24
de Enero
de
2014
Act.
31
de Julio
de
2014
Al mes de junio, la plantilla del BBVA en Cataluña será de 5.000 trabajadores y 670 oficinas. Después de la adquisición de Unimos, el banco de las grandes empresas y corporaciones ya cuenta con una cuota del 14,5% en Cataluña y centra los objetivos al hacerse un lugar en el mundo de la pequeña y mediana empresa catalana. "La diversificación geográfica y de negocios es nuestra fortaleza. Somos más competitivos que otras entidades en el ámbito de las grandes empresas porque pocos bancos tienen el balance que tenemos nosotros. En el terreno de las pymes hay mucha competencia, pero esto no quiere decir que no nos interese, al contrario", remarca en una entrevista a VIAempresa XavierQueralt, director territorial del BBVA en Cataluña desde hace cinco años.
Hemos tenido más entidades financieras que las que el país requería. Era una reestructuración previsible?
La medida de la empresa, como pasa en muchos sectores, está condicionada por el tipo de negocio que uno quiere hacer. En este sentido,había muchas cajas que se habían medio convertido en bancos y que aspiraban a hacer un negocio por el cual no estaban diseñadas. Si te dedicas a la financiación de grandes empresas necesitas un balance muy fuerte. El que no puede ser es ser pequeña y querer financiar operaciones de gran riesgo.hubieran podido existir 100 en España si cada cual se hubiera limitado a hacer su trabajo! Por suerte, hoy en día es más evidente que nunca que el crecimiento no lo es todo en una empresa. Ahora, para asegurar la viabilidad de una empresa el primero es tener un negocio sostenible y rentable.
Cómo han quedado repartidos los clientes de las cajas desaparecidas?
Para nosotros se planteó como una oportunidad. El año 2000, nuestra cuota de mercado en España era de un 17% y, en Cataluña, de un 12%. La cuota fue bajando durante el año 2000 y 2007 hasta situarse entre un 10 y un 7% respectivamente. Como BBVA, todos estos años fuimos perdiendo cuota de negocio, porque nosotros veíamos que el negocio no era rentable e hicimos políticas de contención y miramos al exterior. Con la reestructuración del sistema financiero nos propusimos ocupar los vacíos de las entidades que han ido desapareciendo o se han debilitado y readaptado al entorno, como es el caso de Unnim.
Qué fue el argumento de suprimir la marca Unnim y operar en el mercado catalán finalmente con una única marca?
Cuando compramos Unnim nos encontramos una marca neutra. Tanto a trabajadores como clientes, Unnim no los decía nada. Fue una marca que tuvo una vida muy corta y no arraigó en el territorio. Es un tema de percepciones, perohubo un momento que la marca Unnim casi que nos quemaba, sobre todo en el ámbito de trabajadores, los cuales pedían acontecer BBVA lo más bien mejor. El cambio vino solo.
La línea de negocio más importante del BBVA es el segmento de las grandes empresas. La adquisición de Unnim os ha ayudado a entrar en el mundo de las pymes catalanas?
Pensábamos que la presencia que estas entidades habían tenido en el territorio nos ayudaría, pero no ha sido así. Unnim ya había cortado el crédito a las pymes y la relación ya se había desvirtuado. En este sentido, hemos encontrado pocos clientes en el mundo de la pequeña y mediana empresa que tuvieran Unnim como banco principal. Ahora los estamos intentando recuperar.
Se han marcado algún objetivo?
Traemos tres años que el saldo del crédito en empresas ha ido cayendo y nuestro objetivo es invertir la tendencia y conseguir crecer. En el territorio catalán hay tres bancos importantes y uno somos nosotros.
Hace tres meses dijo que la economía había salido de la UCI y estaba a planta. Cuando saldremos del hospital?
De momento estamos convalecientes, no sé si a planta o en casa, pero es muy importante que seamos conscientes que la economía está débil. Si la economía española creciera el 2,5 durante los próximos años, sólo en 2015 recuperaríamos el nivel de ocupación que teníamos el 2007. Tenemos potencial para crecer, pero todavía hay retos estructurales que tenemos que hacer.
Qué reformas estructurales tendríamos que hacer el 2014?
