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Re-Read, libros de segunda mano y lecturas de primera

La crisis ha hecho reorientar a Mercedes Zendrera su librería, hoy reconvertida en una cadena low coste que triunfa por todas partes

Mercedes Zendrera en la tienda Re-Read del Paseo de San Juan
Mercedes Zendrera en la tienda Re-Read del Paseo de San Juan
Aiats Agustí
18 de Abril de 2016
Mercedes Zendrera (Barcelona 1958) todavía no se lo acaba de creer del todo. Cuando la crisis llegó, las dificultades económicas hicieron peligrar las cuentas de la librería familiar Bai Bares. Fue entonces cuando se alió con unos clientes dedicados al diseño y Re-Read vio la luz. Justo en un momento en que la recesión hacía estragos al sector editorial y librero, la fusión de la librería de viejo, el auge de la cultura de la segunda mano y el low coste ha triunfado. La fórmula de cinco libros a 10 euros ha sido un éxito: Re-Read factura 1,2 millones de euros el año, cuenta con tiendas a todo el Estado y ya planea el salto internacional.

Una fórmula de éxito
Zendrera conoce bien los libros. Su abuelo, José Zendrera, fundó la editorial Juventud el 1923 y su padre siguió la tradición durante 47 años. Ella fundó Bai Bares en 1997. "Cuando llegó la crisis la vivimos doblemente, por la crisis general y por la del sector del libro en particular, y de manera muy aguda", explica Zendrera. La tienda tenía que cerrar o reconvertirse. Bai Bares era una librería especializada en mundo árabe e idiomas. Las ventas fueron cayendo de entre un 10 y un 20% cada año desde el 2008. "El 2012 estábamos muy endeudados", explica la librera.

"Pensamos a hacer saldos de ediciones y después pensamos en la segunda mano. Nos gustaba. Viajamos para ver experiencias a otros países y lentamente le dimos forma al proyecte Re-Read", relata la empresaria. El nacimiento de Re-Read en un contexto en que la moda de la segunda mano estaba a la alza "fue muy acertado".

Hasta topar con la fórmula 5x10 quemaron otras etapas como por ejemplo "bolsillo 3 euros, tapa dura 5 euros". Este modelo "sólo duró una semana", bromea Zendrera y afirma que con el sistema actual se incentiva mucho más la compra: un libro por 3 euros, dos por 5 y cinco por 10 euros.

Cuando Zendrera y su compañero, Nicolas Weber, trabajaban en el concepto estaban en contacto con un estudio de diseño que "se entusiasmó con la idea". Según la empresaria, los libreros no son gente de dinero y "acostumbran a hacérselo todo ellos", pero en aquel momento lo hicieron con este estudio. "Aprendí a dejarme asesorar y ha sido un éxito: el concepto, el logo, la imagen corporativa, etc.". Tanto ha sido así que incluso han ganado tres premios Laus de diseño. En aquel momento los avisó que no los podría compensar, pero ahora ya lo ha hecho.

Las primeras tiendas propias que abrieron fueron las de calle del Rosselló y Paseo de San Juan. Bai Bares –en la calle de Muntaner- también se convirtió en un Re-Read y a la Navidadestrenaron una en Madrid. Además, hay 21 tiendas franquiciades en todo el Estado y "abrirán tres o cuatro más en los próximos meses". El modelo de franquicia ha permitido a la compañía expandirse rápidamente y fácil: "Cada semana recibimos solicitudes para abrir librerías". El año pasado lo empezaron con 13 tiendas y lo acabaron con 20.

La inversión inicial para abrir una franquicia Re-Read no tiene nada que ver con otras marcas, "no es tan exagerada, unos 40.000 euros". Paralelamente, la fundadora de estas librerías de bajo precio está "estudiando" el salto internacional en Francia, Italia y México.

    
El diseño juega un papel importante a las librerías Re-Read. Jordi Borràs

Selección cuidadosa, clasificación eficiente
El sistema es sencillo. Cualquier persona puede traer libros a las tiendas Re-Read. La empresa compra ejemplares a 20 céntimos: "No trabajamos con libros de viejo o antigüedades ni best sellers de antes de los 90, más que nada porque no se venden, en cambio los clásicos los compramos todos".

Después de la elige y la selección, se hace una lavada de cara y se colocan a la sección Acabados de llegar. Precisamente uno de los puntos fuertes de estas librerías es la clasificación. "Trabajamos mucho en la selección porque no tenemos catálogo, por lo tanto el que sí que podemos ofrecer son facilidades para encontrar un libro concreto", explica Zendrera. El alta rotación de libros desmotiva la catalogación de los ejemplares: "Disponer de catálogo supondría tres personas trabajando exclusivamente en esto", sobre todo teniendo en cuenta que diariamente entran y salen 300 libros de media.

Innovación en la segunda mano? 
Aún así, el cliente es caprichoso y demanda saber sobre la disponibilidad de uno u otro libro. Por eso Re-Read ha desarrollado un sistema para compensar la carencia de catálogo. La compañía está trabajando en una herramienta de compra a distancia que estrenará por la fiesta de Sant Jordi. Se trata de un sistema de escaneig de las estanteries que lee los lomos de los libros. The Book Finder –así se denomina- lee los títulos, autor y todo aquello que se lea al lomo de los libros. Esta información será cercable y se encontrará disponible en el web de Re-Read. De este modo, los clientes podrán saber qué ejemplares tiene cada tienda y comprarlos.

Esta aplicación complementará al actual sistema de alertas que ya ofrece la compañía. Si The Book Finder encuentra un libro por el cual hay una alerta activada, avisará al cliente interesado.

Cambiar de sector
"Siempre hay sistemas baratos de leer, como las bibliotecas o Re-Read, pero las novedades salen a precios muy altos" y esto es sintomático, lamenta la librera. El sector editorial tiene un problema que sufren las librerías, "la gran rotación y las constantes novedades no te permite tener un fondo, tienes que devolver y recibes libros que no has pedido, todo esto hace que las antiguas tiendas de libros sufran", explica Zendrera y añade que, además "el sistema hace que no se pueda asesorar bien al cliente".

Grandes librerías como la Catalonia han cerrado, pero en cambio vemos florecer pequeñas librerías de barrio "mucho más especializadas", que pueden disponer de fondo y se permiten atender y asesorar el cliente. Y ninguno aquí es hacia donde Zendrera cruz que tenderá el sector. Sobre todo la "vocación y el entusiasmo" hacen que estos proyectos sean posibles.

Zendrera está feliz con el cambio de sector. "Si bien todavía tratamos libros, la relación con las editoriales ahora ya es sólo familiar, el que nos interesa es que la gente lea y dar una segunda vida a libros es precioso", detalla. Se acerca Sant Jordi y en esta "fiesta" las librerías pueden llegar a facturar el 10% del año. Y a Re-Read ya lo preparan: "A pesar de ser un día genial, es difícil de gestionar, pero tenemos buenas perspectivas y nos encanta ver las librerías llenas".