Los últimos estudios de la Agència de Salut Pública de Catalunya apuntan que solamente un 9% de catalanes y catalanas no consumen bebidas alcohólicas. En los grandes acontecimientos, como es el caso de las fiestas de Navidad, la sociedad otorga un destacado protagonismo al alcohol. A menudo se vincula el acto de beber a la alegría y el éxito, mientras que todas las personas ajenas a la norma social son observadas con actitud extraña o condescendiente. ¿Es viable, económicamente y socialmente, un proyecto empresarial de una bebida no alcohólica?
Bajo el criterio de un santcugatense parece que sí. En el año 2020, en pleno confinamiento, el chef Daniel Duran dio los primeros pasos de lo que se conoce actualmente como Sober Drinks. Una startup que ha creado una ginger beer con la voluntad de imitar el gusto, la textura y el efecto del alcohol. "De alguna manera, el covid-19 me hizo ver que habría un nuevo comportamiento social", apunta Duran durante una visita a la redacción de empresa VIA Empresa. A finales de noviembre, Sober Drinks ganó el primer premio Innofood, un programa de BarcelonaActiva y Mercabarna para potenciar proyectos con innovaciones en cualquier fase de la cadena de valor alimentaria.
El mundo de las bebidas no es el único ámbito donde trabaja Barcelona Activa. Antes del verano, la entidad también activó la segunda edición del programa empresarial de economía azul B-Blue. Una iniciativa que prioriza la búsqueda de soluciones para la emergencia climática y, a la vez, también visibiliza el papel del agua a la hora de preservar los ecosistemas hídricos y marinos. En la ciudad de Barcelona, el universo azul mueve unas 1.600 empresas que dan trabajo a 16.200 personas. Unos puestos de trabajo, principalmente, en sectores como la logística marina, la construcción naval, la innovación y la sostenibilidad.
Una vez superada la etapa más crítica de la pandemia, el Institut d’Estadística de Catalunya muestra como el consumo de alimentos y bebidas no alcohólicas, con un 15,8%, es uno de los segmentos que ha experimentado un mayor crecimiento. También, según datos del organismo público, se ha detectado un aumento del consumo de bebidas energéticas y vegetales. En este sentido, en paralelo a la ginger beer, Duran ya se plantea una nueva línea de producción de productos energéticos. "Hablamos de bebidas con características similares a la kombucha", puntualiza el emprendedor.
Visión industrial
Hasta ahora, Daniel Duran ha utilizado su condición de chef para hacer el testeo de las bebidas con una producción de 1.500 botellas. Un proceso que ha contado con la colaboración estrecha de La Fem, un obrador de cerveza artesanal de Sant Cugat del Vallès. "El producto que quiero hacer ha tenido una buena recepción, porque hay gente que se quiere cuidar y tener hábitos saludables, sin renunciar a ratos de ocio", plantea Duran. Sin un horizonte claro en clave de facturación u otro valor económico, el siguiente paso de Sober Drinks "es mantener la calidad artesanal, sin renunciar a la producción industrial".
La prioridad del chef es reforzar su presencia en Catalunya y, una vez consolidado este mercado, el siguiente paso será conquistar las Islas Baleares. Sin dejar la parte técnica y empresarial, a largo plazo, el sueño de Duran es "externalizar" el máximo número de procesos vinculados a las bebidas para centrar los esfuerzos "en las ideas y el desarrollo de producto". Catalunya cerró el año 2022 con más de 5.000 operadores ecológicos, de los cuales 3.834 son productores, 1.547 importadores y 698 comercializadores. De entre los cultivos mayoritarios, el ranking está liderado por el cultivo de cítricos, frutos secos, viña y olivos.
El ecosistema agroalimentario ecológico cuenta con 2.771 empresas, una industria donde la comercialización, las importaciones y el almacenamiento generan un mayor negocio. A partir de los datos del AEAT (Agencia Estatal de Administración Tributaria), Catalunya dejó atrás el 2022 con unas exportaciones agroalimentarias de 14.848 millones de euros. De cada siete euros exportados, uno es de este ámbito. Las ventas agroalimentarias en el exterior equivalen al 6,47% del PIB catalán. Durante el 2023, la Generalitat ha incrementado sus recursos para acompañar las empresas catalanas en su aterrizaje en México, Alemania, Estados Unidos, China, Corea del Sur, Japón, Taiwán o Singapur, entre otros mercados.