Pere Icart fundó el 1953 una empresa de elaboración y venta de piensos para animales de granja. Desde Sant Pere de Vilamajor alimentaba el ganado de las granjas vecinas. 70 años después está especializada en alimentación para mascotas y con una facturación de 15 millones de euros, perros y gatos de una veintena de países europeos se alimentan de su comida. A pesar de competir con grandes multinacionales, Piensos Picart se ha hecho su espacio en el mercado.
Joan Icart, segunda generación de la empresa familiar, explica que en los años 50 justo empezaba el negocio de alimentación para animales de granja: "Era un mercado creciente. Él estaba en el ámbito rural y vio una oportunidad de negocio. Los primeros clientes eran payeses y vecinos de la zona, en unos años donde era habitual tener conejos, cerdos, pollos o vacas en el jardín de casa.
Lugar y momento oportuno
Además, la economía española empezaba experimentar una cierta apertura después de los durísimos años de la posguerra. "Veníamos de una economía más de substistència y los piensos no habían llegado a las granjas", detalla Icart, que añade: "Cuando empieza a tener importancia la llegada de cereal y soja de fuera, nace esta actividad". Y Piensos Picart estaba en el lugar y en el momento oportuno.
En los años 70, Picart continuaba con el crecimiento que experimentaba mercado. Pero el ganado empezaba a dejar las casas para estar únicamente a las granjas, que se fueron haciendo más grandes, modernas y profesionales. Hasta entonces ls¡a empresa vendía sobre todo en Catalunya, en un mercado más local.
El viraje de una empresa histórica
La historia de la empresa empieza a cambiar a partir de los años 80, cuando se incorpora la segunda generación, Joan y Jordi. "Empezamos a pensar en los perros y gatos y animales de compañía. Se empezaba a ver que era un mercado naciente, en los Estados Unidos era cada vez más importante", explica Joan, que enfatiza que tenían el conocimiento y experiencia necesaria para hacerlo.
Y en los 90 dan el paso. Cómo había pasado cuarenta años atrás con el pienso para ganado, ahora Picart se encontraba en la primera oleada de la comida especializada para mascotas. Y la apuesta fue tan decidida y valiente que incluso decidieron separar la producción con dos líneas: una por pienso para animales de granja y la otra para las mascotas. Una decisión que años después fue muy positiva, puesto que por ley se obligó a esta separación. "Al principio fue complicado, cómo todos los inicios. Es un mercado totalmente diferente", recuerda Icart, que señala que las grandes multinacionales eran las grandes dominadoras.
Icart: "Siempre hemos apostado por productos de calidad y naturales, ser muy honestos"
Pero no se hicieron atrás y empezaron a visitar ferias de todas partes para dar a conocer el producto. Y la otra gran decisión fue apostar por la tienda convencional y la clínica veterinaria para vender su pienso, huyendo de las grandes superficies. Barcelona, Girona, Tarragona y Lleida fueron sus primeras paradas.
Lo que tenían claro a Picart era ofrecer un producto de calidad: "Siempre hemos apostado por productos de calidad y naturales, ser muy honestos. Son productos que el consumidor reconoce y que gustan mucho y ven los beneficios a la mascota". Por eso siempre han apostado por las tiendas especializadas y clínicas veterinarias.
A diferencia del piensos para animales de granja, vieron que tenían una opción de internacionalizar este nuevo producto. Asistieron a ferias internacionales y tejieron una red de distribuidores, empezando por Grecia, Chipre, Italia, Francia y Portugal. Y la respuesta era buena: "La clave es la misma: ofrecer productos de calidad a un precio muy razonable".
De Sant Pere de Vilamajor a Israel
Hoy el 50% de la facturación es de fuera de España, principalmente a Europa, donde están presentes a Albania, Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia. Grecia o Geòrgia. O también al norte de África, cómo Egipto y Marruecos. O Asia, donde Israel es un mercado muy importante por Picart. Y el éxito de la apuesta se ha traducido en las cifras: en el 2000 facturaba unos 9 millones de euros; ahora, llegarán a los quince.
A medida que el negocio del pienso para mascotas crecía, el de granja iba disminuyendo. Hasta la actualidad, donde Picart ha inaugurado una nueva planta de 12.000 metros cuadrados en Llinars con una capacidad para producir 40.000 toneladas de pienso cada año. Y no solo han dejado atrás Sant Pere de Vilamajor, sino que también han abandonado la fabricación de pienso para animales de granja. Años después la empresa se centra exclusivamente en comida para animales de compañía.
Pero siempre con la idea de la calidad y lejos del gran consumo: "No hacemos un producto masivo, sino un seleccionado para satisfacer los requerimientos del consumidor".
Icart: "El consumidor tiene que tener la garantía que lo que se le da a la mascotas es natural"
"El consumidor cada vez está más concienciado del que quiere por su mascota, que ha tomado protagonismo dentro de la familia. Esto hace que sean más exigentes", destaca Icart, que apunta que siguen unos estandards cómo si hicieran alimentación infantil: "El grado de exigencia tiene que ser el mismo".
Todo ello en un mercado, el de los piensos, que a menudo los consumidores miran con recelo. "El consumidor tiene que tener la garantía que lo que se le daa la mascotas es natural", concluye Icart. Esta filosofía que ha permitido sobrevivir durante décadas Piensos Picart, siendo testigo de la evolución de la sociedad, que ha pasado de tener cerdos a casa a convivir con perros y gatos, que a menudo se cuidan cómo si fueran un miembro más de la familia. Y en Picart lo tienen claro, cómo dice su lema: Alimentamos la amistad desde 1953.