El ceramista Josep Maria Baltà fundó el 1982 un taller de cerámica artesanal en Barcelona y que sirvió para artistas plásticos de gran prestigio. Más de 40 años después, su hijo, Martí Baltà, está al frente del proyecto, que el 2015 aconteció pionero en la impresión 3D en cerámica y ha trabajado con marcas cómo elBulli, Isdin, Nestlé, Loewe o Cartier. Es la historia de Ceràmica Baltà, conocido hoy en día como Barcelona 3D Ceramics.
"Mi padre era ceramista de profesión y marchante de arte, movió artistas importantes cómo Plensa o Barceló cuando nacieron artísticamente", recuerda Martí. Durante los primeros años, Josep Maria Baltà se dedicaba especialmente a hacer piezas únicas para artistas plásticos.
La revolución en Ceràmica Baltà
Fue así durante más de treinta años. Un pequeño taller artesanal, reconocido en el sector y enfocado totalmente al arte a través de artistas o clientes particulares. Pero la entrada de Martí Baltà supuso una revolución. Y lo que era un taller artesanal, es hoy un espacio que combina tecnologías 3D con técnicas cerámicas tradicionales y que trabaja con clientes nacionales e internacionales en varios campos cómo el diseño, la joyería, la ingeniería, el arte, la arquitectura y la investigación.
"Había cursado estudios de diseño, cerámica y escenografía y había trabajado como escenógrafo y en despachos de arquitectura", relata. Pero a partir del 2012 decide entrar en el taller familiar.
Y lo hizo con la clara idea de introducir las nuevas tecnologías, puesto que en su faceta como diseñador conocía la impresión en 3D. Hasta el 2015, impulsan algunos proyectos de modelado en 3D, cómo los Premis Butaca, o prototipos en polímero para empresas de juguetes cómo Marvel, IMC Toys o Disney.
Martí Baltà: "El 2015 se hace una apuesta decidida por las nuevas tecnologías"
En aquellos primeros años, la impresión 3D en cerámica era prácticamente inexistente y no había ni máquinas para usos particulares. Hasta el 2015: "Se hace una apuesta decidida por las nuevas tecnologías y compramos una impresora 3D para dar servicio a los clientes de escultura".
El objetivo era "dar valor añadido a los clientes e incrementar la facturación" del taller: "Queríamos un plus y la opción de la impresión en 3D fue la que nos convenció". Así, se compra una primera impresora que permitía crear cualquier pieza de cerámica a través del 3D por primera vez. Es la fundación de Barcelona 3D Ceramics.
La transformación de la empresa
Poco a poco, todo el trabajo del taller se va decantando hacia la impresión 3D en cerámica y van añadiendo nuevas tecnologías para trabajar diferentes materiales y hacer piezas por varios usos. Hoy, el 100% del trabajo de la empresa es impresión cerámica en 3D.
"Nuestro perfil de cliente va cambiando: de la cerámica artística a diseñadores, que buscan un producto más técnico. Después vienen los ingenieros y arquitectos. Ahora los clientes son de cuatro ramas: artistas, ingenieros industriales, arquitectos y diseñadores", resume Martí Baltà.
Martí Baltà: "Los conocimientos de cerámica y de tecnología punta 3D nos dan una solidez de poder hacer proyectos"
La experiencia con la cerámica como artesanos y el conocimiento de las nuevas tecnologías hicieron de Barcelona 3D Ceramics un referente en el sector. "Hemos tenido la suerte que muchos clientes han venido solos", destaca Baltà, que define el taller cómo un hub de la impresión en 3D con infinitas posibilidades donde la investigación es constante.
"Los conocimientos de cerámica y de tecnología punta 3D nos dan una solidez de poder hacer proyectos", enfatiza. Esto les permite desde hacer piezas únicas por artistas hasta bujías de turbinas o válvulas cardíacas por la industria médica. De piezas muy técnicas a artísticas a materiales que aguantan miles de grados de temperatura o que son biodegradables.
Del fondo del mar a dentro del cuerpo
Son muchos los proyectos que han sacado adelante desde Barcelona 3D Ceramics. De hecho, trabajan muy estrechamente con los departamentos de innovación e investigación de grandes empresas. Con Nestlé, han creado centenares de nidos de murciélago de cerámica por sus plantaciones de cereales de Europa y evitar así el uso de insecticida (puesto que los murciélagos comen insectos).
Por el CSIC han construido cerámicas que tienen el objetivo de restaurar el fondo marino, siendo refugio por algas y otros animales. Utillaje médico por iVascular, cerámica por perfumería de Puig, la vajilla por Bulli Foundation, prototipos para Loewe o puntas de soldadura para los robots de la Seat son otros ejemplos. Y una muestra de la transformación que han vivido: todos los clientes actuales son nuevos desde 2015.
Una apuesta de éxito
De un pequeño taller artesanal de cerámica a elaborar piezas para muchas industrias y utilidades. A pesar de que cuando se iniciaron en la cerámica en 3D estaban prácticamente solos, ahora se han añadido otros muchos talleres y empresas. Pero Martí Baltà destaca que Barcelona 3D Ceramics es de los pocos espacios donde se ofrecen varias tecnologías de impresión 3D en cerámica, cosa que les permite trabajar con cualquier sector: "Siempre hemos ido por delante". "Somos los más antiguos que trabajamos con polvo cerámico para el ámbito industrial a Europa", recalca.
Y todo ello, cómo era uno de los objetivos, ha servido para hacer crecer el proyecto: "La empresa ha crecido mucho desde entonces. Casi facturamos el 80% más que el 2015, cuando solo éramos yo y mi padre". Y más allá de cifras, pueden presumir de haberse convertido en referente de la impresión en 3D y colaborar con grandes proyectos.