Después de meses de pandemia, de medidas de seguridad y de higiene y de haber cogido el tic de ponernos gel hidroalcohólico cada vez que tocamos algo fuera de casa, ha llegado un punto en que muchos de nosotros nos planteamos hasta qué punto es saludable aplicarnos un producto químico unas cuantas veces al día. Bajo el argumento "yo te quiero cuidar, quiero cuidar tu familia y que estés tranquilo porque lo hacemos desde la naturaleza", Periche Profesional, una marca de productos cosméticos de alta calidad, decidió reinventarse durante el confinamiento y dar un paso más en un mercado que está en manos de muchos, pero que pocos cuidan con el cuidado que se merece. Y es que parar el golpe fue una carrera muy disputada, pero ahora hay que ir más allá y poner un ojo en todo aquello que "nos ofrece la magiade la naturaleza". Esto es lo que hace Welnig Organic Sanitizer, una línea de productos de cosmética higienizante de origen natural que está indicada para la prevención y eliminación de microorganismos, como las bacterias, los hongos y los virus.
Pero vamos a las raíces. Todo empezó en 1969 con Periche Profesional, de la mano del padre de PerePeriche, el actual CEO de la empresa y quien la profesionalizó e internacionalizó. Su histórica empieza en el barrio de Sant Andreu de Barcelona y con una idea clara: focalizarse en el sector de la peluquería profesional "intentando hacer productos para que la gente se sienta más segura". Entonces fabricaban productos como lacas a granel, aguas oxigenadas o champús de garrafa, unos productos inflamables que hicieron que el Ayuntamiento de la capital catalana les "invitara a irse" fuera de la ciudad para no tener una industria que fuera perjudicial para una ciudadanía que iba creciendo.
Cuando en 1999 se trasladaron a Montcada, Pere Periche empezó a preguntarse que "por qué no íbamos a otro país" y, relata en una conversación con VIA Empresa, fue entonces cuando "me embarqué en esta aventura". Una aventura que lo llevó a abrir mercado en 22 países diferentes, 17 de los cuales todavía están activos y, de hecho, el 55% de la facturación de la compañía es exportación. A partir de este momento, la empresa empezó a transformarse y cada vez se ha centrado más en la especialización. "Hoy en día nos hemos especializado en el tema del color capilar y también en el mundo del cuidado del cabello y esto es un valor añadido porque ya nos vienen a buscar clientes porque somos especialistas de estas dos cosas", explica Periche, que añade que "esto te da un prestigio y un valor añadido en un mundo muy competitivo en que las empresas italianas nos aprietan muy fuerte".
Vender un producto bueno y de calidad no es cosa fácil, admite el CEO de la empresa, y es que, señala, "si vamos al 70% de la peluquería, todavía tienen en la cabeza que comprar un tinte para el cabello 1 euro más barato les solucionará la vida y no es así, al final les cuesta más el aire acondicionado que lo que te puede costar el producto". Y un ejemplo para entenderlo mejor: "Esto es como el buen restaurante, si ahorras en la materia prima y en vez de comprar pescado fresco lo compras congelado, al final te posicionas en un segmento más bajo".
Pero llega la covid-19 y...
Con la llegada de la covid-19 y el cierre repentino de todos los negocios no esenciales, también las peluquerías, Periche dio la vuelta a su estrategia. Si bien es cierto que en 2009 con la gripe A, Periche se embarcó en la producción de geles hidroalcohólicos, también lo es que entonces la cosa no les salió bien porque no estábamos concienciados y el producto no tuvo salida. "Fracasamos totalmente", recuerda Periche, que explica que entonces ya pedían a sus clientes "que antes de tocar el cabello de un cliente que se higienizara las manos delante suyo, pero no había conciencia".
Periche: "La naturaleza nos ofrece su magia y nos protege"
Entonces, con el estado de alarma por el medio, los trabajadores de Periche se pusieron manos a la obra y retomaron la producción de los geles "en un momento de situación crítica porque había mucha demanda y poca oferta". Y no sólo esto. "Fue un momento duro porque era difícil encontrar alcohol y envases, pero hay veces que tienes que saber moverte en el barro y fuimos bastante ágiles", compraron alcohol a unos precios que estaban por las nubes y se adentraron en el mundo de las farmacias, cosa que no habían hecho nunca antes. Además, también hicieron donaciones a residencias de abuelos, a ayuntamientos y a la policía, entre otros, en un momento en que " había una necesidad de esta gente que trabajaba al servicio de todos".
Gracias a esto, se convirtieron en una empresa esencial que no tuvo que hacer ningun ERTE y, de hecho, si antes de la pandemia trabajaban 25 personas, ahora lo hacen 30. "Con toda la humildad, el universo nos ha hecho un regalo", dice un Periche optimista. Pero aquí sólo empezaba todo y todavía tenía que venir lo mejor.
...la naturaleza les (nos) protege
Mientras estaban inmersos en la producción de los geles, un compañero suyo les habló de la semilla de pomelo y les explicó que ésta es un principio activo, "un extracto que nos regala la naturaleza que es virucida, bactericida y fugicida". "Esto daba sentido al proyecto", aplaude Periche, que remarca que "todos los virucidas que hay en el mercado ahora mismo vienen del mundo químico y yo lo que quería era buscar que la naturaleza nos diera un producto vegano". Una línea de productos bautizada como Welnig Organic Sanitizer, que se compone de un gel de baño higienizante, un jabón de manos, un champú detox, una crema de manos y una loción y que convive con la línea más sanitaria que cuenta tanto con un gel higienizante como con un espray.
Ahora bien, es cierto que, admite, "nosotros somos un cosmético, no puedo ser un virucida porque un virucida son tres años de pasar por muchos filtros para poder decir que es un producto sanitario", cosa que les cierra puertas en cierto modo porque, asegura, "yo como cosmético tengo muchas limitaciones porque no puedo decir que soy desinfectante, que soy virucida... y ¿cómo transmitir esto a la gente sin poder decirlo?", se cuestiona. Y es aquí donde entró en juego una gran campaña publicitaria, en que aparecía una tortuga que "es un animal de la naturaleza que sabe cómo protegerse y cómo mantener la distancia social". Este era el mensaje que querían transmitir.
Ahora, quieren llegar más allá y están trabajando con el Laboratorio Echevarne para que certifique que todo aquello que explican es verdad. Todo esto va única y exclusivamente destinado al canal farmacia, un canal en que nunca habían entrado y que, después de 51 años de vida, les ha abierto muchas puertas. De hecho, la línea Welnig Organic ya se vende a unas 9.000 farmacias de todo el Estado y triunfa por su semilla de pomelo combinado con el estracto de reishi, que es una seta asiática que ayuda al sistema inmune; y el aceite de oliva, que es la parte de healthcare, la parte de cuidado, porque, señala Periche, "nosotros somos mediterráneos y es un ingrediente clásico que transmitia esta parte nuestra mediterránea".
Y es que esta nueva línea que han lanzado al mercado, dice Periche, "no es sólo un tema de covid, sino también un tema de cuidado personal e higiene" porque, sentencia, "sabemos que hay muchas personas, gente más escéptica, que mira mucho su higiene". Y así, volvemos al principio con un gran lema: "La naturaleza nos ofrece su magia y nos protege".