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Soler alpargatas, la innovación también se calza

La empresa familiar nacida el 1880 en Arenys de Munt aplica la innovación al tradicional calzado catalán

Soler alpargatas quiere relanzar las alpargatas catalanas
Soler alpargatas quiere relanzar las alpargatas catalanas
Aiats Agustí
Periodista
Barcelona
11 de Septiembre de 2017

La alpargata es, en el mundo mediterráneo y latinoamericano, el calzado de las clases populares. Desde finales del XVII, era el calzado de la infantería del ejército hispánico. Es el calzado de los pobres y de los soldados y también es, de hecho, parte del uniforme de gala de los Mossos d'Esquadra. Pero también las han usado grandes iconos del siglo XX como Salvador Dalí, Lauren Bacall, Jackie Kennedy, Yves Saint-Laurent, Catherine Deneuve, Marcello Mastroianni, Rita Hayworth, Grace Kelly, Coco Chanel, Cary Grant, Gary Cooper y John Wayne. La alpargata catalana se ha mantenido a lo largo del tiempo como un referente de la tradición. Pero la innovación también se calza. Soler alpargatas, una empresa familiar nacida a final del siglo XIX ha aplicado I+D+y a las tradicionales alpargatas de vetas haciendo que, incluso, se puedan lavar a la lavadora.

 

Generaciones de espardenyers

El abuelo de en Jaume Soler se estableció en Arenys de Munt como fabricante de cordeles y cuerdas para los pozos el 1880, actividad que combinaba con la producción de suelas por alpargatas. Soler abrió una tienda a la localidad maresmenca, junto al ayuntamiento. La familia se repartía las tareas de producción de este calzado tradicional catalán: ellos hacían las suelas de esparto, ellas lo empuje de tela y las cosían. "Los únicos colores disponibles eran en blanco y las cintas blancas y rojas", explica cuatro generaciones más tarde Jaume Soler, nieto del fundador de la Antigua Casa Pichón, hoy en día Soler alpargatas.

El padre del actual espardenyer, también llamado Jaume Soler, aprendió el oficio "e incluso innovó a la época haciendo solas más altas". Corrían los años de la República. Después de completar el servicio militar y un golpe acabada la Guerra Civil, la cabeza de familia avisó al heredero que "la alpargata se ha acabado con las suelas de goma, dedícate a otra cosa". Dedo y hecho, "el padre marchó a Barcelona a aprender el oficio de joyero y relojero y abrió una tienda en Arenys de Mar", explica Soler. La tienda de alpargatas continuó como tienda de zapatos gracias al empujón de la madre de Soler y de los 13 hermanos.

 

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Jaume Soler estudió diseño a Massana y también trabajaba a la joyería. "Hasta que nos lo robaron todo", recuerda. Fue entonces cuando le pidió a su padre aprender el oficio de la empresa familiar: hacer alpargatas. Soler se formó y empezó a moverse en el mundo de la alpargata y a innovar. Con el empujón de sus padres y de un sobrino, en Pol, Soler relanza la zapatería y el negocio familiar durante la década de los 80 y los 90. El negocio funcionaba. "El día de las votaciones de Arenys de Munt", el 13 de septiembre del 2009, Soler puso una parada afuera de la tienda. "Vendí 54 pares de alpargatas en una mañana, fue un éxito", recuerda.

Soler alpargatas abre cuatro tiendas e incluso grandes diseñadores como Antonio Miró, Toton Comella de TCN o Dolce & Gabbana le han encargado modelos de su calzado. Las alpargatas de Soler han desfilado a las pasarelas del Salón Gaudí y también han recibido encargos de la familia real y de personalidades como el expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol.

Después de la entrada de unos inversores con desacierto empresarial, la compañía pasó una época difícil. Con la ayuda de su hermano van reflotar la empresa: "Todo y las hostias aguantamos", relata. Ahora Soler alpargatas hace ruta por las ferias catalanas y aporta innovación al calzado tradicional catalán.

La alpargata más grande del mundo

Jaume Soler también es el culpable de la creación de la alpargata más grande del mundo. Mide 2,5 metros de largo por 90 centímetros de anchura y pesa unos 50 kilos. El espardenyer opta al récord Guinness con este calzado gigante que hizo en homenaje a su hermano, que también era del oficio y murió en un accidente hace unos meses.

Soler: "Mi empresa es sentimiento"

 

El número de talla europeo, según consta a la etiqueta de la alpargata, es el 395. Necesitó dos agujas especiales de un metro y medio cada una. Se trata del modelo de alpargata conocida como la de las de seis cintas, de la variedad del pinxo, que son la que utilizaban los labradores antiguamente en Cataluña. La diferencia de esta, pero, es que aquí la suela está hecho de cáñamo. Soler usó 500 metros de cuerda de esparto, 350 de cordel, dos de lona para la puntera y dos más de tela de saco para la talonera.

I+D+y a la tradición

"Siempre he pensado que la alpargata se tenía que relanzar", explica Soler. El emprendedor detectó que las clásicas alpargatas de sardanas no se adaptaban a las necesidades de los bailaores. "Los faltaba flexibilidad", apunta.

Soler comenzó un largo trabajo que se puede calificar de investigación, desarrollo e investigación. "Quería una suela muy flexible, que se doblara y vuelves a su posición sin problemas", dice. "Hemos rebajado las suelas de esparto y las cosemos con una goma, de forma que son muy flexibles. Además, las hemos levantado del delante para facilitar el punteig y las hemos tratado porque absorban la fuerza en los saltos", explica y añade que "incluso se pueden mojar y lavar a la lavadora, tantas veces como haga falta y volverlas a utilizar como si fueran acabadas de estrenar".

pinxo negra

"De la artesanía pura no sepuede vivir", reflexiona en Jaume, que explica que "hay que aprovechar la tradición y aplicar la técnica y el diseño". Para conseguir esta alpargata "me la jugué", sentencia el empresario, pero exclama: "Mi empresa es sentimiento". Ahora, pero, puede aprovechar esta innovación y aplicarla a otros productos, como por ejemplo la alpargata de vetas que se puede traer sin ligar: un sistema de gomas permite calzar la alpargata de toda la vida sin tener que hacer ningún lazo a la pierna "y por lo tanto es mucho más cómodo!".

Soler avisa: de cara al 2018 quiere comenzar una nueva etapa por la alpargata catalana que, según él, ha quedado relegada a los pastorcillos y a las sardanas. "Yo quiero hacer el que me gusta y quiero que la gente conozca este calzado, yo haré alpargatas sin esparto".