Con 176 años de vida, Santa Eulalia no pasa de moda. Siete generaciones han conducido los hilos de la emblemática tienda barcelonesa de lujo, que factura 18 millones de euros anuales y donde trabajan 72 personas. Nacida en 1843 de la mano de Josep Taberner y su hijo Salvador Taberner, Santa Eulalia ha pisado diferentes puntos emblemáticos de la capital catalana pasando de la calle de la Boqueria al paseo de Gràcia. Actualmente, la cuarta generación de la familia Sans cose los hilos del negocio: Luis Sans se encarga de la dirección general y de las compras de hombre y su mujer, Sandra Domínguez, lleva la parte de ventas de mujer, que son el 45% del total del negocio. Es una empresa familiar en toda regla.
Santa Eulalia utiliza su historia para encarar el futuro con unos objetivos claros: una buena atención al cliente, una calidad impecable del producto y unos locales "bonitos, comfortables y céntricos". Así lo explica su director general y propietario de la empresa, que asegura que, a pesar de tener prácticamente dos siglos de vida, "lo que nunca ha cambiado es la calidad de lo que vendemos y esto ha sido así en todas las épocas" de la icónica tienda. "Tenemos lo mejor que ofrece el panorama internacional de la moda", relata. Y así es. Personalidades tan destacadas como el centrocampista del Barça Frenkie de Jong o gran parte de la familia de Amancio Ortega son clientes de la tienda.
Pero Santa Eulalia no sólo ha sabido mantener el lujo en la calidad de los productos que vende, sino también de las generaciones que han pasado. Durante la tercera generación de la familia Taberner, Domingo Taberner decidió buscar un socio con quién compartir el negocio. Este socio era el bisabuelo del hoy director general, Lorenzo Sans, que ya tenía un negocio de textil en la misma calle Boqueria. Se asociaron en 1908. Siete años más tarde, en 1915, Taberner muere y Sans decide comprar el negocio a su vidua. Pero sólo dos años después, él también traspasó.
En aquel momento, fue el abuelo del actual director quién cogió el negocio. Una historia de familias, moda y paralelismos puesto que los dos se llaman Luis y los dos tomaron las riendas de la tienda a los 22 años. El padre de quien hoy dirige la boutique todavía se inició antes en este mundo, a los 18 años, y sin opción a elegir. Cuando murió en 1988, Sans pudo decidir si continuaba con la tradición familiar o se dedicaba a otra cosa. Hoy ya lleva 31 años al frente de la emblemática tienda.
Mantener la esencia con derecho a cambios
La clave para que el negocio triunfe y sea exitoso es, según Sans, "saber ver qué es lo que tiene que cambiar y qué se tiene que mantener". Evidentemente, la tienda se va transformando año tras año porque los diseños cambian con cada temporada, pero la esencia continúa tejiendo puentes entre propietarios, trabajadores y clientes. "El objetivo siempre ha sido poner al cliente en el centro de nuestras decisiones y tener una organización que esté orientada a él para hacerlo contento", explica. De hecho, cuentan con una sastrería y camisería donde hacen los trajes a medida, trajes que pueden llegar a necesitar hasta 50 horas de costura.
"El objetivo siempre ha sido poner al cliente en el centro de nuestras decisiones y tener una organización que esté orientada a él para hacerlo contento"
Pero los tiempos cambian y, si no se está a la última moda, se deja de existir en el mercado. Es por eso que la tienda en linea es imprescindible para Santa Eulalia y, a pesar de que de allí sólo proviene el 3% de su facturación, tienen claro que "también hay ventas que vienen motivadas por el canal online porque hay mucha gente que ve el producto en la web y viene a comprar en la tienda física", en definitiva, "influye en las decisiones de compra de nuestros clientes".
Luis Sans sabe aprender de la historia, pero mirar hacia el futuro. "El mundo digital no ha venido sólo para quedarse, sino para hacerse más grande y, por lo tanto, nosotros también estamos en este canal", apunta. De hecho, las ventas a distancia no es cosa nueva. Sans destaca que antes, Santa Eulalia ya hacía ventas vía telefónica, cosa que "era mucho más difícil porque no podías ver el producto". "Igual, te llamaba un cliente y te pedía que le posspusieras essis las mismas camisas que había comprado el año anterior". Trato personalizado, atención cuidadosa y renovación constante con la historia como hilo conductor.
Por todo esto, Santa Eulalia ha renovado su web después del verano de 2019 y de cara a 2020 quieren hacer algunos cambios en la tienda del paseo de Gràcia, que ya tiene nueve años. No sólo remodelarán aspectos decorativos, sino también de la disposición de las piezas y harán cambios en sus secciones. De hecho, Santa Eulalia ha tenido varias cunas. Las más emblemáticos las de la calle de la Boqueria y el actual del paseo de Gràcia, pero habían tenido una tienda en Tánger (1949-1953) y una en la calle Pau Casals que abrió a finales de los años 80 y que ahora ya está cerrada.
Tejer los reconocimientos
Su estilo cuidadoso y siempre a disposición del cliente ha dado sus frutos. No sólo porque por su tienda pasan clientes distinguidos e, incluso, hay uno que forma parte de la quinta generación familiar que compra en Santa Eulalia, sino también por la gran cantidad de premios que ha recibido. Entre ellos, el premio a la mejor iniciativa comercial de la Generalitat de Catalunya y del Ministerio de Economía, el de mejor tienda del mundo por la Cambra de Comerç o la medalla de oro de la ciudad de Barcelona al mérito cívico.
¿Su valor diferencial? "La selección de artículos, el servicio que damos y, sobre todo, que es una tienda con 176 años de historia que está mirando al futuro y muy situada en el presente". En el presente y en el panorama de la moda internacional porque, a pesar de que la mayoría de sus clientes son sobre todo de Barcelona, de Catalunya y del resto de España, tienen muchos de todo el mundo. "Sospecho que los clientes online son gente que ha venido a la tienda, que vuelve a su país y que decide continuar comprando en Santa Eulalia", expone Sans.
"Santa Eulalia es una tienda con 176 años de historia que está mirando al futuro y muy situada en el presente"
Y es que, como dice Sans, "la dificultad es seguir estando a la moda 176 años después", pero ellos lo han conseguido y lo continuarán haciendo. Ahora queda por ver si uno de sus trillizos -que ahora tienen 15 años- coge en un futuro los hilos de la tienda, pero todo apunta, según su padre, que al menos uno seguirá con esta bonita tradición familiar. La saga de Santa Eulalia continúa y (todavía) tiene muchos hilos para coser.