Un total de 715 startups, 25 aceleradoras e incubadoras, 11 corporate verturing, 50 asociaciones y comunidades... Son las cifras del ecosistema emprendedor valenciano, más vivo que nunca y en plena efervescencia, como se ha visto estos últimos días con la celebración de la Valencia Startup Week o el Valencia Digital Summit, en que se ha presentado el Observatorio Statup de la Comunidad Valenciana. El informe revela que el grueso de la emprendeduría se concentra en la provincia de Valencia, y que los sectores con más fuerza son el software y el health/wellbeing. Teresa G. Muñoz es la responsable en última instancia de este movimiento, como directora general de Emprendeduría y Cooperativismo de la Generalitat Valenciana. Con ella hablamos de la viveza del sector y, sobre todo, de los retos a potenciar en un contexto tan diferente. De hecho, el 20% de las startups registradas proponen soluciones ante la crisis causada por el COVID-19.
Primero que nada, ¿en que está trabajando su departamento como objetivo prioritario en estos meses de pandemia?
Aprobamos el plan estratégico y somos los responsables de toda la emprendeduría, del sistema emprendedor y de un poco poner a término las políticas que quieren marcar en la emprendeduría. En ese sentido empezamos a reorientar a la emprendeduría verde, sólo entramos, porque pensábamos que teníamos que tener un eje para estimular la creación de empresas en el ámbito verde y con la pandemia y todo lo que ha ocurrido lo que sí que hemos visto claramente -y dado que también somos la Dirección General de Cooperativismo-, ha hecho que hayamos hemos hecho una reorientación hacia especialización en triple impacto, incorporando la vertiente social dentro de los proyectos emprendedores que se desarrollan en el País Valencià a partir del cooperativismo o a través de ideas empresariales que incorporan el impacto social en su ADN.
¿Cuáles son los objetivos de su departamento? Es decir, ¿qué es importante a estas alturas?
Tenemos dos objetivos grandes: por un lado, allí donde no llega el ecosistema emprendedor llegar nosotros porque ningún proyecto emprendedor en su etapa de maduración se quede desistido. Ocurre ahora que hay proyectos que empiezan a desarrollarse y caen, es intentar poner atención. Atender territorios que no tienen acceso a servicios de emprendeduría como pueden ser las zonas rurales, etc. y por otro lado, conseguir acelerar el máximo número de proyectos que podamos reorientar. La reorientación de triple impacto no sólo va hacia los servicios que nosotros estamos dando, sino también porque los agentes del ecosistema empiezan a trabajar en triple impacto y para que al final digamos, consigamos una gran cantidad de proyectos que tengan triple impacto: social, ambiental y tecnológico. Pero, para conseguir un modelo productivo, necesitamos siempre saber qué modelo queremos y vamos a trabajar siempre desde esta perspectiva. Vamos a trabajar para que después el ecosistema nos siga, si lo considera, claro.
¿Cuál es la diagnosis que se hace del País Valencià? ¿En qué situación está? ¿Ya hay proyectos que podrían entrar en este triple impacto?
Si, los tenemos. Hemos hecho una primera prueba piloto y estamos trabajando en una veintena de proyectos (entre 15 y 20) y queremos llegar a reorientarlos... Lo que pasa es que el proyecto que es tecnológico o innovador no tiene la vertiente social, entonces, se puede trabajar para que la incorpore porque es la vertiente social la que estamos trabajando para que se incorpore. Estamos un poco viendo como está el ecosistema para poder reorientar el máximo número de proyectos posibles al triple impacto.
¿Lo ha acelerado la pandemia?
Ya teníamos previsto hacerlo pero ahora lo estamos haciendo más rápidamente, porque claro, de cara a la situación que pueda venir, desde un punto de vista en que se incorpore la variable social en el desarrollo. También tiene que ver con el desarrollo de la economía social, que por primera vez en Europa están considerándola desde un punto de vista empresarial y no tanto de Tercer Sector, que también. Ahí entendemos que hay una oportunidad para desarrollar proyectos dentro del cooperativismo, y de la innovación que pueden en algún momento optar a fondo europeos o que puedan tener un mejor desarrollo.
En agosto se firmaron diferentes convenios de colaboración entre la Conslleería de Economía Sostenible y varios centros de investigación de la Comunidad Valenciana con el objetivo de fomentar la emprendeduría científica. ¿En qué punto está la I+D en el País Valencià?
