de 42.000 m² en Cerdanyola del Vallès, el más automatizado del sector en toda Europa. Con 36 millones de euros de inversión, será el relevo natural de almacenes como los de Pallejà, los cuales "se quedaron pequeños hace siete u ocho años", según Martí Torra, director de logística de la entidad. El acto ha sido presidido por la consejera de Economía y Finanzas de la Generalitat de Catalunya, Alícia Romero, el alcalde de Cerdanyola del Vallès, Carlos Cordón, y la CEO de España, Portugal y América Latina de Penguin Random House Grupo Editorial, Núria Cabutí.
La nueva nave permitirá gestionar más libros y de una forma más eficiente. Hasta ahora, Penguin Random House disponía de cuatro plantas repartidas por Catalunya (dos en Pallejà, una en Sabadell y otra en la Zona Franca). Con este nuevo centro, operará desde un mismo recinto. Hasta ahora, ya se ha trasladado el 75% del material a las nuevas instalaciones, así como los 130 trabajadores de los que disponían. Actualmente, gestionan 20 millones de libros (24.000 de catálogo propio), pero la nave está diseñada para dar cabida a unos 40 millones de ejemplares anuales. Además, permitirá acelerar el volumen un 15%, hasta los 135.000 títulos y 8.500 paquetes diarios de media, pero con la posibilidad de duplicar estas cifras.
Inicialmente, el centro no aprovecha todos sus metros cuadrados disponibles. Desde septiembre de 2024, mes en que se puso en funcionamiento, ha ido aumentando el volumen de trabajo. Ahora, una vez inaugurado oficialmente, se ha reservado un 25% de espacio para futuras inversiones y expansión. "Crecemos a doble dígito cada año y por encima del mercado", ha destacado Torra. Es decir, Penguin Random House prevé continuar aumentando su actividad y por esta razón han sido cautelosos con la gestión de la superficie.
El nuevo centro logístico permitirá comercializar más libros que los 35 millones de ejemplares que Penguin Random House ya vende cada año
Además, también se está estudiando abrir nuevas líneas de negocio como el dropshipping, con el que el grupo editorial ofrecería parte de su nave para que otras librerías puedan hacer uso de ella en su estrategia de comercio en línea. Todo ello, una "ampliación del servicio" que desde la empresa consideran "un paso adelante", ya que les permitirá comercializar más libros que los 35 millones de ejemplares que ya venden cada año.
"Gracias a estos avances podremos conectar a nuestros autores con el máximo de lectores posibles", ha celebrado Cabutí. La dirigente ha subrayado los estándares sostenibles de la planta, la única en toda Catalunya que ha recibido la certificación Breem Outstanding. Además, ha avanzado nuevas contrataciones de ciudadanos de Cerdanyola del Vallès. Cordón se lo ha agradecido y ha reivindicado el municipio como un hub de innovación y sostenibilidad.
Por otro lado, Romero ha destacado que Catalunya concentra el 54,1% de la facturación total del mundo editorial en el Estado. "Catalunya quiere liderar la economía de España", ha afirmado. Para lograrlo, ha aplaudido la posibilidad de poder contar con la cultura, un ámbito que también "ayuda a aterrizar y localizar el talento de casa nuestra".
Mafalda, Olga y Miguelito, nuevas "incorporaciones" robóticas
El grupo editorial ha habilitado tecnología puntera a prácticamente todas las tareas de la planta. En el caso de los títulos más solicitados (alta rotación), se han incorporado 28 robots Locus, los cuales se desplazan autónomamente por el recinto cargando diferentes palets. Los trabajadores del área solo tienen que comprobar que lo que transportan es correcto. Todo un ejemplo de integración entre la robótica y la mano de obra humana. De hecho, para facilitar esta sinergia, Penguin Random House ha asignado un nombre de personaje de cómic a cada uno de los modelos. Así, por el centro podemos ver robots humanizados paseando con el nombre de Mafalda, Olga o Miguelito, entre otros.

Frente a este departamento, se encuentra el espacio de los libros de baja rotación, copado por los 54 robots Skypod diseñados por Exotec. En este caso, se trata de unos aparatos que ahorran largas caminatas a los trabajadores. Se encargan de transportar los 18.000 títulos que hay almacenados en los 30.000 cubos. Lo único que tiene que hacer el trabajador es colocar los libros en la caja correspondiente, la cual ya se indica en una pantalla que tiene delante. En total, se operan 1.309 líneas de picking cada hora.
Estas dos son las grandes innovaciones de la planta, aunque hay más atractivos robóticos, como una balanza que calcula si el peso real de una bandeja corresponde con el teórico, o una máquina que sella los paquetes en tres fases: la primera mide la altura con que ha de cortar, la segunda hace el corte y la tercera coloca la tapa con la información de envío. Todo ello, una fotografía disruptiva que muestra que la cultura y la robótica no son dos conceptos excluyentes.