A nosotros siempre nos ha parecido que sin ética no existen empresas que valgan la pena. Las relaciones entre personas, que al fin y al cabo son lo que constituye la empresa, no pueden funcionar más que con ética. Pero la crisis lo está haciendo muy evidente tal como trataremos de argumentar a continuación. Esencialmente, en dos aspectos relacionados entre si, la misión (lo qué hace la empresa) y los procesos de decisión (el cómo lo hace).
"Sin ética no existen empresas que valgan la pena"
Empezamos por la misión. Una empresa tiene una misión cuando intenta satisfacer necesidades reales de personas y organizaciones. Respecto al cómo y de manera muy general, el proceso para llegar a realizar la misión tiene que garantizar un aprendizaje positivo para todo el mundo que está involucrado, que lleva al hecho que cada cual sea mejor después de este proceso de solucionar necesidades reales. Por lo tanto, en toda interacción entre la empresa y sus grupos de interés (clientes, empleados, sociedad, proveedores, ...) todo el mundo tiene que aprender algo y también ganar algo, y no sólo tangible. Es a través de interacciones como estas que la empresa puede construir una estrategia a largo plazo, porque crea valor para todo el mundo, siendo conscientes que siempre se trata de mejorar la vida de las personas involucradas y aprender a hacer lo qué se hace para hacerlo cada vez mejor.
Una cuestión fundamental son los criterios de decisión. Y para entender qué queremos decir con criterios de decisión éticos, vamos antes que nada al origen de la palabra ética. Si pensamos que dirigir quiere decir convencer a otras personas, vale la pena ir a la Retórica deAristóteles. Allí dice que para persuadir hacen falta tres cosas: un argumento sólido (logos), un convencimiento emocional de aquello que se comunica (pathos) y un prestigio moral ante la otra persona (ethos). El ethos, pues, incorpora la calidad moral que tiene un entendido en la materia, que por lo tanto, genera en los otros la expectativa que no les timarán en aquello que se les recomiende. Ethos además, es la raíz de ethikos (ἠθικός), que quiere decir mostrar carácter moral, y en forma plural es el estudio de la moralidad, es decir, el estudio de la ética. Pero además, y siguiendo con Aristóteles (a quién tendríamos que entender mucho antes de ir a la filosofía posmoderna, digamos de paso) en la Ética Nicomaquea distingue entre dos tipos de virtudes: las intelectuales y las morales, siendo la sabiduría práctica (frónesi) la virtud intelectual principal, y la justicia la virtud moral principal.
Por lo tanto, como son las decisiones tomadas con ética? Las que incorporan un objetivo justo a través de opciones que incluyen sabiduría práctica. Ahora bien, en situaciones de crisis somos particularmente sensibles a las injusticias, nos cuecen más. Por lo tanto, los abusos son más evidentes, y por lo tanto no forman parte de las opciones correctas. Podemos tener diferentes opciones justas, a veces no nos pondremos de acuerdo en cuál es la más justa (la sabiduría práctica nos indicará opciones realistas para no paralizarnos en excesivos análisis sobre cuál sería la mejor en términos de justicia). Ahora bien, tendremos muy claro cuáles son las opciones injustas y abusivas, porque en este sentido la sabiduría práctica es más fácil de practicar (distinguir entre objetivos injustos de los 'posiblemente' justos), y nuestra moralidad está bien activada por la situación de necesidad que estamos viviendo fruto de la crisis.
"En momentos de crisis, las empresas que abusan nos hacen más evidente su abuso"
Por lo tanto, en tiempos de crisis, la situación es más compleja, pero a la vez y paradójicamente, algunas cuestiones se simplifican mucho. Por ejemplo, en momentos de crisis las empresas que abusan nos hacen más evidente su abuso. Si tienes un proveedor que funciona generalmente bajo criterios egoístas y abusivos, en época de crisis lo hará exactamente igual, pero a tí, empresa o persona que estás inmerso en una crisis, se te hace mucho más evidente. Por lo tanto, la situación es más compleja, pero la evaluación de un proveedor resulta más fácil. Y por qué? Pues porque resolver tus necesidades reales durante una crisis te hace ser más consciente que nadie puede ganar demasiado y aprovecharse de tu necesidad mediante el servicio que te ofrece. Que sería injusto, está claro. Esto no quiere decir que lo tenga que hacer de forma gratuita pero el precio que tenga tiene que ser justo, el hecho de ser abusivo se hace más evidente.
Igualmente, cuando, por ejemplo, vemos en un diario de gran tirada un articulista que dice que "a ver si abrimos las tiendas, dejamos circular a los coches y la policía persigue a los que se dedican a robar y no a los que quieren pasear", poniendo la economía frente a la vida de las personas, sabemos que tenemos delante a alguien que tanto de ética como de sabiduría práctica tiene más bien poquita.
Así pues, en una situación como la que vivimos, no es que todo el mundo se vuelva mejor o peor, sino que somos más capaces de ver quién actúa con poca ética. Nos volvemos más sensibles a las injusticias, afinamos nuestra sabiduría práctica. Y una vez llegados aquí cuál es el aprendizaje? Pues lo qué nos haría falta es recordar que cuando todo vuelva a la normalidad nuestros criterios éticos que se han sensibilizado durante este periodo, se mantengan tanto como podamos en este nivel de sensibilidad, para que aquello que hemos aprendido gracias a la crisis pueda prolongarse en el tiempo. Nos hace falta que estos aprendizajes éticos puedan acontecer realmente un cambio de manera de funcionar y organizarnos en la vida económica. Pasar de una economía basada en el consumo hacia una economía ética basada a satisfacer necesidades reales y mejorar la vida de las personas.