Sí. El programa de emprendeduría científica lo que pretende es almacenar o hacer el banco de patentes de los resultados de las investigaciones que se puedan dar en la Universidad. Nuestra tarea es dinamizar ese banco y ver qué patentes pueden llegar al mercado para constituir una spinoff, o una startup. Hay ejemplos, como por ejemplo Epidisease, que ya es una empresa consolidada, que empezó con una idea de investigación en la Universitat de València Por otro lado, también tenemos programas que se focalizan en la emprendeduría innovadora y son los programas de cultura emprendedora dentro de la Universidad. Aquí lo que hacemos es que las cinco universidades valencianas hacen esos programas pero cada una lidera uno. La Politécnica está liderando el tema startups; la UV el tema de Aula Emprende donde los profesores motivan a los estudiantes para que lideren proyectos emprendedores y que es un proyecto que nos está reconociendo la Unión Europea. Otro programa es Genera, que es como una hackatón de necesidades empresariales; el de Emprendeduría inclusiva y por último, el de la UJI, que es de emprendeduría internacional. Este este año lo están haciendo online, claro. Además, tenemos los programas de Relleu, con la AJEV; con la Cámara de comercio para reorientación de negocios e intraemprendeduría y el programa de emprendeduría rural.
¿Cuál es la conversación que tiene la Conselleria con las empresas privadas? En València hay mucha fuerza tractora emprendedora como la Marina, en Alicante el Distrito Digital.
En el Consell Valencià de l'Emprenedoria se ejerce la governanza del ecosistema emprendedor. Tiene una conformación que estamos mirando de actualizar porque viene del año 2000 pero en aquel momento ni existía la Marina, ni el Distrito digital... y estamos mirando como incorporarlo todo. Está la Universidad, las asociaciones empresariales pero no aquellos que están ejerciendo ahora la emprendeduría, porque en aquel momento no estaban en desarrollo. Pero eso también requiere que el sector empresarial se organice.
¿Hablan con ellos? Siempre se quejan de la burocracia, que es lo que se retrasa.
En esto estamos trabajando, pero esto es un mal endémico de la Administración en general. Es algo que la Administración se tiene que poner como deber prioritario, mirarse un poco a ella misma y ver de qué manera puede agilizar todo aquello que está haciendo, porque no puede pasar que entre que accedes a unas ayudas, o pones en marcha el proyecto emprendedor, la Administración reaccione de la manera que lo hace. Yo creo que es un DEBE de la Administración en general, y pasa no sólo en la Generalitat, también pasa en los Ayuntamientos, en el Estado ya no digamos... Se tiene que aprender a gestionar y reducir.
Antes de la pandemia estaba en marcha la propuesta del Valencia Tech City, de hecho la presentación la hizo Ximo Puig, como una marca que posicionaría a València para competir ante ciudades como Barcelona y Madrid. ¿En qué situación está?
Seguimos trabajando en esta plataforma. Lo que estamos intentando hacer es reforzar los sistemas de diálogo para poder, efectivamente, ejercer un liderazgo lo más rápido que podamos, en la medida de nuestras posibilidades, y sobre todo poder conectar el sector productivo tradicional con la tecnología. Para nosotros es muy importante cambiar el modelo productivo y si no entra la tecnología, es muy difícil. Aquí estamos haciendo un esfuerzo, y por otra parte, poder especializarse en el triple impacto y que los proyectos emprendedores que se desarrollan en la Comunidad Valenciana tengan la pata social y ambiental, junto con la tecnológica, cubierta para poder generar una propuesta de valor. Es una vía de diferenciación que no tienen otras ciudades, otras regiones y nos permite ofrecer algo más dentro de un ecosistema global.
¿El cambio de modelo productivo valenciano iría ligar el triple impacto que están buscando? ¿Es lo que diferenciará al País Valencià del resto?
Es lo que puede diferenciar al País Valencià de otros territorios, sí. Sobre todo vamos a intentar que nuestras propuestas tecnológicas estén arraigadas en el sector tradicional para poder ayudarlo. Son dos acciones en las cuales estamos implicados todos, la Dirección general de industria, la Consellería de Innovación... es un objetivo global de toda la Generalitat. Por eso nosotros somos los que estamos abriendo el camino, para poder hacer también innovación social y distinguiéndonos por eso.
El proyecto 'Misiones Valencia 2030', que ha sido finalista en los iAwards, también va por esta línea...
Sí, Missions València lo está haciendo València para València pero ese tipo de proyecto es el que sirve para ser tractor del resto del país. Nosotros estamos trabajando en un Missions de toda la Comunidad Valenciana. No está dentro de ese programa, pero sí que es un desarrollo de proyectos de triple impacto en su core.
