Si estáis atentos a las opiniones e inquietudes empresariales de los últimos años encontraréis siempre una constante que se repite en todos los sectores de actividad y profesión: la falta de mano de obra. El sector industrial encabezado por el metal, químico y textil, el sector de la construcción, los servicios o el comercio han alertado de que no encuentran ingenieros, médicos, enfermeras, carpinteros, pintores, mecánicos, químicos o informáticos, entre otros.
Todos los sectores compiten, sin saberlo, por encontrar a las personas que necesitan sin pensar que quizás los candidatos han optado por buscar empresas donde los salarios son más altos. Quizás busquen condiciones y ambiente de trabajo más satisfactorios. O también quieran realizar estancias en el extranjero o tal vez estos candidatos no existen, no han nacido, han abandonado los estudios o tienen más de 50 años o quizás viven en otros países y no pueden venir a trabajar con nosotros. Muchos "quizás" que no nos dejan ver el bosque.
¿Cómo es posible que el segundo país por la cola, por encima de Grecia, con un paro del 16%, campeón en abandono escolar y paro juvenil se encuentre en esta situación? Si escuchamos a los sindicatos, nos dirán que el problema es un mercado laboral muy precario con sueldos demasiado bajos acompañado de un modelo productivo de baja productividad. El turismo y los servicios de poco valor añadido tienen un peso demasiado elevado en nuestra economía y una formación profesional que debería tomar más vuelo.
Algunos empresarios atribuyen esta escasez de mano de obra, especialmente entre los jóvenes, a la poca voluntad de tomar compromisos con las empresas y de querer vivir un carpe diem laboral y vital que les aleja del mercado del trabajo. En definitiva, de una falta de valores sin entender qué valores tienen, pero quizás no son los nuestros.
El mercado laboral de primera mano
Después de muchos años analizando este fenómeno he llegado a algunas conclusiones que querría compartir con los lectores, pero ya adelanto que si llega al final del artículo sólo tendrá dos opciones: o bien le movilizan activamente para transformar la agenda política de prioridades o ya puede despedirse de encontrar los perfiles que necesita en muchos años.
En primer lugar, y probablemente el mayor de los problemas que sufrimos es el demográfico. Tenemos una tasa de reproducción de posguerra civil española. El número de criaturas nacidas en 2022 es el mismo que el número de personas de casi 80 años actual. Ni la llegada masiva de más de cinco millones de inmigrantes en los últimos 15 años fruto de incontables regularizaciones han podido corregir esta tendencia. Desgraciadamente, este fenómeno es europeo y compartido con el primer mundo, lo que cambia son las estrategias que realizan los países para resolverlo. Lo que debe quedar claro es que necesitaremos, sólo en Catalunya, 100.000 nuevos trabajadores al año para sustituir la actual fuerza de trabajo y en el 2021, por ejemplo, sólo han nacido 57.000 niños en el país.
Las causas de esta caída tan importante de natalidad deberíamos ir a buscarlas en la falta de políticas facilitadoras de la natalidad (guarderías, fiscalidad, jornadas y permisos maternales y paternales), una escasa conciliación familiar entre los miembros de la pareja, un cambio en los valores y modelos familiares de los jóvenes y un ascensor social que se ha roto dejándolos sin expectativas profesionales y económicas.
Todavía hay empresarios que no han entendido que la generación milenial y la generación Z son globales, con una fidelidad a las empresas, entidades y proveedores baja
En segundo lugar, hay que destacar la competencia global por el talento. Todavía hay empresarios que no han entendido que la generación milenial y la generación Z son globales, con una fidelidad a las empresas, entidades y proveedores baja (tienen sus CV de trabajo activados permanentemente) que no les importa viajar y que buscan máximo rendimiento con la mínima jornada. Siento decir que las condiciones laborales, económicas y fiscales de nuestro país no son las más atractivas para la mayoría de ellos y emigran con facilidad.
