
La DO Cava vendió 218,1 millones de botellas durante el 2024, un 13,4% menos que el año anterior. El motivo principal de la caída es la falta de stock a causa de los efectos de la sequía. La caída de las ventas, sin embargo, no es proporcional a la bajada de la facturación, ya que el cava se ha revalorizado y las botellas se han vendido un 12% más caras que en 2023. Así, la facturación (2.200 millones de euros) ha caído solo un 4,2%. En cuanto a la intención de Donald Trump de aplicar aranceles del 200% a los vinos europeos, el presidente de la DO Cava, Javier Pagès, ha insistido en que tendrían “un fuerte impacto” pero se ha mostrado confiado en que “solo sean palabras gruesas que no se acaben cumpliendo”. Pagès ha hecho un llamado a “persistir” en el mercado norteamericano.
El Consejo Regulador ha atribuido directamente la caída de ventas a la “seria y continuada” sequía de los últimos tres años. En un encuentro-comida con la prensa, Javier Pagès ha señalado que el vino blanco y los espumosos son productos cada vez más consumidos en el ámbito mundial “pero el cava no puede participar de este auge tanto como desearía por falta de existencias”. “Las bodegas deben administrar bien su portafolio porque no hay botellas suficientes”, ha añadido.
De los 218,1 millones de botellas vendidas en 2024, 78 se quedaron en el mercado estatal -una tercera parte en Catalunya-. La caída es del 3,5%. Más acentuada es la disminución de las exportaciones, con un -18% y un total de 140 millones de botellas distribuidas. Las ventas en el extranjero continúan siendo mayoritarias, pero pierden representatividad: durante años eran el 70% de la actividad del Consejo Regulador y ahora se sitúan en el 64,2%.
Por países, Bélgica sigue siendo el principal comprador de cava, con 20,3 millones de botellas (-7,8%). Le siguen los Estados Unidos, con 18 millones (-4,58%) y el Reino Unido, con 15,7 millones (-11,66%). La caída de ventas más acentuada se registra en Alemania, donde se ha distribuido un 19,9% menos que en 2024, con un total de 11 millones de botellas. En cambio, entre los diez países que lideran las exportaciones hay tres donde han subido las ventas, con comportamientos diversos: Japón (+4,66%), Países Bajos (+3,96%) y Suecia (+0,02%).
Por categorías, la DO destaca el crecimiento del cava ecológico (+15,24%) y del cava de Guarda Superior de Paraje Calificado (+13,33%). Estos aumentos contrastan con la caída de toda la gama de productos: el cava de Guarda cae un 12,79%, el Reserva baja un 21,27% y el Rosado lo hace un 23,19%.
A pesar de la caída de las ventas en comparación con 2023, la facturación se ha resentido menos de lo que se podía esperar porque las botellas se han vendido un 12% más caras que un año atrás. La facturación final ha sido de 2.200 millones de euros, unos 100 menos que en 2023. “A veces las adversidades nos ayudan, y la sequía ha dado la oportunidad de seguir valorando nuestro producto”, ha destacado Pagès.
La caída de las ventas, sin embargo, no es proporcional a la bajada de la facturación, ya que el cava se ha revalorizado
Preguntado por si el impacto de la sequía aboca a la DO Cava a próximos años de descenso de ventas después de la reciente etapa ascendente, Pagès ha asegurado que los resultados de 2024 habrán sido el punto más bajo. Según el presidente del Consejo Regulador, a pesar de la falta de stock, el punto de partida de cara al 2025 permite esperar un ejercicio de pequeño repunte o bien de igualar ventas.
Teniendo en cuenta las lluvias de este año, ha augurado que la próxima vendimia será “de relativa tranquilidad”. Con todo, también ha advertido que previsiblemente volverá a haber episodios de sequía a medio plazo, de manera que ha instado a las bodegas a plantearse cambios estructurales, ya sea con la instalación de riego de apoyo, esponjando la densidad de las plantaciones o bien cultivando variedades que necesiten menos agua. Pagès ha pedido al sector que se adapte “para que la próxima sequía coja a todos más preparados”.