Actualmente, nos encontramos ante un gran reto que exige el esfuerzo y compromiso de todos los actores que conforman la sociedad: el cambio climático. Es por este motivo que es necesario tomar conciencia del impacto provocado por la actividad humana en nuestra cotidianidad. Por lo tanto, el tejido empresarial se ve obligado a dar un paso adelante y, es en este contexto donde se encuentra el nacimiento de SOSbag , una marca completamente sostenible con un compromiso social que transforma residuos marítimos en bolsas, fundas y accesorios de calidad.
Cristina Ebang, fundadora del proyecto, se quedó sin trabajo justo antes del estallido de la pandemia. Cansada de trabajar como especialista en relaciones laborales, decidió aprovechar su nueva situación para proyectar un cambio que le permitiera tener un estilo de vida "más optimista". Es precisamente cuando su pareja, Jordi Campderros, que acababa de realizar un curso de seguridad básica en mar en la Escuela Port de Barcelona, se dio cuenta del residuo que generan las balsas salvavidas y pensó que sería una buena idea aprovecharlo. Este residuo es un tejido "muy resistente y de muy buena calidad, puesto que está diseñado para proteger tu vida", ha explicado Ebang.
Ebang: "Se trata de un residuo muy resistente y de muy buena calidad, puesto que está diseñado para proteger tu vida"
Una idea, muchos experimentos
Esta idea sacó " una creatividad que no sabía que tenía", y fue cuando la fundadora de SOSbag decidió poner en práctica los conocimientos que su abuela le enseñó relacionados con el ámbito textil. Con una máquina de coser y con el tejido producido por estos residuos marítimos que el Port de Barcelona le facilitaba, empezó sus primeros experimentos y, rápidamente, llegaron las mejoras. Después de conseguir varias bolsas y bandoleras como resultado de su actividad, a mediados del 2021, Ebang trasladó su actividad a un local de Sitges, donde empezó a vender sus diseños durante casi un año, hasta que se acabó la concesión del local.
Las diferentes bolsas, bandoleras, fundas y accesorios sostenibles que surgían como resultado de la actividad del negocio, alcanzaron un amplio público objetivo, llamando especialmente la atención de los turistas provenientes de países nórdicos. Acostumbrados a un clima más lluvioso, los productos de SOSbag cumplían con una serie de características que los hacía especialmente atractivos. A pesar de que el ritmo de producción era más bien lento, Ebang, durante su estancia en el local situado en Sitges, obtuvo una facturación de más 9.000 euros. Es entonces, cuando tuvo que dejar el local, que tomó conciencia de la importancia de digitalizar el negocio para llegar a un mayor público.
Un proyecto con perspectiva ambiental y social
Desde que Ebang decidió desarrollar el proyecto de SOSbag, siempre tuvo clara la importancia de trabajar en una idea con un impacto ambiental, pero también social. En esta línea, el proyecto, reutilizando el residuo de las balsas salvavidas, contribuye a la reducción de su crema, que supone aproximadamente 80 kilogramos de emisiones de CO2 por cada balsa quemada. Por otro lado, ha realizado colaboraciones centradas en el ámbito social con, por ejemplo, un taller de confección en el Centro Penitenciario Cuatro Caminos, así como la colección que está preparando en colaboración con la Casa de Carlota.
El proyecto contribuye a la reducción de la crema de balsas salvavidas. Se emiten aproximadamente 80 kilogramos de emisiones de CO2 por cada balsa quemada
Actualmente, Ebang recibe mentoría a través del programa Blue-Up de Barcelona Activa. La iniciativa acoge y asesora 11 proyectos del sector de la economía azul que quieren desarrollar y validar sus modelos de negocio.
El siguiente paso: ampliar la tripulación
A pesar de no haber contado hasta ahora con ningún tipo de ayuda económica, SOSbag prevé un gran crecimiento. El siguiente paso de la marca será llevar a cabo un equity crowdfunding que le permita posteriormente ampliar el equipo e incorporar personal, puesto que "siempre se tiene que contar con colaboradores, proveedores externos y apoyo de las administraciones. Sola es muy difícil sacar adelante un proyecto como este", asegura.
Actualmente, SOSbag se ha constituido comouna empresa de sociedad limitada. Ebang resume este camino como "un sueño" que le ha permitido llevar a cabo un producto atractivo con un impacto positivo. "He podido desarrollar la idea inicial con mucha perseverancia y resiliencia, puesto que los inicios no son fáciles, teniendo en cuenta que tampoco hay muchas ayudas". Por lo tanto, la empresa, de aquí en adelante continuará navegando hacia nuevos horizontes que le permitan seguir creciendo y ofrecer nuevos productos con un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente.