Vitalista, sociable, periquito hasta el moll de l'os e hijo de la muy marinera población de Vilassar de Mar, Josep Sánchez Llibre nació en 1949 y desde entonces que ha ido proyectando su legendaria capacidad por el pacto y las relaciones humanas en todos los ámbitos sociales donde se ha movido: la empresa privada, la política y, ahora, desde noviembre de 2018, desde la presidencia de Foment del Treball, que es la patronal más antigua de Europa.
En este último escenario destaca una innata actitud proactiva que lo llevó, a pesar de ser el único candidato que aspiraba al cargo, a hacer una campaña exhaustiva en la que se obligó a escuchar personalmente todas las federaciones territoriales y sectoriales de Foment para presentar su programa y recoger anhelos e inquietudes.
Sánchez Llibre no es persona de tener enemigos, cuando menos visibles, pero en aquel caso, como en otros muchos, optó por curarse en salud antes que tener que lamentar los efectos de alguna maniobra oculta que ya se empezaba a manifestar alrededor de determinados círculos vinculados al statu quo anterior.
La renovación de Foment
Por encima de este tipo de pequeñas dificultades, el actual presidente de Foment es un hombre cordial y business friendly que vaper feina. Esto le ha permitido, entre otras cosas, gobernar una numerosa junta en la que nadie se siente marginado, actualizar una entidad que pedía a gritos un buen zarandeo y extender los brazos a las otras tres grandes instituciones barcelonesas que le podrían disputar el liderazgo teórico y espiritual del empresariado catalán: la Cambra de Comerç de Barcelona, Pimec y el Círculo de Economía. Tres otros pilares de la sociedad civil catalana de las cuales hay dos que también han estrenado presidente no hace mucho. Joan Canadellen la Cambra y Javier Faus en el Círculo. El caso de PIMEC, con Josep González al frente desde el año 2007, es un caso digno de ser analizado a parte.
Sánchez Llibre habría podido ser diplomático, pero se licenció en ciencias económicas, hizo un máster de dirección de empresas en ESADE y continúa trabajando desde 1988 como vicepresidente de Conservas Dani, al lado de su hermano Daniel. Sus inicios remotos en el mundo de la política fueron de la mano del histórico líder demócrata cristiano Anton Cañellas, que, al ver que Unió Democrática no lo seguía en su proyecto de converger en una gran formación de centro catalanista ma non troppo, fundó la efímera Unión Democrática Centre Amplio (UDCA), con la que quería hacer piña con el Centro Catalán (CC) y la Unión del Centro Democrático (UCD) del entonces presidente Adolfo Suárez.
Centro Catalán fue una plataforma creada desde el Círculo de Economía por un ilustre núcleo europeísta de signo giscardiano integrado por personalidades como Carles Güell de Sentmenat, Carles Ferrer Salado, Joaquim Molins o JoanMas Canté, entre otros, con quién Sánchez Llibre se encontraba bastante cómodo.
Para los lectores más jóvenes -o más desmemoriados- hay que recordar dos cosas: que el neologismo "giscardià", inventado por un inquieto periodista de la época, se correspondía al modelo implantado en su país por el presidente de la República Francesa Valéry Giscard de Estaing, y que la UCD era una formación liberal derivada del régimen anterior que, justamente, fue dinamitada desde dentro por los demócrata cristianos de Oscar Alzaga, antes de caer en brazos del exministro franquista Manuel Fraga Iribarne, primero como hipotéticos dirigentes de Alianza Popular y después del Partido Popular. Y es que de demócrata cristianos, como habitantes del Amazonia, hay de todos los colores.
