• Empresa
  • Universitat Oberta de Catalunya, enseñanza a distancia desde los inicios de internet

Universitat Oberta de Catalunya, enseñanza a distancia desde los inicios de internet

El centro llega a los 25 años de historia con un aumento de inscripciones en másteres y de créditos matriculados en los grados causado por la covid-19

El rector de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Josep A. Altiplanicie | Cedida
El rector de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Josep A. Altiplanicie | Cedida
Barcelona
09 de Noviembre de 2020

Cuando nació la UniversitatOberta de Catalunya (UOC) existían 2.400 páginas web; ahora, hay 1.700 millones. Los 25 años que han pasado desde que el Parlament impulsó el centro han hecho evolucionar rápido la tecnología en la UOC, pero el modelo pedagógico continúa siendo el mismo. No hay clases grabadas, se centra en la actividad del estudiante. El rector del centro, Josep A. Planell, reivindica este sistema y lo diferencia de la adaptación virtual que han tenido que hacer el resto de universidades con la llegada de la covid-19. La pandemia ha tenido, en parte, un efecto positivo en la UOC: los alumnos de grado se han matriculado este curso a más créditos de lo que es habitual y se han registrado más inscripciones en los estudios de máster.

"En la UOC, el estudiante trabaja a partir de recursos que le proporciona el profesor y en colaboración con otros alumnos a través del campus virtual", explica Planell. A pesar de que la tecnología es básica para el funcionamiento de este modelo, lo más importante es el sistema en sí, que permite una flexibilidad total al estudiante. Y es que el perfil de los alumnos es muy diferente al de las universidades presenciales: la mayoría tienen entre 25 y 40 años y estudian y trabajan a la vez. No hablamos, pues, de jóvenes de 18 años que vienen directos del instituto.

Mientras que la flexibilidad es la principal ventaja de la UOC, ¿cuáles son los inconvenientes que presenta la enseñanza 100% en linea? "Yo no veo ninguno", bromea Planell. El rector admite, sin embargo, que hay ciertas titulaciones que no pueden ofrecer porque requieren presencialidad: "No puedes hacer un laboratorio virtual, por lo tanto, no nos hemos ni planteado ofrecer biología, por ejemplo". La educación online "permite virtualizar aquello que se hace en el aula" y no las partes más empíricas. Lo que sí se hace presencial son las prácticas en las empresas, una vía para estar en contacto con el mundo laboral.

"Lo que han hecho las universidades presenciales es trasladar las clases físicas al vídeo; es un esfuerzo y tiene mérito porque han reaccionado rápido y bien, pero no es lo que hacemos nosotros", considera el rector de la UOC

"Nuestro estudiante normalmente ya trabaja, por lo tanto ofrecemos una formación que permite progresar profesionalmente o redirigir la carrera", explica Planell. Esta reinvención que proponen desde la UOC es especialmente relevante en tiempos de dificultades económicas, como el provocado por la covid-19. Algunos trabajadores han decidido completar su formación con un máster o cambiar de área con estudios de posgrado. Lo más habitual es que los alumnos de grado sólo se matriculen en mitad de créditos cada curso, puesto que suelen compatibilizar estudios y trabajo, pero el teletrabajo y los probables confinamientos los han animado a acelerar el ritmo y hacer más asignaturas este 2020/2021.

Si bien todas las universidades han tenido que aplicar un modelo digital debido a las restricciones de movilidad y otras medidas adaptadas para hacer frente a la pandemia, la UOC reivindica su papel diferenciado. "Lo que han hecho las universidades presenciales es trasladar las clases físicas al vídeo; es un esfuerzo que tiene mérito porque los centros han reaccionado rápido y bien, pero no es lo que hacemos nosotros", indica Planell.

Un modelo canadiense de universidad

¿La UOC es una universidad pública o privada? "Me gusta decir que es cuántica; en realidad, es pública y privada a la vez", explica el rector. La constitución del centro fue el 6 de abril de 1995 como fundación privada después de una votación en el Parlament en la que todos los grupos políticos apoyaron la iniciativa de crear un centro de formación universitaria en catalán a distancia. Esta dicotomía público-privada de los inicios se ha mantenido a lo largo de los años.

La seu central de la UOC a l'avinguda Tibidabo de Barcelona | Cedida

La sede central de la UOC en la avenida Tibidabo de Barcelona | Cedida

Por un lado, el patronato -que propone al rector- está formado por miembros del Govern, pero también por personas del ámbito privado. El presidente de la Generalitat es quien confirma el cargo y el rector rinde cuentas cada año en el Parlament. Cuando la universidad quiere comprar algo, lo tiene que hacer a través de concurso público y las cuentas de la UOC están sometidos a la Sindicatura de Comptes catalana y al Tribunal de Cuentas de Madrid. Los precios de sus estudios son de universidad pública, puesto que los fija el Govern, del cual reciben subvenciones.

Por otro lado, sin embargo, la gestión es privada, y esto incluye, por ejemplo, la contratación del personal. "No sé muy bien por qué se decidió así, quizás para tener una estructura más dinámica", se aventura Planell. Pero asegura que este modelo existe en otros países, como en Canadá o Austria. La UOC facturó el año pasado 120,4 millones de euros y cuenta con una plantilla de 478 profesores y 667 empleados en personal de gestión. De estos casi 500 docentes, 153 son investigadores a tiempo completo. La investigación es precisamente una de las apuestas de la universidad desde hace unos años.

La infraestructura de la UOC no es física: sólo hay que sustituir a los campus por tecnología

Desde 2015, las cifras en este ámbito se han casi duplicado: ahora tienen 50 grupos de investigación, más de 450 investigadores y dos centros de investigación propios. ¿Cómo han conseguido este crecimiento? "Básicamente, hemos aligerado la carga de los profesores para que tengan más tiempo para destinar a actividades de investigación", explica Planell. Los estudiantes matriculados para el curso 2020/2021 son 73.081. Tienen alumnos en 142 países diferentes, a pesar de que la mayoría son españoles que viven en el extranjero.

La infraestructura de la UOC no es física: sólo hay que sustituir a los campus por tecnología. Aún así, sí cuenta con varios edificios, entre los que destaca la sede central, situada en la avenida del Tibidabo de Barcelona. La inversión en tecnología es muy importante, puesto que "todo se hace a través de sistemas informáticos: la gestión academia, los procesos internos...", indica Planell. En este sentido, combinan dos tipos de soluciones, las que crean ellos mismos y otros softwares que compran a terceros. El rector reflexiona sobre el papel de la tecnología: "La educación online no puede depender de la artesanía de cada profesor que se grabe con su móvil". En los inicios de internet, cuando apareció la UOC, no había smartphones.