La sueca Johana Thömblad aterrizó hace dos años en Teixidors. Ella había trabajado durante años en los EE.UU. y vino a estudiar un MBA a Barcelona. Trabajó en HP en Sant Cugat, pero más tarde decidió emprender y montó su propia agencia de distribución de diseño escandinavo. Allí conoció el proyecto de Teixidors con sede en Terrassa. Esta es una empresa social con más de 35 años de historia que produce mantas y bufandas de altísima calidad con telares tradicionales, todo hecho por personas con discapacidad intelectual. Bajo el ala de FUPAR, Teixidors es una superviviente del textil vallesano.
Detrás de las mantas de lana, cachemira, algodón y seda hechas con telares tradicionales hay un proyecto social que "enamoró" a Thömblad, explica la directora de la empresa. Teixidors es una unidad dentro de la Fundación, que tiene como objetivo la inclusión social y laboral de personas con discapacidad intelectual. Además es una marca textil que produce pliegues, mantas, bufandas, accesorios y textil del hogar con materiales de alta calidad. Sus productos se pueden encontrar en algunas de las mejores tiendas del mundo: "Dopo Domani de Berlín, Frozen Fountain en Amsterdam, ABC de Nueva York o Selfridges o Tom Dixon de Londres" -y también en una de propia en Terrassa-. Sus ventas son un 65% ropa del hogar y en un 60% al mercado internacional, pues sus precios van de los 150 euros por un foulard hasta más de 400 por una manta. Y es que la calidad se paga.
"Siempre que podemos nos abastecemos de proyectos de calidad y de valor añadido en orígen"
Los materiales que emplea Teixidors tienen una trazabilidad indudable: cachemira y lana de yak de Mongolia, lino de una cooperativa de la Provenza francesa, seda reciclada o lana ecológica merina de Extremadura. Todo de primera calidad.
Valores, diseño y calidad
La acompaña Jaume Mas, que está en la empresa desde los inicios, cuando los fundadores Joan Ruiz y MartaRibas lo invitaron a incorporarse. Era el 1983. "No buscaban la rentabilidad, Teixidors nació para la incorporación de personas con discapacidad", afirma el director técnico de la firma. Los fundadores pensaron que las características del telar eran muy adecuadas para estimular personas con estas características. "Un trabajo que es muy difícil, en el fondo", destaca. Se hicieron montar los telares a medida, tienen 20 y el más grande hace tres metros de ancho.
El reto fue encontrar en el mercado un lugar para un producto producido de una manera totalmente contracorriente, porque la industrialización ha borrado los telares tradicionales de la faz de la Tierra. Teixidors tiene la particularidad que integra todos los procesos de la producción, de forma que "nos lo hacemos todo nosotros", cosa que también comporta una "complejidad técnica superior", pero una oportunidad de trabajar en proyectos muy de nicho. Esto quiere decir no sólo tejer, sino doblar, limpiar, planchar, teñir y empaquetar. "Tuvimos que dejar procesos que externalizábamos, porque los proveedores nos lo hacían de buena fe, pero muchos desaparecieron", recuerda.
Y por lo tanto, estos procesos también son sostenibles: "Lavamos con agua y jabón ecológico, no tratamos más el producto, el tejido no tendrá nada que no tenga la materia".
"Estamos enseñando que hay otra manera de entender la vida de los productos"
Para crecer, ir a ferias y darse a conocer, los empresarios se endeudaron hasta que, en cierto momento, en 2017, la empresa entró en concurso de acreedores. Fue entonces cuando la Fundación FUPAR la rescató, dado que tienen el mismo objetivo final. En aquel momento entra la actual directora y recoge la herencia del proyecto. Valores, diseño, calidad y materiales son el valor añadido que ofrece Teixidors.
Un producto anticapitalista
"Estamos enseñando que hay otra manera de entender la vida de los productos", dice Thömblad, poniendo de relevo "el orígen, proceso, formación y resultado de los productos que usamos cada día: cómo podemos hacer tejanos por 10 euros?", exclama. "Tenemos que tomar conciencia de lo que consumimos y nosotros podemos asegurar que detrás de una manta de Teixidors hay sostenibilidad", añade. La calidad no es sólo del producto, también de los procesos. "No es un precio caro por lo que es", justifica.
"Siempre que podemos nos abastecemos de proyectos de calidad y de valor añadido en orígen, trabajar con fibras sintéticas más baratas no es significativo, porque queremos ser coherentes y nuestros costes de producción son mucho más elevados", dice el director técnico.
Cada metro de tejido artesano requiere el presupuesto y el tiempo de 150 metros que se hacen a máquina; un metro de tejido por hora. Al año producen unos 25.000 metros de tejido, más de 5.000 piezas. Y además de la calidad, se añade el diseño. "Hemos hecho de la diferencia una ventaja", dice la directora. La exclusividad del producto que hacen las 35 personas de Teixidors ha hecho que produzcan mantas para varios hoteles del Paseo de Gràcia, Casa Bonay o el Hotel Neri y también cadenas hoteleras y tiendas de los Estados Unidos.
Teixidors se ha mudado a una nueva nave este mes de septiembre desde la antigua sede. La ampliación del número de telares será necesaria para crecer y buscar nuevos mercados y colaboraciones. "Hemos trabajado con la diseñadora Faye Toogood, que también ha trabajado con la marca de lujo Hermès" para producir tres mantas que han ganado varios premios. La firma ya plantea tratos similares con otros diseñadores. "Tenemos prisa para explicar quién somos y qué valores tenemos", dice Thömbland y añade que "el momento es correcto, porque hay una corriente actual y un nicho donde estos valores se aprecian". Todo ello para conseguir que "esta pequeña joya" sea una referencia de la calidad y el buen gusto haciendo una labor social.