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Sanmartí 1850, los gallineros de Sabadell

Fundada hace 165 años, este negocio familiar se ha convertido en la primera carnicería del Estado al vender Wagyu japonés, un producto exótico que complementa la clásica oferta de alimentos de proximidad

La Cesca Sanmartí y Àlex Castaño son madre e hijo y están al frente del negocio
La Cesca Sanmartí y Àlex Castaño son madre e hijo y están al frente del negocio
Xavi Segura
24 de Agosto de 2015

Una empresa centenaria y que mantiene la oferta de productos y se adaptada a los nuevos tiempos. Esta es la historia de Sanmartí 1850, la carnicería de Sabadell fundada hace 165 años y que ya ha vivido el paso de seis generaciones de la misma familia de carniceros y gallineros de profesión. Con dos tiendas al Mercado Central de la cocapital vallesana, Sanmartí se ha convertido en un referente de la alimentación a la ciudad pero también en otros puntos puesto que los clientes provienen de Sabadell, pero también de Barcelona. Este año, la Generalitat ha otorgado en la tienda uno de los Premios Nacionales a los Establecimientos Comerciales Centenarios en reconocimiento a su exitosa trayectoria.

La innovación ha sido siempre un factor esencial para todas las generaciones Sanmartí y, de hecho, la tienda empezó vendiendo aviram muerto y desplumado, un hecho trencador a mediados del siglo XIX. Actualmente, continúa especializada en estos productos pero desde hace cuatro años también vende carnes rojas otros animales como por ejemplo cordero o ternera, siempre con el sello ecológico. Apuesta por los productos de proximidad pero también por la importación, puesto que el negocio ha crecido con la venta de carnes exóticas importadas de todo el mundo. Las nuevas tecnologías y la preparación de comidas para acontecimientos también han cogido un peso importante.

Un inicio marcado por la mujer emprendedora
El inicio de Sanmartí 1850 no fue precisamente un comienzo plácido. La fundadora del negocio, Joana Gorina Turull, formaba parte de una importante familia del sector industrial de Sabadell. La mujer, pero, se enamoró de en Sanmartí, un contrabandista andorrano, que no tenían nada de buena fama en aquel época, cosa que comportó que sus padres la desheretessin de la empresa familiar. Un golpe casados, el hombre resultó ser un "perla" y tuvo que ser Joana quién cogió las rentas de la familia. Así, se le ocurrió abrir la tienda con éxito gracias a los conocimientos adquiridos en casa de sus padres, convirtiéndose así en una de las primeras mujeres emprendedoras de la época a casa nuestra. "En aquel momentohabía un vacío comercial en cuanto a ganado muerto, y ella tuvo la visión, seguramente gracias a su educación, puesto que una mujer que supiera escribir y leer entonces no había muchas. Gracias a ella tenemos esto ahora", explica la gerente del negocio y tataranieta de Joana, Cesca Sanmartí.

El carácter emprendedor de la fundadora ha ido traspasándose a través de los genes puesto que la innovación siempre ha sido el sello de todas las generaciones que han regentado el negocio. Gracias a esto, la oferta ha aumentado sin cesar, se han superado situaciones adversas como el paso de la posguerra. "Todas las generaciones hemos ido más allá y hemos buscado la manera de diferenciarnos de los competidores. Nos hemos adaptado a los nuevos tiempos apostando sin cobardía por el futuro y haciendo reformas", asegura la Cesca, recordando las numerosas familias de clientes que siguen viniendo todo y el paso de los años.



El equilibrio entre el producto local y el de fuera 
"Somos firmes defensores de los productos de proximidad y de kilómetro 0, pero no nos tiemblan las piernas a la hora de ir afuera y coger ideas", afirma Cesca Sanmartí. Con el espíritu de la innovación, la tienda de alimentación vallesana importa las mejores carnes exóticas de todo el mundo como por ejemplo el Wagyu japonés, la raza de buey más preciada al país nipón que hace tan sólo un año que es legal exportarla y Sanmartí se ha convertido así en la primera carnicería del Estado al vender este producto. Hamburguesas de cocodrilo, entrecots de cebra de Suráfrica o carne de la Black Angus de Nebraska (EEUU), son algunos de los productos por los que ha apostado la tienda y que han tenido éxito entre los consumidores. "En todo el mundo hay productos fantásticos y vale la pena que los ofrecemos a nuestros clientes", explica la Cesca.

