Feliu Brugarol i Estefané emigró a Cuba hace cerca de doscientos años. Volvió habiendo hecho dinero y montó el primer vapor en la industria lanera de Sabadell. Si le hubieran puesto su nombre a una plaza o calle, bien seguro le habrían retirado como al primer marqués de Comillas Antoni López, puesto que hizo el dinero con el comercio de esclavos. Creó muchos puestos de trabajo, algunos infantiles, y fue el primero en establecer la jornada de diez horas.
Su nieto Salvador fue uno de los fundadores del Banc Sabadell. El hijo de este, Emili, hizo negocio aprovechándose de la neutralidad española en la Primera Guerra Mundial. Su hijo, Feliu, fue alcalde franquista de Sabadell. Así la fábrica llegó a Ramón, que tuvo que cerrar al desaparecer la protección arancelaria; pero junto con su hijo Antoni (ingeniero, 7ª generación) fueron capaces de reconvertirse en una empresa líder de sistemas electrónicos, que destina un 15% de sus ventas a las industrias de armamento.
También se puede enfocar la temática de la empresa familiar con humor
Antoni Brugarol está muy preocupado por mantener la llama del legado y la continuidad del nombre familiar. Él, sus descendentes y su hermana monja son los únicos que quedan de la dinastía. Está orgulloso del reconocimiento de su apellido como familia institucional, emprendedora, noble, resistente y comprometida. Su familia sufre de demencia senil y quiere dejarlo todo ligado. Dice que "cada familia tiene su qué" y que "los padres estamos para callar y parar los golpes; tenemos que aplicar la psicología inversa" con los hijos, "tiene que callar, dejar hacer y tener esperanza". Tiene la sensación que "hay muros entre las generaciones; todo lo que digo es visto como paternalista y carrinclón".
Su hijo Lluis es actor, y gay. Su hija Anna es una "pija, activista antisistema, cansada de hacer másteres". Está embarazada de su pareja, Pablo (Hospitalet de Llobregat, hijo de inmigrantes extremeños y andaluces, estudiante de ingeniería electrónica, mileurista en el Decathlon). Anna y Pablo han rechazado la ayuda de Antoni y en caso de que no se les adjudique una vivienda social, ocuparán una.
Antoni se plantea aceptar una oferta de compra de su empresa, y su mujer (hija de un registrador) es partidaria. Esta es la trama de la obra de teatro de Ramon Madaula, en la que con humor se plantean temas de empresa familiar como la comunicación, el conflicto y los chantajes entre generaciones, la integración social, las diferentes escalas de valores, la responsabilidad generacional, la pasión, el interés por la empresa familiar, o la coherencia con los valores versus el planteamiento del futuro. Y es que también se puede enfocar la temática de la empresa familiar con humor.