
El aeropuerto de Lleida-Alguaire ha acogido las primeras pruebas de vuelo con energía eléctrica generada por el sistema Nomad, una estación de servicio móvil que transforma el metanol en hidrógeno o electricidad. El aparato, que está desconectado de la red eléctrica, actúa como una electrolinera ambulante y sirve como punto de recarga de cualquier producto. Las pruebas de vuelo se han llevado a cabo con el único avión eléctrico que hay en Catalunya, propiedad del Aeroclub de Barcelona-Sabadell, y responden a la voluntad del equipamiento de convertirse en un laboratorio de nuevas tecnologías y, en particular, de nuevos combustibles para fomentar la aviación verde. Asimismo, también se han realizado pruebas de carga con un automóvil de hidrógeno.
El aeropuerto de Lleida-Alguaire ha sido el escenario de la demostración de las capacidades de esta estación móvil, creada por la empresa Methanol Reformer, aplicada en un entorno aeroportuario. En este sentido, el sistema sirve como un punto de avituallamiento de este tipo de combustibles en cualquier lugar y sin necesidad de conexión a la red eléctrica. “Si un vuelo en avioneta dura unos 55 minutos y se quiere alargar el viaje, se necesita un punto de recarga y actualmente no hay las infraestructuras necesarias. Con este sistema se podría analizar el viaje y prever en qué lugar poner la estación móvil”.
Las pruebas de vuelo se han llevado a cabo con el único avión eléctrico que hay en Catalunya, propiedad del Aeroclub de Barcelona-Sabadell
Ha sido el primer vuelo eléctrico en el aeropuerto de Lleida-Alguaire con la particularidad de que el origen del combustible es el metanol. “Es un vuelo sostenible 100%”, ha destacado el director general de aeropuertos de Catalunya, Jordi Candela, quien también ha apuntado que el proyecto se enmarca en la intención de construir en el aeropuerto un ecosistema de empresas tecnológicas que fomenten la aviación sostenible. “Es una ventana de oportunidades para empresas que quieren probar sus productos”, ha dicho.
La avioneta utilizada para hacer las pruebas es la primera eléctrica llegada al Estado y está certificada por la Agencia Europea de Seguridad Aérea. Se trata de un aparato de dos plazas con una aviación “muy eficiente por sus alas largas”, según el jefe de instrucción del Aeroclub Barcelona-Sabadell, Rafael Molina. El aparato cuenta con dos baterías, una en el morro de la avioneta y otra detrás de los asientos. Actualmente, la avioneta se utiliza para vuelos locales de unos 40 minutos y para la formación de pilotos.