"Sihubiera una presa de conciencia, si existiera, estoy convencido que viviríamos en una sociedad más justa y en equilibrio. En los Estados Unidos la filantropía mueve el 12% de la economía. Aquí, cuanto más nivel adquisitivo, menos implicaciónencuentras en la gente". Empezamos por el final, por la conclusión de lo Impulsa Cultura -organizado por la Fundación Cataluña Cultura- que ha reunido en Barcelona a algunos de los mecenas culturales por importantes de Cataluña. La cita es de Sergi Ferrer-Salado, presidente de la Fundación de Música Ferrer-Salado y de la empresa Ferrer Corporate, y la presa de conciencia a la cual alude es a la obligación moral que tiene quien mástiene.
Ferrer-Salado es uno de los apellidos de la clase benestant catalana. Presidente de la farmacéutica Ferrer desde que sueño paro murió el 1998, el empresario está detrás de la fundación musical ligada a su familia que, entre otras, concede becas de música al Liceo para los jóvenes talentos catalanes de barrios como Trinidad Nueva o Barón de Viver. "Es una 'verdad como un templo' que tenemos una gran suerte de haber nacido donde lo hemos hecho, y tiene que haber un compromiso ético de volver a la sociedad el que esta nos ha dado", explica el empresario en la última mesa redonda de la jornada, en que comparte reflexiones con el reconocido publicista Lluís Bassat, presidente de la Fundació Carmen & Lluís Bassat; Ricard Planas, responsable de la Fundació Lluís Coromina; Han Nefkens, fundador de la Fundació Han Nefkens; Isabelle Le Galo-Flores, delegada adjunta en España de la Fundació Daniel & Muñeca Carasso y Mercedes Basso, directora del Fomento del Mecenazgo de la Fundación Bancaria laCaixa, quien ha actuado como moderadora.
Si Ferrer-Salado apuestan por la música, los Bassat se han implicado de verdad con el arte contemporáneo. Presidente de la Fundación Carmen & Lluís Bassat, Lluís Bassat ha encontrado en el impulso de los talentos desconocidos el motor de su obra social. "Intentamos que el arte contemporáneo llegue al más grande número posible de personas; estamos dando a conocer el arte contemporáneo catalán y ayudando los artistas catalanes que son pocos conocidos pero tan bonos como los americanos. Ayudamos los que no han tenido la opción de darse a conocer", explica el creativo. Su fundación tiene la sede al Museo de Arte Contemporáneo de Mataró, un espacio arquitectónico singular conocido como Nave Gaudí, siendo el primer edificio del genial arquitecto catalán. El centro fue inaugurado en noviembre de 2010 y tiene como principales objetivos la ayuda a las personas necesitadas, la promoción del arte contemporáneo y la enseñanza de las técnicas de comunicación publicitaria.
En ambos casos, las motivaciones personales están detrás de esta necesidad de dar y de ayudar los otros. En el caso de Bassat, tal como explica, el mecenazgo ha sido una máxima de la familia desde que su abuelo pagaba los estudios de los hijos de los operarios de las fábricas que dirigía a Barcelona. "Hay algo en el ADN de mi familia relacionada con el mecenazgo", explica. También es la generosidad ver en casa el que movió a Marina Nahmias, la hija de los fundadores de Danone , a crear la fundación Carusso. "Ella también creció en una casa llena de arte, sus padres eran unos apasionados por la música y siempre fueron donantes... por eso ella creía que lo tenía que hacer", explica Isabelle Le Galo-Flores. La Fundació Daniel & Muñeca Carasso financia proyectos relacionados con la alimentación y el arte, principalmente en España y Francia.
La filantropía versus el patrocinio
La experiencia de la Fundación Ferrer-Salado implica creer en el concepto de filantropía, como explica su presidente. "El objetivo último de la filantropía es erradicar la necesidad última del Estado del Bienestar, por eso todo el que sea promover la educación, con los estudiantes, el conservatorio, etc. pensamos que contribuye a crear una sociedad más cohesionada y más justa", argumenta. Es por este compromiso que Ferrer-Salado diferencia entre patrocinio y mecenazgo/filantropía, "el primero esconde un interés económico, el segundo se hace por amor".
Ferrer-Salado: "El objetivo último de la filantropía es erradicar la necesidad última del Estado del Bienestar"
Aun así, en la tradición familiar de Lluís Corominas ha sido el mecenazgo. Su fundación desarrolla actividades en el ámbito de las artes, de la atención a las personas y de la preservación de la natura y los animales y del entorno paisajístico. "Corominas viene de una familia en que el mecenazgo está muy asentado", asegura Ricard Planas.
Por último, dar también es la motivación que levanta el ánimo del coleccionista Han Nefkens, quién creó esta organización privada sin ánimo de lucro en Barcelona en 2009 con el objetivo de conectar a las personas a través del arte, en todas sus disciplinas. "La línea roja de mi vida es compartir, no me interesa coleccionar porque es sinónimo de acumular. Cuando compartes no estás solo porque comport construir un puente con otra persona", alega Nefkens.