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En un contexto en que el sector inmobiliario obliga a ser imaginativo, Psquared ha conseguido crear un modelo de éxito en Catalunya. Esta proptech, creada en 2017, se dedica a transformar inmuebles vacíos en oficinas modernas y rentables, sin olvidarse del mercado residencial. Así lograron cerrar 2024 con una facturación próxima a 3,5 millones de euros, cifra que prevén mejorar este año en un 20%. Para conseguirlo, a finales del año pasado invirtieron 2 millones de euros que sirvieron para reforzar la estrategia empresarial. A pesar de todo, Psquared ha sufrido su propio proceso de transformación; el modelo que hoy genera grandes beneficios no se instauró definitivamente hasta 2023.
Y es que las consecuencias de la pandemia obligaron a los tres fundadores, Nicolás Araujo, Jorge Araujo y Nicolás Manrique, a repensar la estructura de Psquared. Uno de sus secretos es el perfil empresarial de cada uno: mientras que los hermanos Araujo provienen del sector digital (en 2015 fundaron la plataforma de job matchingNubelo), Manrique lleva más de una década dedicándose al inmobiliario y la construcción. Primero crearon Cobuilder Hub, un proyecto relacionado con el cotrabajo (coworking), que en 2017 era el gran fenómeno del sector. "Era un espacio colaborativo entre emprendedores, como un cotrabajo, pero nosotros le añadíamos una capa de servicios tecnológicos y financieros, sobre cómo levantar capital y estructurar compañías desde un inicio", explica Manrique a VIA Empresa.
La idea era potente y funcionó. Sin embargo, finalmente decidieron transformarla en un proyecto de plug & play, es decir, de desarrollar espacios de trabajo totalmente equipados y listos para ser utilizados al momento, llamado Psquared. Todo sucedió un día cualquiera, en el que una de las compañías con las que trabajaban en Cobuilder Hub les pidió un lugar de trabajo para 80 o 100 personas. "Vimos que había un nicho de negocio", recuerda Manrique. Entonces, los tres socios disponían de un espacio que se adaptaba a las demandas de su cliente. Eran sus oficinas, al lado de la Sagrada Familia. No dudaron en cederles el espacio y reinventar su modelo de negocio: abrieron una ronda de inversión y pusieron en marcha la segunda etapa de la empresa. "Buscábamos el perfil de una startup que acabara de levantar capital, una serie A, con crecimiento exponencial de la plantilla", apunta el cofundador.
La primera etapa de Psquared: "Levantábamos un 'pool' de inversión, salíamos a buscar activos de acuerdo con nuestros requisitos, y una vez los encontrábamos, los comprábamos con ese 'pool"', recuerda Manrique
A pesar de ser una empresa joven, Psquared fue atractiva desde el comienzo por las ventajas que ofrecía a sus clientes. "Las empresas no tenían que hacer nada, podían diseñar el espacio a su gusto. Nosotros nos encargábamos del capex y después lo repercutíamos en la cuota de alquiler", explica Manrique. Entonces era el año 2018 y la primera metamorfosis ya se había completado. "Levantábamos un pool de inversión, salíamos a buscar activos de acuerdo con nuestros requisitos, y una vez los encontrábamos, los comprábamos con ese pool", describe el codirector de Psquared. ¿Cuál era el siguiente paso? "Hacíamos la reforma, poníamos el activo en rentabilidad y conseguíamos un cliente. Después, dábamos la vuelta y lo vendíamos a un fondo de inversión, aunque nos quedábamos operando", concluye. Así fue hasta que la pandemia les obligó a cambiarlo todo.
El Psquared de hoy: un nuevo modelo de negocio con la sostenibilidad en el centro
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El mercado inmobiliario no fue ajeno a la crisis de la covid-19. El confinamiento primero y el fenómeno del teletrabajo después complicaron el negocio de las oficinas. La tasa de desocupación se disparó y el interés por adquirir espacios de trabajo disminuyó severamente. El replanteamiento del modelo de Psquared se basó en cambiar el primer paso del proceso: en lugar de ir a buscar espacios, propusieron acuerdos de fusión con los propietarios, con los que se ofrecían a diseñar el espacio del inmueble y gestionarlo. "Ellos tienen una exposición de riesgo muy baja. A partir del diseño, creamos una presentación comercial y salimos a buscar clientes. Una vez los tenemos, los llevamos al propietario y entonces le planteamos invertir en la obra porque ya tienen asegurada la rentabilidad", afirma Manrique.
Esta propuesta, vigente desde hace dos años, parte del cofinanciamiento de inversores y propietarios, y busca no solo beneficiar a Psquared y sus socios, sino también a los usuarios finales gracias a la reutilización de activos infrautilizados. Recientemente, han trabajado con locales en la calle Ramon Turró o un espacio en la calle de la Marina. De momento, el modelo les permite mejorar las cifras del negocio año tras año, mientras que la media de disponibilidad de oficinas de la ciudad (13,8%) se acerca al espiral del 5-10% deseable para Manrique.
Manrique: "Nuestros clientes priorizan el bajo consumo de servicios, la calificación energética A y poder medir los niveles de CO₂"
Con todo, el proyecto de Psquared está muy arraigado a la sostenibilidad. Todos sus inmuebles disponen de la Certificación Leed, es decir, aquella que distingue a los edificios sostenibles, un estándar que los tres socios consideran que será "obligatorio" a medio y largo plazo para poder sobrevivir en el mercado. "Nuestros clientes priorizan el bajo consumo de servicios, la calificación energética A y poder medir los niveles de CO₂", revela Manrique. No son las únicas peticiones: "también nos piden que los espacios tengan luz natural, plantas y exteriores". Unas exigencias que la proptech catalana tiene muy en cuenta en el proceso de dar una nueva vida a espacios desocupados, y que les ha colocado en una posición de comodidad en el sector.