Estos días de Mobile WorldCongress , entre las mil novedades tecnológicas, hemos sentido a hablar de encriptaciones, de bitcoins , y también de transacciones, de inversores, de capital riesgo…: el negocio global.
Uno de los términos de moda es blockchain, una tecnología que todavía se mira con cierto miedo y reticencia pero que impregna todos los debates y congresos de innovación. En catalán,decimos cadena de bloques, un neologismo formado por la vía del calco, igual cómo han hecho nuestros vecinos, el castellano (cadena de bloqueas) y el francés (chaîne de bloques).
Una cadena de bloques es una base de datos dentro de la cual están almacenadas cronológicamente, en forma de bloques ligados los unos con los otros, las transacciones sucesivas efectuadas entre sus usuarios, de manera verificable, permanente y anónima. La primera cadena de bloques apareció con los bitcoins (moneda virtual descentralizada y no avalada ni controlada por ningún banco ni gobierno) para servir de registro de las transacciones y reemplazar los intermediarios entre compradores y proveedores de productos y servicios.
Cómo veis, no hay que recurrir a el inglés para hablar de cosas modernas. Y ante cualquier duda terminológica, consultáis el Cercaterm.