En tercer lugar, y yendo a las cifras de paro, ¿cómo puede haber ese desacoplamiento entre los datos del INE y lo que expresan las empresas? Una primera respuesta es que los datos oficiales no reflejan el paro real. Tenemos mucha gente inscrita para conseguir ventajas de todo tipo: prestaciones económicas, transporte municipal, acceso a las piscinas públicas y un largo etcétera que nos hinchan las cifras de paro con personas sin voluntad de trabajar en las ofertas de trabajo actuales, y un buen grueso de jóvenes sin trabajo que viendo cómo los servicios públicos de empleo sólo intermedian el 2% de los contratos se abstienen de registrarse.
Cómo podréis deducir con facilidad ¿cómo pueden hacerse buenas políticas públicas de empleo con registros desajustados que no reflejan la realidad del mercado laboral?
En cuarto lugar, tenemos un modelo de formación profesional dual poco desarrollado con demasiados abandonos escolares prematuros que condenarán a estos jóvenes a engrosar los colectivos de difícil inserción y en paralelo tenemos una bolsa de mayores de 45 años que han salido del sistema sin calificaciones ni certificaciones que subsiste con ayudas puntuales y en la economía sumergida. No podemos dejar atrás una parte importante de nuestro potencial laboral por cuestión de abandono, edad y calificación. Por dignidad personal y por necesidad de la economía es necesario recuperarlos.
Quejarse no hará crecer la natalidad ni encontrará el talento que necesitáis por generación espontánea
Finalmente y, en quinto lugar, cabe decir que la inmigración desordenada, ha paliado una parte del problema de la falta de mano de obra, pero el desajuste entre los perfiles demandados y los que nos llegan es considerable. Por eso su impacto en las cifras de paro es 3 puntos superiores al de los nacionales. Si quiere reír o morirse de pena, pulse el enlace del SEPE sobre las profesiones de difícil cobertura por parte de nuestro mercado laboral, es decir, los perfiles profesionales que deben tener los extranjeros que quieran venir a trabajar a Catalunya, que no ha cambiado en los últimos 13 años: futbolistas, entrenadores deportivos y personal de marinería, pero ninguno de los demandados por las empresas. Todo sea para que el "panem y circenses" no pare.
Soluciones
Ante este despropósito, empresarios, no esperáis encontrar el talento que necesitan por esta vía. ¿Qué hacer para encontrar los perfiles profesionales que necesitamos?
1. Generar, sin complejos, políticas de natalidad activando todas las palancas necesarias, ayudas, permisos, guarderías gratuitas. Hacer un país "babyfriendly".
2. Recuperar el contrato social perdido y el ascensor social a los jóvenes mediante una mejora de las rentas del trabajo vinculado al incremento de la productividad.
3. Incrementar la formación profesional dual lo antes posible y reducir el abandono escolar en la media europea, como mínimo.
4. Promover más activamente la formación continuada de los adultos y generar programas de cualificación y certificación profesional a los mayores de 45 años para reintroducirlos en el sistema laboral.
Generar, sin complejos, políticas de natalidad activando todas las palancas necesarias, ayudas, permisos, guarderías gratuitas. Hacer un país "babyfriendly"
5. Hacer políticas migratorias de selección en origen inteligentes, como hacen desde hace décadas muchos países para evitar regularizaciones masivas de personas. Vienen cientos de miles de inmigrantes sin contratos previos ni con las cualificaciones profesionales que nuestra economía necesita.
Fíjense que las propuestas 3 y 4 están en todos los programas electorales, pero nuestros políticos no abordan nunca la natalidad, ni la recuperación del ascensor social necesario ni la gestión de políticas migratorias por miedo al electorado, cuando son 80% de la solución del problema.
Empresarios, NO hay otra solución. Únase a nosotros para poner en la agenda de nuestros políticos estos temas imprescindibles para encontrar el talento que necesita y necesita. Quejarse no hará crecer la natalidad ni encontrará el talento que necesita para generación espontánea.