Tropiezos entre bancos

En el horizonte de la OPA no solo aparece un alargamiento inevitable de los plazos, sino que además las condiciones podrían ser difícilmente asumibles para el BBVA

El CEO de BBVA, Onur Genç | EP
El CEO de BBVA, Onur Genç | EP
Barcelona
16 de Noviembre de 2024

Hacía días que no dedicábamos unas líneas a analizar la evolución de la OPA del BBVA sobre el Sabadell, concretamente desde verano. En los ocho artículos anteriores de esta misma serie hemos ido desgranando todo lo que iba ocurriendo en el proceso de la OPA, aderezado con explicaciones colaterales que hemos considerado que aportaban valor para el lector. En este tiempo también hemos podido comprobar la intensa campaña de prensa que han llevado a cabo los dos bancos, especialmente el BBVA, para promocionar su marca y presentar su gestión como la mejor de las posibles. Quien tenga la costumbre de ver vídeos en la plataforma YouTube, habrá podido comprobar cómo muchos de los anuncios publicitarios son protagonizados por el banco vizcaíno.

La actualidad de la operación pasa por una decisión que acaba de tomar (acuerdo del 12 de noviembre) la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) referente a alargar el período de análisis de la operación para estudiarlo mejor, una acción que no ha gustado mucho en la sede del BBVA porque lo interpretan como una señal de que las condiciones que Competencia impondrá serán bastante más restrictivas de lo que les gustaría. Sin duda, un obstáculo a considerar. Que tienen la mosca detrás de la oreja lo prueban las declaraciones del consejero delegado del banco, el turco Onur Genç, que ha asegurado literalmente que “no dudaremos en retirarnos de la OPA si no hay creación de valor”, que traducido al lenguaje común significa que tirarán la toalla si las condiciones que les imponen reducen demasiado la rentabilidad esperada de la operación.

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Lo que ha dicho la comisión es que en este caso será necesaria una segunda fase de análisis, porque con la primera no ha sido suficiente. El comunicado del ente señala que “en vista de las circunstancias de la operación y su afectación potencial al mantenimiento de la competencia efectiva, la Sala de la Competencia ha resuelto, en aplicación del artículo 57.2.c) de la Ley 15/2007, de 3 de julio, de Defensa de la Competencia, profundizar en el análisis del expediente en la segunda fase del procedimiento”. A pesar de que se apresuran a explicar que “la apertura de la segunda fase no prejuzga las conclusiones definitivas que la CNMC pueda alcanzar en relación con la operación de concentración”, la interpretación que los implicados han hecho tiende a considerar la decisión como un obstáculo imprevisto para el buen desenlace de la OPA presentada. Esto es así porque en muchas fusiones anteriores, incluida la gigantesca de CaixaBank con Bankia, el proceso finalizó de manera positiva ya durante la primera fase.

En aquel caso, se produjo una aprobación rápida “con compromisos”, es decir, con una serie de condiciones que la nueva compañía resultante de la fusión debía comprometerse a cumplir para no dañar la competencia (unas medidas circunscritas a determinados segmentos de banca minorista, así como al parque de cajeros automáticos). El regulador explica que en la primera fase del procedimiento han llevado a cabo una investigación detallada sobre la situación de competencia en los mercados afectados y que en la segunda el objetivo es profundizar en el estudio de la operación.

El consejero delegado de la entidad vallesana, César González-Bueno Mayer Wittgenstein, ha asegurado públicamente que los clientes del Sabadell prefieren que el banco continúe manteniendo la independencia

En conclusión, en el horizonte de la OPA no solo aparece un alargamiento inevitable de los plazos, que podrían dilatarse hasta el próximo verano, sino que además, en caso de aprobarse, las condiciones podrían ser difícilmente asumibles por el BBVA según su rentabilidad esperada. En la otra trinchera, en el Sabadell, la decisión del regulador se ha recibido lógicamente con sentimientos opuestos y cercanos a la satisfacción. Además, el consejero delegado de la entidad catalana, César González-Bueno Mayer Wittgenstein, ha asegurado públicamente que los clientes del Sabadell prefieren que el banco continúe manteniendo la independencia. Aprovechando el inicio de la segunda fase, los responsables de la entidad catalana han remitido a la CNMC sus alegaciones a la OPA, una participación activa que en la primera fase no está permitida.

No hay duda de que este intento de compra del Sabadell por parte del BBVA pasará a la historia de las ofertas públicas de adquisición por su duración y por la intensidad con la que los participantes están luchando para hacer triunfar sus propósitos. También por la repercusión que tiene en los medios generalistas, una circunstancia poco habitual en este tipo de operaciones. Como decimos siempre, seguiremos atentos a todos los movimientos que se produzcan.