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Soruka, los bolsos reciclados y catalanes que triunfan en los Estados Unidos

Soruka nació para confeccionar bolsos a partir de recortes de piel que estaban destinados a acabar en vertederos

JosepRiera Soruka
JosepRiera Soruka
Bernat Bella
Periodista
05 de Diciembre de 2022
Act. 07 de Diciembre de 2022

Josep Riera ideó el 2016 un nuevo proyecto para confeccionar bolsos hechos con pieles recicladas. Así nació Soruka, que seis años después producen alrededor de 4.000 bolsos semanales y han tenido un gran éxito en los Estados Unidos, donde ya han vendido más de 60.000 unidades. La sostenibilidad de su propuesta y la originalidad de sus diseños han convertido la marca en reconocible y un referente de la slow fashion.

 

"No se tienen que comprar ocho bolsos el año. Quizás vale más comprar menos, pero producto de calidad". Con esta filosofía sostenible, Josep creó Soruka en Verdú(Urgell). La idea era confeccionar bolsos a partir de piel sobrante de otras fábricas. Es decir, aprovechaban cueros y materiales que otras empresas tiran para fabricar sus productos. "No conocía ninguna empresa que se dedicara a recoger pieles para hacer bolsos", destaca Riera.

Josep Riera: "Más de la mitad de la piel se desaprovecha, no se usa"

Habitualmente, en las fábricas textiles solo se utiliza la parte central de las pieles y todo el resto va directo al vertedero: "Más de la mitad de la piel se desaprovecha, no se usa". Así tuvieron claro que aprovechar estos sobrantes era una oportunidad de negocio, a la vez que un proyecto circular y sostenible.

 

Las pieles sobrantes las obtienen de la India, uno de los países donde la industria de la piel es más grande y dónde hay más desperdicio por falta de control. "Allá, nuestro proyecto es más útil", apunta Josep Riera.

La importancia del diseño

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Pero desde Soruka tenían claro que el argumento de venta no podía ser solo la sostenibilidad y, desde buen comienzo, apostaron por diseños muy cuidados. "El producto se vende por si suele, porque tiene unos colores y características peculiares. Si no fuera reciclado, también lo venderíamos", explica Riera.

"Cuándo voces una bolsa de mano, sabes si es Soruka", añade. Y es que son productos con mucha personalidad propia, colores, recortes y diseños prácticamente exclusivos. Cómo que trabajan con sobrante, ningún recorte es igual. "A Soruka cada pieza es única. No encontrarás otra persona con la misma bolsa", insisten.

De un pueblo del Urgell al mundo

El plan de negocio de Soruka consistió en la apertura de una tienda física en Gracia y la venta al por mayor. Pero, bien pronto, detectaron una dificultad añadida. "Vimos que en el mercado de la península no se apreciaba mucho en aquel momento las cosas recicladas", apunta Riera.

Esta realidad los obligó a abrirse al mundo y llevar su producto a países más avanzados en este ámbito. Uno de los primeros fue Alemania, donde había mucha más conciencia: "Fue una suerte que fuera así, porque nos autoexigió que la calidad fuera buena. Cuando vas a Alemania, la exigencia es muy superior".

Con los años, han llegado a Reino Unido, Italia, Francia, Bélgica, Países Bajos, Austria o Dinamarca. Una expansión realizada a través de ferias internacionales y contactos con muchos distribuidores. El 85% de sus ventas son de exportación. Además, este año han estrenado la venta por internet directamente a los clientes.

La conquista de los Estados Unidos

Pero el gran salto lo han hecho en los Estados Unidos. Durante la pandemia, cuando las restricciones en Europa eran grandes, las tiendas de estados norteamericanos se mantenían abiertas. Así, pusieron la lupa para desembarcar. Y actualmente, sus bolsas de mano ya se encuentran en 1.300 puntos de venta repartidos por los 50 estados de los Estados Unidos, gracias al acuerdo con más de 100 representantes de la marca en toda América del Norte.

"Hemos tenido una subida muy grande", celebra Josep Riera. De hecho, el 45% de su facturación ya proviene de los Estados Unidos, donde los bolsas reciclados y el diseño original de Soruka ha cautivado los consumidores. En los últimos meses han vendido más de 60.000 unidades. Una conquista rápida y efectiva.

De la fast fashion al slow fashion

"El principal valor de Soruka es la circularidad, nuestro objetivo es reducir el impacto medioambiental que tiene la fast fashion, evitar que todos estos recortes de piel acaben a los vertederos y crear piezas que se puedan utilizar", enfatizan desde Soruka, que señalan el impacto ambiental que tiene el mundo de la moda.

"Se tiene que ir hacia consumir menos y de una manera más consciente y respetuosa", añade Riera. Con este espíritu, han creado una nueva línea de producto de bolsos reversibles: "Una bolsa que te sirve por dos".

Josep Riera: "Hoy en día los usuarios están dispuestos a pagar algo más para tener un producto más responsable y respetuoso con el medio ambiente"

Seis años después de su nacimiento, han detectado que cada vez hay más sensibilización con la sostenibilidad: "En todas partes ha crecido la conciencia, no nos queda otra solución que ser unos consumidores más responsables y cuidar el medio ambiente". "Hoy en día los usuarios están dispuestos a pagar algo más para tener un producto más responsable y respetuoso con el medio ambiente", añade Riera.

Una tendencia que está impulsando el proyecto de Soruka , que ahora crecerá con la fabricación de sandalias hechas en Elche, también con pieles recicladas. Y todo con los mismos valores: productos únicos, reciclados, sostenibles y hechos a mano.