¿Se necesita mucha inversión, mucho dinero hablando en un lenguaje muy claro, para hacer ese cambio de modelo?
Esto es una opinión personal, pero inversión sí que se necesita, pero como articular esa inversión, no soy muy partidaria de vincularlo todo vía subvención, porque después la Administración pública lo ralentiza todo. Se necesitan recursos, pero tenemos que hacer que los recursos lleguen a la empresa lo más rápido posible y en ese sentido, tenemos que ver como lo podemos hacer. Estamos orientando toda nuestra actividad para el ámbito social porque entendemos que hay muchos recursos europeos que pueden venir a partir de aquí, pueden ser rápidamente aprovechables.
En el acuerdo Alcem-nos, aprobado unánimemente para superar los efectos del Covid, ¿qué papel tiene su departamento?
Nosotros el papel que hemos tenido es el de representar y hacer visible a la economía social. En ese sentido, el cooperativismo de mercado en la Comunidad Valenciana representa el 6,5% del PIB valenciano, son 2.500 empresas, y es una opción empresarial que está arraigada en el territorio y que comporta equilibrio de los socios y también del medio ambiente. Y por lo tanto, entendemos que es una de esas figuras que en la transformación es necesaria porque digitaliza, por su forma de desarrollo empresarial es una prioridad ponerlo en valor y empujarlo para crear muchas empresas que estén relacionadas con la economía social. Por otro lado también entendemos que la colaboración público-privada puede ser a través del cooperativismo, tiene que ser un socio preferente para la Administración, en el sentido que puedes apoyarte en él porque tiene los mismos principios de acción que tiene la acción pública. Y en ese sentido también estamos elaborando un plan de estímulo de la colaboración público-privada en la acción social, cultural y en los servicios educativos.
"El cooperativismo tiene que ser un socio preferente en la colaboración público-privada"
¿Las cooperativas han sufrido más o menos la crisis? ¿Tenían más recursos para superar el impacto del confinamiento?
El cooperativismo normalmente sufre en menor medida las crisis financieras porque tiene mayor flexibilidad para adaptarse a entornos más difíciles, los mismos trabajadores se pueden adaptar y es cierto que sufren menos las crisis y, en crisis como por ejemplo la del Covid, son una opción para poder mantener puestos de trabajo y el tejido productivo vivo. Nacen en momentos de grandes desigualdades para, a través del trabajo asociado, poder sobrevivir y poder acceder al bienestar que corresponde.
Las cooperativas agrarias tienen importancia en el País Valencià. ¿La industria valenciana también podría caminar hacia este modelo?
La industria es lo que menos tenemos desarrollado, pero también tenemos. Desarrollar el cooperativismo industrial es uno de los objetivos que tenemos en esta legislatura. El modelo del País Vasco es el referente, allí tiene una potencia y un nivel tractor enorme. Pero sí que hay el País Valencià servicios industriales, asociados... la parte agrícola es sólo una parte. La parte de consumo es muy importante, pero cooperativas de trabajo asociado es donde más cooperativas hay en el País Valencià. Ahora el hecho de consumir con responsabilidad está de moda pero esto forma parte de las cooperativas... La respuesta la tenemos 100 años atrás, cuando se creó el modelo cooperativo.
"Desarrollar el cooperativismo industrial es uno de los objetivos que tenemos en esta legislatura. El referente es el País Vasco"
Por último, ¿con qué se quedarían satisfecho en lo que queda de 2020? "Almenos hemos conseguido..."
El 2020 ha sido un año difícil pero ha sido un año de repensarlo todo. Ahora ya estamos en la última parte del año pensando en el 2021 y en cómo podemos ser útiles a la sociedad valenciana y al tejido empresarial valenciano. Vamos a poner en valor todo aquello que pensamos que podemos aportar y respecto a lo que hemos tenido que pasar este año, traumático, decir también que toda la cantidad de ayudas que teníamos las hemos agotado, hemos estado junto al sector escuchándolos directamente para saber qué modificaciones legislativas necesitaban, hablando con el Ministerio... Acabaremos con nuestras propuestas de futuro y a partir de aquí a ponerse codo con codo con el sector para hacer del ecosistema emprendedor valenciano una referencia y de la economía social y el cooperativismo una herramienta para poder tener un mayor equilibrio en nuestra sociedad. Esto que nos ha pasado o nos enseña la manera de hacer las cosas para enderezarlo o seguiremos haciendo las cosas mal, causando daños al planeta... tenemos que buscar un capitalismo más amable o... más consciente.