Suspenso en digitalización

Las compañías sacan una nota de 3,7 en materia de transformación digital y sitúan la atención al cliente como el área con más deficiencias, según un estudio elaborado por Inesdi e Incipy

Joana Sánchez moderando el debate con los CEOs | Cedida
Joana Sánchez moderando el debate con los CEOs | Cedida
Barcelona
28 de Septiembre de 2017
Act. 28 de Septiembre de 2017

Lo era digital ha obligado las empresas a dar un paso hacia la tecnología y, por lo tanto, a la innovación. Pero no todas han sabido hacer los deberes adecuadamente. Algunas todavía no saben que la comunicación a escala digital es un eje clave que hay que atender, que se ha formar el personal en nuevas habilidades y captar talento emergente para no perder posiciones en el mercado o que la atención al cliente a través de las redes sociales es vital. Por lo tanto, la pregunta es, como están reaccionando las empresas al cambio?

Esta es la pregunta que se han formulado a Incipy con el estudio Índice de madurez digital de las empresas a través de un cuestionario a 250 profesionales para saber como valoraban sus compañías. Y el resultado es que la madurez digital de las organizaciones del Estado español se puede puntuar con un 3,7 sobre 10. Una nota baja y que para Belén Cuadrillero, colaboradora en el informe, "demuestra que los diversos grados de madurez de las áreas son diferentes". "Todas las empresas tienen iniciativas como el uso del e-mail marketing o CRM, pero ninguno de ellas ha entendido que toda la transformación tiene que tratarse de manera integral para poder ofrecer un servicio innovador a un cliente que tiene inquietudes nuevas y necesita modelos de negocio disruptius", ha constatado.

Un claro 'necesita mejorar'

Sólo un 42% de los profesionales entrevistados asegura que su compañía cuenta con una Hoja de ruta Digital formalizada y hasta un 38% afirma que la implementación del plan es nulo o bajo. A pesar de que los datos pueden parecer que la balanza no está tan desequilibrada, el estudio remarca que el 66% de los encuestados reconoce que no hay ninguna persona que lidere la transformación digital.

Precisamente este es un punto en discordia. "Hay liderazgo digital, iniciativas para abordar la innovación, pero son pocos los líderes que quieren asumir los riesgos", ha afirmado la directora del estudio y presidenta de Incipy e Inesdi, Joana Sánchez, "sólo los que han tenido la suerte de tener un líder que no tiene miedo del cambio y de equivocarse, han visto una planificación real y acertada para iniciar la transformación".

De aquí que el 58,5% de las empresas no tengan una hoja de ruta ni el apoyo de la dirección, y además, destinen únicamente un 10% del presupuesto a acciones orientadas a esta digitalización.

La plantilla y el cliente también cuentan

El grado de madurez digital de las empresas en España según el nivel de formación y habilidades de los trabajadores es medio-bajo. El estudio concluye que únicamente el 23% de los encuestados puede decir que al menos la mitad de la plantilla tiene los conocimientos necesarios. "Una realidad que sorprende porque no basta con herramientas tecnológicas, que es al que se ha asociado la digitalización, sino también con contar con profesionales preparados", ha defendido Cuadrillero.

El 23% de los encuestados afirma que la mitad de la plantilla tiene conocimientos digitales

Una teoría que va de la mano con la de priorizar el cliente. Tal como apuntaba la colaboradora, hay que atender las nuevas necesidades del consumidor, pero precisamente este es el ámbito donde el suspenso de las empresas españolas es más claro: un 2,1. La atención integral del cliente es deficiente, a pesar de que es la comunicación online con el cliente y la evaluación de su experiencia a escala digital son los pilares que más cojean.

Toda una serie de datos que justifican por qué un 55% de los participantes en el estudio sitúan por debajo del 50% la cuota de negocio procedente de Internet.

Cambiar de arriba abajo la cadena de valor

El Grupo Novolux opera desde hace 35 años al sector de la iluminación. Es un ámbito claramente tradicional que ha ido reconvirtiendo el negocio con la introducción de la tecnología LED, la cual su CEO, Àlex Morales, ha afirmado que cambia cada tres meses y que supone "un reto".

Aún así, el más difícil no es reinventarse a escala física, sino de concepto. "Todavía imprimimos el catálogo de productos y ofertas. Si dejo de hacerlo el 2018, la empresa y los instaladores me vienen a buscar. Hace falta reeducar todo el ecosistema de clientes y proveedores a la vez que nos transformamos", ha destacado. Su solución ha sido apostar por la formación en digital business y marca personal, de forma que los profesionales que están en contacto con los compradores y consumidores ya han presentado unos conocimientos y habilidades digitales que tienen que intentar facilitar el cambio a estos actores de la cadena.

Morales: "Hace falta reeducar todo el ecosistema de clientes y proveedores a la vez que nos transformamos"

Otro sector que hasta hace poco era entendido como totalmente mecánico era la impresión, pero los últimos años ha puesto los dos pies de golpe en el mundo digital. Un ejemplo es Ricoh, una compañía que ha afrontado la transición con una actitud "valiente", según su CEO, Ramon Martín. "El primero es tomar una decisión firme porque hay riesgo, pero hay también muchas oportunidades miramos donde miramos", ha añadido con seguridad.

Una de las bases de la estrategia de Ricoh ha sido contar con un buen equipo de colaboradores. "Hay que cambiar la imagen de la cabeza que sólo vigila y no sale de su espacio, hay que buscar colaboración en la organización para reconvertir el modelo de negocio. El cambio tiene que ser multicapa, no sólo de los directivos", ha detallado Martín, quienes ha señalado el uso de las redes sociales corporativas como la herramienta para resolver "la falta de comunicación interna", el que es el principal lastre.

Sanromà: "Un día decidimos que todo el que no estuviera a la plataforma online no existiría"

Siguiendo la línea del traslado de gestionar al ámbito online, el CEO del Instituto Catalán de Finanzas, Josep Ramon Sanromà, señala que la estrategia que ha traído su compañía a la digitalización ha sido la destrucción del papel. "Un día decidimos que todo el que no estuviera a la plataforma online no existiría y que todo se tendría que hacer desde la página web", ha explicado, "fueron dos soluciones que generaron un movimiento muy intenso, pero obligaron a cambiar".

Pero si tiene que poner un ejemplo de decisión acertada para impulsar la transformación, este es cambiar el rol de los trabajadores: "Traer los responsables de tecnología al liderazgo como miembro del comité de dirección". Una elige que permite fomentar equipos diversos y con habilidades transversales para dibujar un modelo de negocio más sólido e innovador a escala integral. Porque el cambio no lo tiene que hacer sólo el CEO, ha concluido Martin de Ricoh, sino que tiene que venir desde la diversidad.