La empresa catalana Puig celebra este año su centenario con un regalo especial: el estreno de su nuevasede a la Torre Puig de la plaza Europa de L'Hospitalet de Llobregat, un edificio de 23 plantas diseñado por el arquitecto Rafael Moneo. Al frente de esta empresa multinacional hay la tercera generación de la familia Puig, que se marca como reto colocar la empresa entre las tres primeras de la industria mundial del sector y aumentar su cuota de mercado mundial del 8,6% actual al 12% de aquí a seis años. Actualmente, Puig ocupa la sexta posición en la lista de empresas internacionales de este sector.
Mucho ha cambiado la empresa y la sociedad desde que Antonio Puig Castillo creó en 1914 la marca Puig para representar perfumes franceses en un contexto de preguerra. El año 1922, Puig fabricó el primer lápiz de labios en España, el conocido Milady y desde entonces, la empresa ha pasado de ser una distribuidora de perfumería y cosméticos local a convertirse en una multinacional presente además de 140 países y una plantilla de 4.000 empleados.
El año pasado, el 2013, la empresa cerró con unos beneficios de 176 millones de euros. El presidente ejecutivo de Puig, Marc Puig, reconoce que la crisis económica se ha dejado notar en el consumo pero alerta que desde el pasado Nadal hay "tendencias positivas, se ha parado la caída y se notan signos de recuperación". Puig reconoce que durante los últimos 10 años la empresa ha pasado de una situación frágil a una consolidación que han hecho de Puig la empresa que más ha crecido del sector en todo el mundo.
Marcando tendencia
La primera fragancia que salió de los laboratorios de Puig fue Agua Lavanda Puig y desde entonces ha creado referencias como Agua Brava, 212 CH, Muñeca, Valentina, Prada Candy, Luna Rubia o Invictus. Estos son algunos de los productos que han marcado más de una generación y que han convertido la firma catalana en una de las más reconocidas en todo el mundo, compartiendo protagonismo con El Oreal, Estée Lauder o Revlon.
La entrada de Puig en el mundo de la moda y la posibilidad de combinar fragancia y moda vino de la mano de Paco Rabanne y se consolidó gracias a los acuerdos con los cuales la marca catalana llegó con diseñadores y creadores de reconocido prestigio, como Carolina Herrera o Muñeca Ricci.
El secreto del éxito
El presidente ejecutivo de Puig apunta que el secreto del éxito es un modelo de gestión híbrido "único en la industria", que consiste en la convivencia dentro de la compañía de marcas propias y licencias de moda y fragancia.
Actualmente, Puig cuenta con marcas propias como Carolina Herrera, Muñeca Ricci, Paco Rabanne, Jean Paul Gaultier, licencias como Prada y fragancias de celebrities como Antonio Banderas, Agatha Ruiz de la Pradera, Adolfo Domínguez o Shakira. Este modelo, según Puig, se mantendrá hasta el año 2020, cuando confía colocar Monte entre las tres primeras empresas de este sector del mundo.
Puig tiene 10 plantas de perfumería y cosmética, 8 en Europa y 2 en México, y produce 331 millones de unidades cada año. El objetivo de la empresa, según Puig, es convertirse en "un grupo de marcas de lujo reconocido internacionalmente" y subraya la importancia de mercados emergentes como por ejemplo el de América Latina.
Las ventas limpias de la empresa han llegado a los 1.400 millones de euros y el 86% del negocio se echa de España. "Nuestro negocio ha ido creciente y nos encontramos muy cerca de conseguir una cuota de mercado del 10%, que nos situaría entre las cinco empresas más grandes de este sector del mundo", dice Puig, que insiste que el objetivo es estar entre las tres primeras en 2020.
Puig: de distribuidor local de cosméticos a multinacional de marcas de lujo
La empresa catalana celebra su primer siglo de vida combinando moda y fragancias y con el estreno de su nueva sede en L'Hospitalet de Llobregat
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