Barcelona cuenta con la tienda de Navidad más bonita del mundo. Un local de origen alemán con artículos navideños que enamora a los turistas y autóctonos de la capital catalana. Se llama Käthe Wohlfahrt, abrió en el 2019 y está en el corazón del barrio Gòtic. Dentro hay fumadores de incienso, velas, árboles de Navidad, figuras de Belén, tions, caganers y muchas figuras que delechan a los visitantes durante los 365 días del año. Pero... ¿Cómo sobrevive un comercio de productos navideños durante cada mes del año y a más de 40 grados en verano? Una historia curiosa, divertida y llena de confesiones.
Montse Escribano, responsable del local, confiesa a VIA Empresa que “durante las seis semanas previas a Navidad es cuando más ventas tenemos, pero que durante las oleadas de calor del verano cuentan con visitantes autóctonos e incluso internacionales, que aprovechan para comprar un detalle navideño”. Durante el año la plantilla está formada por ocho trabajadores y en las semanas previas a la natividad llegan hasta los 14 empleados, uno de los cuales es el famoso Papa Noel, que tiene un rol principal.
Inspirados por un mundo de juguetes tradicionales y contemporáneos, desde la tienda explican que los productos más vendidos son los fumadores de incienso, las pirámides, las bolas del árbol de Navidad y el cristal mojado. Y también un homenaje a Catalunya, con figuras como el caganer, un taxi de Barcelona y decoración inspirada en Gaudí. Las figuras made in Catalonia tienen un cartel en inglés con tradición y origen. Escribano apunta que los turistas internacionales no necesitan prestarle atención, ya que saben más cosas de Catalunya y cuando entran en la tienda rápidamente preguntan “where is the tió?” o “where is the caganer?”
Alemania del Este como origen
Käthe Wohlfahrt es una firma que nació en Alemania del Este, en una zona minera donde se hacía mucha artesanía de madera y que los habitantes de la parte occidental aprovechaban para comprar reiteradamente. El matrimonio fundador, Wilhelm y Käthe Wohlfahrt, vieron que poco a poco gustaba y apostaron por la venta de producto navideño e inauguraron oficialmente en 1964. "Muchos compradores eran soldados de Francia, Bélgica, Estados Unidos e Inglaterra, que después llevaban los productos a sus países de origen", apunta Escribano.
La organización se expandió a lo largo de los años y ya tiene presencia en un total de 12 ciudades de Alemania, Estados Unidos, Bélgica, Reino Unido y ahora Catalunya, con el objetivo de "transmitir lo que significa para ellos Navidad desde de una óptica bávara", sigue Escribano. Por el momento la empresa familiar ya va por la tercera generación.
Los trabajadores de Barcelona llevan el traje típico local de la zona teutona, cuentan con una ambientación de pueblo navideño y un enorme árbol de Navidad en el centro de 4,50 metros de altura, decorado por 1.250 adornos de cristal de colores. Como curiosidad, este clásico local albergó la mítica cestería Germanes García. El lema de la nueva responsable: "Hemos venido para quedarnos".