A las 8.22 horas de este jueves ha salido, desde la estación de Sants, el primer tren de la nueva ruta de Renfe entre Barcelona y Lyon. Por primera vez, el servicio ha sido dirigido exclusivamente por un maquinista español, sin necesidad de realizar ningún cambio en la frontera. En 15 días, a esta ruta se sumará el servicio Madrid-Marsella. Desde hace tres semanas, la compañía ya ha vendido 43.000 billetes para conectar a los pasajeros con las ciudades de Lyon, Marsella, Nimes, Aviñón o Aix-en-Provence. Para ganar un agujero en el mercado, los trenes de Renfe cuentan con conexión wifi a bordo, restauración y un sistema de precios flexible.
"Después de muchos años de trabajo completamos nuestra entrada en Francia", apunta Raül Blanco. En este sentido, el presidente de Renfe asegura que con la entrada en servicio de la ruta "se recupera una reivindicación histórica de conectar Barcelona con el resto de Europa por vía ferroviaria". A corto plazo, Blanco ha comunicado que todos los esfuerzos de la compañía se focalizarán en la llegada a París, prevista para el 2024. Los trenes AVE conectan desde hoy Barcelona con Lyon en 5 horas, Perpiñán en 1 hora 25 minutos, Narbona en 2 horas, Montpellier en 3 horas 8 minutos, Nimes en 3 horas 38 minutos y Valence en 4 horas 23 minutos. A partir del 28 de julio, las conexiones llegarán hasta Marsella (5 horas de viaje desde Barcelona y 8 horas desde Madrid), Aviñón y Aix-en-Provence.
El discurso de Blanco llega pocos días después de que Renfe haya anunciado que reforzará las acciones en defensa de su cartera de marcas, y, en especial, de sus marcas renombradas, concretamente AVE, para lo que contará con la colaboración de la Asociación de Defensa de la Marca (ANDEMA) y del Foro de Marcas Renombradas Españolas (FMRE), a las que ha solicitado el diseño y desarrollo de iniciativas en defensa de la marca AVE. La petición de Renfe a ANDEMA y al FMRE se produce a partir del incidente de un tren de Ouigo (de la marca de la francesa SNCF, Société Nationale des Chemins de Fer Français) que sufrió una avería solucionada horas después. Durante y después del incidente, viajeros y medios de comunicación se dirigieron a Renfe, confundiendo la marca francesa (Ouigo) con la marca AVE, según apunta la compañía.