Los trabajadores de TUSGSAL (y de los NitBus): conductores y accionistas al mismo tiempo"

¿Qué papel pueden jugar en el futuro las empresas donde los trabajadores son a la vez propietarios?

Transportes Urbanos y Servicios Generales Sociedad Anónima Laboral (TUSGSAL) opera el servicio de transporte público de viajeros de autobús del Barcelonès Norte y parte del servicio nocturno de autobuses NitBus Transportes Urbanos y Servicios Generales Sociedad Anónima Laboral (TUSGSAL) opera el servicio de transporte público de viajeros de autobús del Barcelonès Norte y parte del servicio nocturno de autobuses NitBus

El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) es una administración pública del territorio conformada por 36 municipios. Se trata de la aglomeración metropolitana más importante del Mediterráneo occidental. No obstante, es una gran desconocida, aunque sus actividades son muy relevantes e impactan en el día a día de los 3,2 millones de personas que forman parte de ella. Territorio, vivienda, medio ambiente, desarrollo económico y movilidad son los grandes ejes con gestión mancomunada de los municipios metropolitanos.

En movilidad, los servicios metropolitanos transportan a más de 600 millones de viajeros al año en una red de metro y autobús. Este servicio lo llevan a cabo varias compañías de transporte (públicas y privadas) que operan bajo concesión administrativa.

Entre los servicios metropolitanos que prestan de forma indirecta empresas privadas, Transports Urbans i Serveis Generals Societat Anònima Laboral (TUSGSAL) opera el servicio de transporte público de viajeros en autobús del Barcelonès Nord y parte del servicio nocturno de autobuses NitBus.

El nacimiento de TUSGSAL se sitúa en 1985, cuando un centenar de trabajadores procedentes de la antigua TUSA constituyen empresarialmente un proyecto colectivo de economía social bajo la forma de sociedad anónima laboral, de forma que los trabajadores son a la vez accionistas de la empresa. Las sociedades laborales, que pueden ser limitadas o anónimas, son sociedades mercantiles donde la mayoría del capital está en manos de los trabajadores. En este sentido, podemos decir que se trata de un modelo empresarial primo hermano de las cooperativas de trabajo asociado que hace efectiva la democracia empresarial.

TUSGSAL es actualmente la sociedad más grande y matriz del grupo empresarial DIREXIS que tiene como misión “servir a la sociedad proponiendo una movilidad inclusiva, segura y respetuosa con el medio ambiente, basada en los valores éticos y de responsabilidad”. A través de sus filiales gestiona servicios de transporte terrestre de pasajeros, transporte de salud y servicios de consultoría en movilidad. De forma agregada se transportan 50 millones de viajeros, con una flota de 600 vehículos, dando servicio a un total de 500 municipios de Catalunya, Aragón, Castilla y León y Castilla-La Mancha con una plantilla de 1800 trabajadores y una facturación de 120 millones en el año 2023.

El director de la Cátedra de Economía Social del Tecnocampus-UPF, Eloi Serrano, es muy claro en el artículo titulado Reivindicando las sociedades laborales en el ejemplar de Temas para el debate – julio 2023 – dedicado a la democracia en la empresa:

“Las sociedades laborales tuvieron un fuerte desarrollo durante la década de los ochenta del siglo pasado. Esta fórmula empresarial se ideó en un contexto de crisis y reconversión industrial, y tenía un doble objetivo: por un lado, mantener los puestos de trabajo mediante una fórmula de democracia empresarial que dota la mayoría de la propiedad de la empresa a los propios trabajadores; y por otro, recompensar mediante la inferencia en la gestión y la captación de futuros beneficios, el esfuerzo que realiza el trabajador por mantener viva la empresa y no debilitar el tejido productivo del país”.

Pero, más allá del contexto en el que las sociedades laborales tuvieron su período de esplendor en la última parte del siglo XX, y del reconocimiento de éxitos tan relevantes como TUSGSAL, entre otros, cabe preguntarse qué papel pueden jugar en el futuro las empresas donde los trabajadores son a la vez propietarios.

¿Qué papel pueden jugar en el futuro las empresas en las que los trabajadores son a la vez propietarios?

Un camino por explorar es la transformación de empresas mercantiles en empresas de economía social (cooperativas y sociedades laborales). No es fácil ni es garantía de éxito, si como a menudo ocurre las empresas preexistentes se encuentran en dificultades. Sin embargo, con un buen observatorio y la antena puesta (en esto los sindicatos son claves) se pueden detectar y anticipar oportunidades. Recientemente hemos visto cómo la francesa DURALEX (una empresa emblemática, fabricante de vajillas que los que ya tenemos una edad recordamos porque eran los platos y vasos que poníamos en la mesa cada día y tenían fama de no romperse nunca) se ha transformado en cooperativa de producción. La alianza de los sindicatos franceses con las SCOP (las cooperativas obreras de producción) y las administraciones públicas ha hecho posible revivir este proyecto y mantener los 200 puestos de trabajo en la ciudad de Orleans.

Por otro lado, a menudo las necesidades de financiación para los nuevos proyectos o para hacer crecer los existentes superan la capacidad de generar recursos de la compañía. La promoción de nuevas sociedades laborales, pensando que su forma mercantil puede facilitar la participación de capital cuando sea necesario, tanto en fase inicial como posterior, puede ser atractiva como forma participada por los trabajadores y para la captación de capital externo.

Finalmente, más allá de la forma jurídica estricta de sociedad laboral, podemos hablar de sociedades participadas de aquellas compañías mercantiles que en mayor o menor grado incorporan a los trabajadores en el accionariado y en los consejos de administración. Precisamente, en 2018 los parlamentos del País Vasco y Navarra aprobaron (por unanimidad) una proposición de ley y moción, respectivamente, para impulsar un modelo inclusivo en las empresas de sus territorios y la confederación de sociedades laborales.

Desde esta última perspectiva, no es casualidad que la ley 44/2015, impulsada por LABORPART (Federación Empresarial de Sociedades Laborales y Participadas de España), se llame de Sociedades Laborales y Participadas. Y es que las sociedades participadas, en sus diversas manifestaciones, pueden tener un papel determinante porque responden a las necesidades de sostenibilidad empresarial.

Es por esto que, cuando cojáis el NitBus en Barcelona y saludéis al conductor, recordad que estáis hablando a la vez con un trabajador y accionista de TUSGSAL, una empresa con presente y cargada de futuro.

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