"Vamos a salvar vidas". La crisis sanitaria del coronavirus ha comportado un cambio radical en la vida de los tres fundadores de Protofy, pero en un sentido muy diferente al de la mayoría de la ciudadanía: han pasado de hacer neveras conectadas o videoworlds inteligentes a convertir limpiaparabrisas en respiraderos salvavidas. La empresa, nacida en 2018, se dedica a diseñar, construir y desplegar productos y prototipos IoT a medida para sus clientes. Esta vez, el objetivo y la manera de trabajar cambia y su cliente se convierte en cualquier paciente que necesite este "sustituto de respiradero".
"Normalmente nos viene el cliente con una idea, pero ahora también creamos ideas y vamos nosotros al cliente", explica a VIA Empresa uno de los fundadores de Protofy, Ignasi Plaza, que pone encima de la mesa que, en este caso, pusieron en marcha el proyecto de los respiraderos "para hacerlo abierto, transmitir el know-how por todas partes y, así, que todo el mundo pueda reproducirlo". Solidaridad en toda regla. "Vamos a salvar vidas", insiste.
Si normalmente son unas 10 personas en el equipo, ahora lo forman más de 20 más todos los partners que se están sumando a su iniciativa. Por ejemplo, Petardos CM, que ha tenido que parar su actividad al 100%, les hace de transportistas. "Se está volcando todo el mundo, es impresionante", explica. El agradecimiento es el hilo conductor de la conversación. Un agradecimiento para todos los actores implicados y que da paso a una inmodestia completamente eclipsada por el sentimiento de solidaridad y apoyo que tienen como equipo de trabajo, pero, sobre todo, como equipo humano. Muy humano.
Sin que nadie se lo pidiera, empezaron a buscar opciones que fueran útiles para ayudar en todo aquello que estuviera a su alcance en la crisis sanitaria. De hecho, Protofy ya tuvo la idea cuando en España la situación no era tan grave como ahora, pero en Italia ya sufrían la escasez de los respiraderos. "Queríamos hacer una solución low cost porque, sino lo hacíamos así y lo queríamos industrializar, podíamos tener muchos problemas de stock", señala Plaza.
Pero, ¿cómo llegaron a los limpiaparabrisas?
Después de hacer un llamamiento por redes sociales y que personas conocidas hicieran difusión de su proyecto, el equipo de Protofy se puso manos a la obra y fue a la busca y caputra de un motor que tuvieran al alcance y pudiera funcionar. Probaron con el motor del plato del microondas, de un exprimidor, de una Minipimer, de un taladro... Hasta que un amigo suyo les dejó el motor de un limpiaparabrisas de una ambulancia de los años 70 que tenía en su parking. I... chapeau. Entonces arrancaron.
Plaza: "Queríamos hacer una solución 'low cost'' porque, sino lo hacíamos así y lo queríamos industrializar, podíamos tener muchos problemas de stock"
Al ver que funcionaba, se pusieron en contacto con Doga, la empresa de producción y desarrollo de componentes de automoción ubicada en Abrera, a pocos minutos de Seat. Y Doga les hizo llegar unos motores ensamblados diseñados especialmente "para que cumpla las características que pide la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios", unos motores que también ha hecho llegar a otras muchas empresas. Solidaridad por todas partes y por todos los canales.
Doga, Reclam Làser, la Cambra de Comerç de Barcelona, personas conocidas que crean comunidad... Cuando ya se habían sumado muchos actores clave para sacar adelante con más rapidez el proyecto de Potofy, Seat llamó a su puerta. "No estamos interesados en promocionar la marca, sino en salvar vidas", les dijeron. Y así empezó su aventura con la marca automovilística que no para de batir récords históricos y que, ahora, ha cambiado la fabricación de vehículos por estos sustitutos de los respiraderos. Para vencer el virus y dotar de recursos a todos los pacientes que lo necesiten, de momento, con el sustituto de respiradero OxyGEN.
De hecho, trabajar codo en codo con una compañía como Seat es para el equipo de Protofy "una gran suerte" -y viceversa- porque, mientras que Seat ha puesto a trabajar a 150 personas en el ensamblaje de los respiraderos basándose en el prototipo ideado por la empresa de IoT, ellos, además, son los que hacen de hilo conductor entre la automovilística y los hospitales, al tiempo que también revisan que se cumplan todos los requisitos médicos.
"El tiempo son vidas"
Pero, a pesar de la rapidez con que Protofy ha ido sacando nuevos modelos que encajaran con todos los requisitos hasta dar con el modelo final, la homologación del producto es un proceso lento. "Tenemos que entender que es una cosa que va conectada a personas y tienen que tener en cuenta una serie de parámetros como no hacer daño a los pacientes", explica Plaza, que insiste en la idea de que "no estamos haciendo un respiradero, estamos haciendo un sustituto".
