El presidente de Renfe, Raül Blanco, dejará el cargo en la empresa pública el próximo 14 de enero. El dirigente ha aludido a "motivos personales" y ha asegurado que su renuncia se ha tomado "de mutuo acuerdo" con el ministerio de Transportes del gobierno español. Ahora, el exsecretario general de Industria ha avanzado que irá a una compañía del sector privado, aunque no ha revelado a cuál.
En los dos años transcurridos desde su incorporación en febrero de 2023, las cuentas de la empresa pública han pasado de unas pérdidas de 123,4 millones de euros en 2023 a unos números rojos de 20 millones de euros en 2024, lo que supone una reducción de las pérdidas del 83%. Al mismo tiempo, el resultado bruto de explotación (ebitda) ha aumentado un 28% respecto al año anterior.
Este último año también se ha culminado la modernización de la compañía con el cambio de los equipos de dirección, con la llegada de perfiles profesionales independientes y paritarios a los consejos de administración del grupo, y con la mejora de las normas de transparencia y compliance en el seno de la empresa. Además, también se ha acordado el traspaso parcial de Rodalies a la Generalitat y se han recuperado las conexiones de alta velocidad con Francia, aunque aún falta el enlace entre Barcelona y París en solitario por parte de Renfe. De hecho, Blanco compareció en la rueda de prensa para anunciar inversiones en la red de Rodalies de Catalunya para los próximos dos años.
Álvaro Fernández, su sustituto
De esta manera, Renfe concluye esta etapa con la esperanza de tener resultados positivos a partir de 2025 y preparada para ser "una de las grandes empresas españolas globales en el ámbito de la movilidad durante los próximos años". De momento, no se conoce el nombramiento del nuevo dirigente de la compañía ferroviaria, pero algunos medios como Expansión han avanzado que su recambio será previsiblemente Álvaro Fernández, el actual secretario general de movilidad sostenible del Estado.