La reestructuración del sistema financiero todavía no está al 100% y hasta que esto no se solucionehabrá falta de crédito. En la reforma laboral, se ha avanzado mucho pero la gran reforma que queda hacer es la de la Administración pública. Esta no puede ser permanentemente deficiente. La única manera de hacerle frente es como hacen las empresas: con productividad. Es decir, conseguir más servicios con el mismo dinero. Lo hacen las empresas y también lo tiene que saber hacer el Gobierno.
Hemos tenido más entidades financieras que las que el país requería. Era una reestructuración previsible?
La medida de la empresa, como pasa en muchos sectores, está condicionada por el tipo de negocio que uno quiere hacer. En este sentido,había muchas cajas que se habían medio convertido en bancos y que aspiraban a hacer un negocio por el cual no estaban diseñadas. Si te dedicas a la financiación de grandes empresas necesitas un balance muy fuerte. El que no puede ser es ser pequeña y querer financiar operaciones de gran riesgo.hubieran podido existir 100 en España si cada cual se hubiera limitado a hacer su trabajo! Por suerte, hoy en día es más evidente que nunca que el crecimiento no lo es todo en una empresa. Ahora, para asegurar la viabilidad de una empresa el primero es tener un negocio sostenible y rentable.
Cómo han quedado repartidos los clientes de las cajas desaparecidas?
Para nosotros se planteó como una oportunidad. El año 2000, nuestra cuota de mercado en España era de un 17% y, en Cataluña, de un 12%. La cuota fue bajando durante el año 2000 y 2007 hasta situarse entre un 10 y un 7% respectivamente. Como BBVA, todos estos años fuimos perdiendo cuota de negocio, porque nosotros veíamos que el negocio no era rentable e hicimos políticas de contención y miramos al exterior. Con la reestructuración del sistema financiero nos propusimos ocupar los vacíos de las entidades que han ido desapareciendo o se han debilitado y readaptado al entorno, como es el caso de Unnim.
Qué fue el argumento de suprimir la marca Unnim y operar en el mercado catalán finalmente con una única marca?
Cuando compramos Unnim nos encontramos una marca neutra. Tanto a trabajadores como clientes, Unnim no los decía nada. Fue una marca que tuvo una vida muy corta y no arraigó en el territorio. Es un tema de percepciones, perohubo un momento que la marca Unnim casi que nos quemaba, sobre todo en el ámbito de trabajadores, los cuales pedían acontecer BBVA lo más bien mejor. El cambio vino solo.
La línea de negocio más importante del BBVA es el segmento de las grandes empresas. La adquisición de Unnim os ha ayudado a entrar en el mundo de las pymes catalanas?
Pensábamos que la presencia que estas entidades habían tenido en el territorio nos ayudaría, pero no ha sido así. Unnim ya había cortado el crédito a las pymes y la relación ya se había desvirtuado. En este sentido, hemos encontrado pocos clientes en el mundo de la pequeña y mediana empresa que tuvieran Unnim como banco principal. Ahora los estamos intentando recuperar.
Se han marcado algún objetivo?
Traemos tres años que el saldo del crédito en empresas ha ido cayendo y nuestro objetivo es invertir la tendencia y conseguir crecer. En el territorio catalán hay tres bancos importantes y uno somos nosotros.
Hace tres meses dijo que la economía había salido de la UCI y estaba a planta. Cuando saldremos del hospital?
De momento estamos convalecientes, no sé si a planta o en casa, pero es muy importante que seamos conscientes que la economía está débil. Si la economía española creciera el 2,5 durante los próximos años, sólo en 2015 recuperaríamos el nivel de ocupación que teníamos el 2007. Tenemos potencial para crecer, pero todavía hay retos estructurales que tenemos que hacer.
Qué reformas estructurales tendríamos que hacer el 2014?
La reestructuración del sistema financiero todavía no está al 100% y hasta que esto no se solucionehabrá falta de crédito. En la reforma laboral, se ha avanzado mucho pero la gran reforma que queda hacer es la de la Administración pública. Esta no puede ser permanentemente deficiente. La única manera de hacerle frente es como hacen las empresas: con productividad. Es decir, conseguir más servicios con el mismo dinero. Lo hacen las empresas y también lo tiene que saber hacer el Gobierno.