Tarraco. Este es el nombre que podría salir escogido para el nuevo SUV de Seat y que podría convertirse en el primer topónimo catalán para un modelo de la compañía. Una marca de vehículos que tiene todos sus centros de producción en Cataluña -la sede central de Martorell, El Prat y la Zona franca de Barcelona-, pero que ninguno de sus 13 vehículos trae el nombre de una ciudad de Cataluña. Una estrategia de naming que empezó el 1982 con Ronda.
Después de más de 10.000 propuestas y una votación popular donde participaron cerca de 133.000 personas de los 106 países donde la marca comercializa sus automóviles, el pasado 12 de septiembre el presidente de la compañía, Luca de Meo, hizo público el nombre de los cuatro finalistas a la Feria del Automóvil de Frankfurt: Tarraco, Alboran, Aranda y Ávila. Y este lunes se cierra el plazo para votar qué de estos será finalmente el ganador.
El Seat Aran fue el primer nombre catalán a registrarse para el mercado español, el 1985
Si Tarraco, nombre que designa una de las principales ciudades romanas de Hispania y que hace referencia al conjunto arqueológico declarado Patrimonio de la Humanidad el 2000, sale ganador, se habrá roto una racha de décadas de espera. Porque ni siquiera el Seat Aran ha conseguido salir a la calle, cuando se trata de un nombre que la marca registró a la Oficina Española de Patentes y Marcas el 1985.
Por qué Tarraco?
Un detalle curioso es que estemos ante la posibilidad de tener un nombre de ciudad catalán, pero en latín. "La razón seguramente es que Tarraco es más corto que Tarragona. Prácticamente todos los nombres que pone la marca tienen tres sílabas, como este. También tiene más sonoridad, es más rotundo, tiene más fuerza y se asocia más fácilmente a un coche de grandes dimensiones y robusto", explica el creativo de nombres y colaborador de Neimik Jordi Garcia.
Garcia: "Tarraco tiene más sonoridad, es más rotundo, tiene más fuerza"
El experto rechaza que se haga un debate político de la elige de los nombres y señala "razones de marketing o branding " como los motivos principales para la elección. "Un nombre catalán no tendría que extrañar o sorprender, se tendría que ver como una cosa normal", defiende, y tilde de "casualidad" que hasta ahora ningún vehículo haya sido el escogido para poner punto final a la espera.
Una opinión que en varios comunicados y declaraciones a medios ya han manifestado los directivos de Seat reiteradamente. De hecho, fuentes de la compañía aseguran que a lo largo de los años han sido diversos los candidatos de Cataluña que han acabado quedándose a las puertas por razones de marketing.
Por eso Garcia insiste a decir que encontrar nombres toponímicos es un primer filtro, pero que hay de posteriores igual de importantes: "Bastante, fonética, fáciles de pronunciar en otros mercados... son muchos controles para evitar que haya connotaciones negativas o culturales".
Más visibilidad?
Quizás los Seat Ibiza y Alhambra son los dos ejemplos más claros. Todo el mundo conoce tanto la isla como el conjunto monumental de Granada, por el que como mucho habría que situarlos en un mapa para los extranjeros. Ahora bien, no pasa el mismo con Arona o Ateca, dos nombres Santa Cruz de Tenerife y Zaragoza que han hecho que el gran público tome conciencia de la existencia de estos municipios. "El nombre siempre genera curiosidad", apunta el creativo de naming , "ver un lugar que no conocías despierta las ganas de saber de donde viene".
Tarragona se podría situar en un promedio. No es ningún desconocido, pero no acumula la fama que tiene la isla balear o el monumento andaluz. De aquí que la ciudad catalana pueda beneficiarse de un plus de visibilidad si sale escogido su nombre como ganador de la votación popular.
Garcia: "Barcelona empieza a estar gastada como marca"
Teniendo en cuenta que escogido una urb o un lugar destacado de la geografía puede dar puntos extras para la venta de un coche, por qué no se encuentra Barcelona entre los candidatos? "Empieza a estar gastada como marca", responde Garcia, quien a continuación apela de nuevo a los valores de la compañía y el producto: "Hay que pensar en el posicionamiento y si es un SUV grande, queda mejor un nombre con una determinada sonoridad. Barcelona tiene notoriedad, pero no transmite tanta fuerza". Nuevamente, el marketing gana la partida.
Hacer partícipe el consumidor
Esta es la primera vez que Seat abre a votación popular la selección de nombres para uno de sus vehículos. El colaborador de Neimik lo interpreta como "una manera de acercar la marca y de crear más compromiso con los compradores, de generar engagement". Pero es también una manera de modernizar el proceso.
La iniciativa se lanzó el 1 de junio con 10.130 topónimos propuestos por seguidores de la marca y que pasaron un proceso de filtraje basado en varios criterios.
Coincidiendo con el procedimiento descrito anteriormente por Garcia, el primer elemento que Seat tiene en cuenta es que quede reflejado en la esencia de la compañía. "Tiene que ir acuerdo al ADN del nuevo SUV de grandes dimensiones y denotar sensación de espacio y robustez", explicaba el director de marketing de producto, Lucas Casasnovas, en un comunicado.
También tiene que ser fácil de pronunciar en varios idiomas y no tiene que tener un significado extraño o similar fonéticamente a un insulto o un término con connotaciones negativas. Y por último, no tiene que estar registrado por ninguna otra marca. De aquí que la empresa de automóviles con sede en Martorell tenga como "práctica habitual en la industria" el registro de ciertos nombres, como el Seat Aran, según fuentes de la compañía.
Ahora habrá que esperar hasta saber el resultado de la votación para saber si finalmente el Seat Tarraco se lleva el mérito de ser el primer vehículo con nombre catalán. La fecha, apunta la empresa, será antes del 15 de octubre.