La serie Succession(2018)-que acumula 19 nominaciones a los Emmys, incluyendo el de mejor serie dramática y dos a mejores actores, por las actuaciones de Brian Cox y Jeremy Strong- trata de una manera dramática e hilarante los conflictos de sucesión que se encuentra un magnate, Logan Roy, a la hora de decidir quién de sus cuatro hijos llevará las riendas de su imperio, formado por medios de comunicación, empresas de entretenimiento y parques de atracciones. Bien, en verdad hay uno que nunca llega a ser considerado ni candidato, el grande de los cuatro hermanos, Connor Roy. Y es que los dotes de dirección y liderazgo no tienen nada que ver con la sangre. Y, si hay fundadores que han llegado a ser despedidos de las empresas que ellos mismos crearon unos años atrás, todavía son más comunes los casos de sucesores -hijos, nietos o bisnietos del fundador- que fueron invitados a abandonar la empresa familiar cuando ocupaban cargos de dirección.
Según datos de Expansión, 20 de las cincuenta empresas catalanas con mayor volumen de facturación son propiedad de las familias (o multi-familias) fundadoras, aunque en muchos casos no son propietarios únicos, sino que comparten participaciones con externos. "Hay dos elementos para controlar una empresa familiar: reducir la complejidad accionarial y establecer normas", decía Joaquim Uriach, quien fue presidente de la compañía farmacéutica catalana hasta junio del 2021, momento en que lo sustituyó su hermano, Enrique Uriach. Ambos forman parte de la quinta generación al frente de Uriach, una empresa que, ya desde el 2010 tuvo claro que "aferrarse solo a la continuidad y tradición es un error" y que había que incorporar un ejecutivo no familiar. El primer intento, en 2010, no les salió bien y, por eso, recularon. La familia volvió a la dirección. Pero el segundo intento, en septiembre del 2012, fue el bueno: Oriol Segarra todavía dirige la empresa como CEO de la compañía.
Los procesos de sucesión pueden durar años, como la presidencia de Marta Ortega en Inditex, que se estuvo perfilando durante tres años; pueden acontecer pesados y conflictivos; pueden hacerse y deshacerse; e incluso, pueden acabar como el rosario de la aurora: despidiendo al sucesor que tendría que dirigir la compañía familiar. Repasamos cuatro casos cercanos: Bonpreu y la disputa entre los hermanos Font, el caso de ida y vuelta de Munich, y el fracaso generacional de Planeta y Mango.
Bonpreu y la disputa entre los hermanos Font
"¿Pacto andorrano o ruleta rusa en Bonpreu?", se preguntaba Jordi Tarragona en uno de sus análisis de conflictos empresariales-familiares. La disputa familiar de la cadena de supermercados Bon Preu la protagonizaron los hermanos Font, Josep y Joan Font. Ambos heredaron el negocio de sus padres -una bacalanería- a partes iguales, quedándose cada cual con un 50% del negocio, a través de dos sociedades: Baloo d'Inversions y Espai d'Inversions.
Pero los dos hermanos no se entendieron en la codirección de Bonpreu y, después de años de disputas, optaron para partir peras. La fórmula que encontraron -con juzgados por el medio- es que Baloo d'Inversions, la patrimonial de Joan Font, adquiriera el 50% de los títulos que tenía Espai d'Inversions, la sociedad de Josep Font. El pago de la compra, que se inició en el 2019 y que suma un volumen total de 300 millones de euros, no finalizará hasta 2027.
Grupo Planeta y Crehueras, de generación en generación
El despido en el Grupo Planeta llegó en la tercera generación, en 2018, con José Lara García; un año después de que el grupo trasladara su sede social de Barcelona a Madrid. El nieto del fundador de la empresa familiar fue despedido de una manera abrupta, como consejero delegado del grupo, por José Creuheras, quien ejercía de presidente desde el 2015.
Crehueras no llevaba la empresa en la sangre, pero sí había formado parte de su crecimiento a lo largo de la historia. Ocupó varios cargos de responsabilidad tanto en el periodo del fundador, José Manuel Lara Hernández, como de su hijo, José Manuel Lara Bosch, quién murió en el 2015 a causa de un cáncer de páncreas, dejando abiertas un montón de incógnitas sobre la sucesión del conglomerado.
Con la muerte del hijo del fundador, el nieto (José Manuel Lara García) ejerció de consejero delegado del grupo, hasta que Creuheras, con el apoyo de la otra parte de la familia- lo destituyó solo tres años más tarde, despidiendo también una semana después a su mano derecha y director general corporativo, Antonio Grau. ¿El motivo? El nieto Lara le había querido quitar la presidencia pocos meses antes y, para conseguirlo, había llegado a solicitar presencialmente la ayuda de Mariano Rajoy. Perder esta batalla, le supuso perder la silla familiar.
El caso Jobs de Munich
Xavier y David Berneda, nietos del fundador de Munich, Lluis Berneda, representan el Steve Jobs de los sucesores despedidos. En el año 2012 fueron despedidos de la empresa de calzado por desavenencias con el resto de la familia, pero volvieron seis meses después con la compra del 100% de la compañía familiar. "Voy recomprar la parte de mis primas hipotecando mi vida porque no quiero que nadie dirija mis decisiones", afirmaba este agosto Xavier Berneda a VIA Empresa.
"Antes era un caos y un desastre familiar. había gente que no trabajaba y no se ganaba el pan que se llevaba cada mes", criticaba Berneda, y añadía: "No está demostrado que para decirte Berneda puedas ser director general de la compañía". Hoy en día, en la empresa familiar, que fabrica anualmente más de 850.000 pares de zapatos, trabajan solo tres miembros de la familia: los dos hermanos Xavier y David Berneda y el hijo del primero, que está haciendo zapatos.
Mango y el fracaso del relevo familiar
El relevo generacional de Mango se vio frustrado cuando la compañía pasó a registrar las mayores pérdidas de su historia. Concretamente, sus beneficios se redujeron un 96% y esto pasó con Jonathan Andic, hijo del fundador Isak Andic, al frente de la multinacional familiar. Por este motivo, Isak Andic lo sacó del cargo y continuó llevando él las rentas de Mango. Eso sí, con un aliado: con Toni Ruiz como director general.