Insiste en esta idea porque cuando viajaron hasta Madrid con la máquina, "se esperaban que trajéramos un respiradero y habían preparado todas las pruebas para esto". Ahora, la urgencia para salvar vidas ha cambiado los planes de la Agencia de Medicamentos, que ha rebajado los requisitos y ha establecido algunos básicos como que no afecten a ningún otro dispositivo electromagnético como, por ejemplo, un marcapasos, o viceversa; elementos de seguridad a nivel mecánico y compatibilidad con los otros aparatos que hay en los centros sanitarios.
De hecho, este jueves, Seat paraba la producción de los respiraderos a la espera de que la Agencia los homologara, pero el viernes se volvía a poner en marcha la cadena después de que la Agencia de Medicamentos le diera luz verde. La compañía calcula que las instalaciones adaptadas de la fábrica de Martorell podrán producir hasta 300 respiraderos al día. Y es que, como subraya Plaza, "el tiempo son vidas".
Proteger al mundo
Durante todo este tiempo, el equipo de Protofy ha financiado el proyecto con dinero de su bolsillo y los materiales que les iban suministrando los diferentes proveedores. Pero, sus ganas de salvar vidas y de continuar aportando todo su conocimiento a la causa, les hacen ir más allá y tienen el objetivo claro de llevar el proyecto a los países en vías de desarrollo. De hecho, en Brasil, Perú, Chile, Turquía, China, Filipinas o Suráfrica, entre otros, ya fabrican OxyGEN.
Plaza: "OxyGEN es un proyecto que esta hecho de personas para personas"
Pero para poderlo llevar bien por todas partes, necesitan la implicación de administraciones más grandes porque la documentación funciona diferente en cada país y, además, hay muchos países en que ni siquiera se habla en inglés y "la cadena industrial es muy diferente". Por eso, tienen previsto poner en marcha una campaña de crowdfunding, pero cualquier actor que pueda tener implicación, está invitado a participar. "Nos llaman de países que dicen que tienen 25 millones de habitantes y 16 respiraderos en todo el país", relata Plaza, que se reafirma: "Estamos centrados en exportar esto y que llegue a todas partes".
Además de esto, todavía tienen más proyectos en mente (y los que irán apareciendo por el camino). Por la parte de la ingeniería, explica Plaza, están pensando en la mejora del sistema de alarmas y en hacer dispositivos más precisos para poner al alcance del personal sanitario, así como hacer frente a los "nuevos problemas que nos plantean los médicos". Y, por supuesto, también es prioridad esencial en su lista "asegurar stocks, conectores, filtros...".
De personas para personas
Protofy nació de las mentes de Ignasi, Joan y Lluís. Después de ganar un concurso de La Caixa en 2015, obtuvieron la financiación necesaria para empezar a diseñar y a desarrollar prototipos tecnológicos a medida. Hasta 2018, los tres eran autónomos. Entonces fundaron la Sociedad Limitada ya con clientes de todo el mundo, clientes que les vienen con una idea que después ellos convierten en un producto viable. "Lo que se nos da bien es la concepción global del proyecto, somos unos buenos integradores", puntualiza Plaza.
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"Estamos desbordadísimos". Trabajan prácticamente con clientes de toda Europa, también de los Estados Unidos, de América del Sur o de Asia y esto hace que muchos de los aparatos que diseñan cada vez tengan más recorrido por todo el planeta. Entre otros, un videoworld que se basaba en una cámara que sigue y capta la atención del usuario, analiza su sexo y rango de edad y le muestra un vehículo diferente según las preferencias que pueda tener, un vehículo que seguirá el peatón por una pantalla gigante situada como fachada del concesionario. También crearon un producto conectado a las neveras que permitía que el aparato llevara un control de los alimentos que hay y los que están a punto de caducar e, incluso, proporciona recetas para no derrochar ningún producto.
Pero ahora todo esto ha cambiado y ya no son los clientes quién les da la idea y ellos tienen que hacerla realidad, sino que es el equipo de Protofy quien, con la propia iniciativa y los recursos que tienen, han creado un sustituto de respiradero que puede llegar a salvar muchas vidas en un momento en que la escasez de productos esenciales para la sanidad está a la orden del día. Y les da igual dormir tres horas al día o convivir con "golpes a la moral que tienes algunos días" porque "es un trabajo muy agradecido", una tarea salvavidas. Como recuerda Plaza, "OxyGEN es un proyecto que esta hecho de personas para personas y es muy bonito ver cómo, cuando hay una situación de crisis, todo el mundo se junta". Y que así continúe incluso cuando acabe la crisis.