La convergencia centrista (no confundir con la convergencia nacionalista), cogió el nombre de Centristas de Catalunya (CC-UCD) y se convocó a su alrededor buscando otros apellidos célebres, como el otro inicialmente democristiano Josep Miró i Ardèvol, el entonces cuñado Juanjo Folchi, procedente de UCD, el ex alcalde de l'Hospitalet de Llobregat Vicenç Capdevila (UCD), recientemente desaparecido, José Mesa Parra (UCD), el ex comunista y gran divulgador científico Eduard Punset, Santi Guillén, delegado de la Fundación Konrad Adenauer en Barcelona entre 1980 y 1984 o el empresario liberal y también ucedista Josep Pujadas i Domingo que, junto con el propio Sánchez Llibre, acabó probando suerte con el Centro Democrático y Social (CDS), un pequeño partido con el que Adolfo Suárez pretendía disputar el electorado a sus anteriores aliados, una vez guaridos bajo las siglas de la derecha de la derecha.
La realidad es que de todo aquella pandilla de nombres ilustres, uno de los únicos (por no decir el único) superviviente fue Josep Sánchez Llibre. Centristes de Catalunya (mal denominados els Cent Tristos de Catalunya) duró poco. La transición se hizo larga, las pequeñas formaciones suelen ser madriguera de grandes debates estratégicos y, finalmente, el grupo se disolvió y cada cual se fue a buscar su destino en el partido más cercano a su talante, cosa que sirvió para nutrir de cuadros intermedios valiosos a la creciente Convergència i Unió de Pujol y Duran Lleida, mientras iban quedando al margen todos aquellos que no quisieron evolucionar hacia aquel centro tan declaradamente nacionalista.
La carrera política de un democristiano moderado e indulgente
Sánchez Llibre, nacionalista moderado y demócrata cristiano indulgente de toda la vida, no dudó mucho, y después de un breve paso de aquel finado Centro Democrático y Social que Adolfo Suárez se había sacado de la manga para combatir la destrucción programada de la UCD, se asoció al proyecto de un líder ascendente, Josep Duran i Lleida, con quien ha compartido años y años de construcción de un lobby catalán en Madrid como diputados, los dos, de Minoría Catalana, bajo la atenta mirada de Miquel Roca i Junyent.
El enlace entre Sánchez Llibre y Unión Democrática fue ser el exconseller Lluís Alegre que le presentó a Concepció Ferrer y a Josep Duran Lleida. Y así fue como pasó a ser, en 1987, miembro del comité de gobierno de Unión Democrática, diputado en el Parlament de Catalunya, senador catalán en las Cortes Españolas y diputado en el Congreso de los Diputados.
Sánchez Llibre tiene siete vidas (como mínimo) y después de ejercer sus funciones parlamentarias pasó en 2016 a ser responsable de relaciones de la CEOE con las Cortes Españolas, gracias a la experiencia acumulada y a sus tradicionales buenas relaciones con Foment, primero con el histórico presidente Alfred Molinas y después con su delfín Joan Rosell, que después de 16 años al frente de la patronal catalana, presidía la española desde comienzos de 2011.
Teóricamente, en 2018, Sánchez Llibre era un candidato de consenso en una institución que en las últimas décadas sólo había vivido una auténtica contienda electoral 10 años atrás, cuando se enfrentaron Joan Rosell y el empresario nacionalista Joaquim Boixareu, que a pesar de contar con muchos menos apoyos, consiguió un 33% de los votos.
La foto del Majestic
"Tú siempre caes derecho", le dijo entre sonrisa y sonrisa el expresidente Jordi Pujol mientras repasaban una foto que ha resultado histórica: la del famoso Pacto del Majestic. Efectivamente, aquella foto de familia, ya amarillenta, está llena de viejas glorias que las nuevas generaciones tendrán problemas para recordar: Macià Alavedra, Rodrigo Rato, Jordi Pujol, Josep Maria Aznar, Josep Duran Lleida, Joaquim Molins, Josep Sánchez Llibre y Mariano Rajoy. Todos ellos desaparecidos de la escena pública, por motivos diferentes, salvo uno, que según dice la leyenda -en este caso, el legendario Jordi Pujol- siempre cae derecho.
Sánchez Llibre, un hombre dotado de una enorme empatía social y de grandes recursos dialécticos, que probablemente le mantendrán en la vida pública mentres le apetezca.