Pere Riera es uno de los candidatos santcugatencs junto con Fernàndez y Alà. Sant Cugat es, curiosamente, punto de encuentro por algunos de los protagonistas de la primera parte de la campaña, la de los precandidatos. Laporta es un exsantcugatenc, ya antiguo; en Sant Cugat es donde Rousaud ha tenido la empresa Sunset Global, que utilizaba para captar a clientes en ferias republicanas, y en Sant Cugat tiene la oficina el hermano de Rousaud, Roman Rousaud, con quien fundó Factorenergia; por cierto, una oficina que está a pocos metros de la oficina de Fernàndez y Alà. Quizás una diferencia importante de Pere Riera respeto a todos los demás precandidatos es que es miembro de la peña azulgrana de Sant Cugat.
A Pere Riera -nacido en 1966- lo podemos considerar como el candidato outsider de estas elecciones, desconocido por el gran público, sin filiaciones políticas, tampoco relaciones empresariales que ayuden a divisar de donde sacará el apoyo financiero para desarrollar una campaña para la presidencia del Barça.
Pere Riera es un desconocido por el gran público, sin filiaciones políticas y tampoco relaciones empresariales
Sabemos que estudió Empresariales (una diplomatura que no finalizó) y un posgrado (según aparece en su perfil de LinkedIn) en Dirección de Marketing en EADA. La formación superior la cursó rondando la treintena, mientras trabajaba en Osborne como responsable comercial de una área de Barcelona del canal HORECA. Posteriormente, trabajó por Bodegas Olarra (donde fue jefe regional), después en Continental y en BRITA desde donde salió para tener su primera experiencia empresarial fundando MARINA una empresa que se dedica al tratamiento de agua por consumo particular, HORECA e industrial.
Actualmente, dirige una agencia inmobiliaria en Rubí; la actividad es la habitual de cualquier inmobiliaria pequeña, hacer de intermediario entre vendedores y comparadores por la venta de una propiedad inmobiliaria. La empresa y agencia se llama RdH y los resultados económicos si atendemos a la información pública diríamos que no son del todo buenos.
Barcelonista desde niño, su padre lo llevaba al Estadio de pequeño. Como el resto de candidatos (a excepción de Farré) es de una generación de barcelonistas que durante la primera mitad de su vida vivió dos ligas, de las que no recordaba la primera, y la primera Champions en Wembley. Es barcelonismo de mérito, barcelonismo por un estudio sociológico que explique aquello que es inexplicable: como un club que incluso inventa un torneo, el Gamper, para ganar algún título, se acaba convirtiendo en el más grande de Europa.
Años más tarde, fue él el que llevaba a su hijo a jugar con el benjamín culé. De esta época, extrae todo aquello que, según su criterio, no funciona del fútbol base azulgrana; como hacemos todos los padres con hijos que juegan a cualquier deporte, que nos convertimos en expertos en gestión, en formación y en psicología. Y en los mejores entrenadores, naturalmente.
Respecto al Barça, Pere Riera se define como un nostálgico, admirador de Laureano Ruiz, a quien señala como precursor de Cruyff y tiene una visión del Club del socio tradicional, del socio abonado que se ha pateado la grada de arriba a bajo un montón de años. Su hábitat natural se acerca más al de una tertulia de sobremesa de culés, copa en la mano derecha y puro en la mano izquierda, criticando al delantero centro de turno y recordando las excelencias del Barça de Guardiola por delante del equipo del momento. No parece que el palco sea su hábitat natural. O quizás lo está disimulando.
Puro en mano o no, ha anunciado una acción de responsabilidad contra la directiva saliente si es elegido presidente. Entiende que la situación económica es crítica y que es el aspecto sobre el que se tiene que trabajar con urgencia.
Podemos resumir su programa: reducción del endeudamiento y de los gastos, transparencia financiera, apuesta por la Masia, el fútbol femenino y las secciones
Su programa -una serie de temas con más opinión que concreción- podemos resumirlo en cinco puntos: reducción del endeudamiento y de los gastos, transparencia financiera, apuesta por la Masia, el fútbol femenino y las secciones. Propuestas más bien vagas y que no pueden discutirse por obvias. A pesar de esto, es mucho más de lo que podemos decir de su equipo, inexistente (o un secreto tan bien guardado como la fórmula de la Coca-Cola).
La realidad es que seguramente Pere Riera no tiene ninguna intención de ser presidente del Barça: ni programa, ni equipo, ni ideas. Su candidatura pasa a formar parte de la lista de candidaturas freak a la presidencia del Barça. Extraña manera de autopromoción. La única pregunta que tenemos que resolver sobre esta candidatura es cuándo anunciará que se retira definitivamente de la carrera.