Con todo, Sanmartí ha aprovechado así una moda creciente de hacer barbacoas destinadas a la cata de diferentes carnes exóticas. "Puedes hacer la vuelta el mundo en tan sólo una comida, y esto es, sin duda, un nicho de mercado que hemos encontrado", afirma la gerente del negocio. La tienda es especialista en aviram muerto y desplumado, pero desde hace cuatro años también lo es en carnes rojas como el cordero, la ternera, el cerdo o el cabrito. Productos con sello ecológico que provienen del ripollès o Collsuspina. Además, el negocio vallesà también vende Steack Tartar y prepara comer para cenas particulares y acontecimientos de hasta 300 personas, sirviendo también comer a domicilio gratuitamente.

Adaptarse a los nuevos gustos con espíritu de equipo 
"Los gustos de la gente han ido cambiado según las diferentes situaciones de cada época y, a pesar de que nuestros clientes conservan parte de sus costumbres, nosotros hemos notado el cambio y nos hemos tenido que adaptar a ellos", explica Cesca Sanmartí. Esta adaptación ha hecho que el negocio también se haya extendido por Internet a través de las redes sociales con el objetivo de "ser punteros contodo ". Todo y el esfuerzo económico que comporta la apuesta por la innovación, por la Cesca esto "vale la pena". Uno de los factores claves, según el actual gerente, es el espíritu joven siempre presente, caracterizado en la actualidad por su hijo, Àlex Castaño Sanmartí, que se ha convertido en la sexta generación que entra a la tienda. Con todo, el equipo de Sanmartí está formado por 11 personas y la clave es la cohesión de todos sus miembros para salir adelante el negocio.

No obstante, la grave situación económica de los últimos años no ha dejado a nadie al margen y ha afectado mínimamente a todos los negocios, incluyendo el de la carnicería vallesana. "Nosotros no apagamos las luces o bajamos la persiana por la crisis, afrontamos el contexto actual con sacrificio gracias al gran equipo que somos", afirma la Cesca. En este sentido, la gerente afirma que al matadero de Barcelona se mata un 30% menos de ganado de carne roja en relación a unos años atrás, dato que, asegura, es consecuencia que la gente "ha buscado formas para gastar menos" con la comida y demuestra que "los negocios que no han tenido la posibilidad de innovar se los ha pasado factura la crisis". Sanmartí 1850 facturó un millón de euros en 2014 con cerca de 1.000 pedidos semanales, y prevé superar esta cifra económica este año. "Estamos contentos de cómo funciona el negocio, se ha creado un plantel para seguir triunfante", concluye la Cesca.

Tecnología y formación para seguir encarando el futuro 
En el futuro más inmediato, Sanmartí quiere potenciar su presencia en Internet y por esta razón está diseñando una nueva página web para hacer crecer las ventas online. "Estamos apostando muy fuerte por este proyecto", afirma el actual gerente de la tienda. Su hijo, Àlex, es quien está cogiendo las riendas del negocio actualmente gracias a su especialización universitaria y, además de las nuevas tecnologías, la carnicería vallesana también se está planteando "salir del Mercado" para ampliar la empresa e implantarse a otros puntos de Sabadell o también de Barcelona ciudad.

"Para salir adelante un negocio en la actualidad, se tiene que tener formación, estudios, práctica en tu sector e idiomas para expandir la empresa", explica la Cesca. Unos requisitos que cumple Sanmartí 1850 y que su gerente pone de consejo a nuevos emprendedores que quieran iniciar un nuevo proyecto. "Para abrir una empresa propia se tiene que pensar primero si sería traumático cerrarlo y si esto puede ser costoso. La teoría y la práctica tienen que ir ligadas y se tienen que buscar todas las herramientas que ayuden a lograr el éxito porque detrás de cada persiana bajada hay un drama", concluye la Cesca.