22
de Mayo
de
2013
Act.
07
de Abril
de
2015
Comentaba el economista Josep Maria Gay de Liébana en una entrevista a la revista B30 (precedente de VIAempresa) que siempre se escucha con atención todo el que dice el empresario Víctor Grifols, y mostraba la importancia de sus palabras aludiendo al conocido cable de Wikileaks que citaba a Grifols como la empresa clave a la economía española, según la Administración norteamericana. El que entonces se recibió con sorpresa, sólo dos años después se entiende mejor.
El fabricante de derivados del plasma disfruta de un estado de salud envidiado por el resto de empresas del Ibex-35 y no deja de ser noticia por su crecimiento. Los últimos movimientos se han producido en los últimos días, cuando en llena gira del alcalde Xavier Trias por los Estados Unidos, Víctor Grífols anunció una inversión de 104 millones de euros en la planta de la empresa a Los Ángeles y la compra de un 35% de la farmacéutica Aradigm.
Estrategia expansiva
Esta expansión constante es una de las claves en la estrategia de Víctor Grifols. El empresario llegó a la dirección de Grifols el 1982, y convirtió la empresa familiar que fundó su abuelo el 1940 en la multinacional que es ahora, fijando mucho su mirada en el mercado norteamericano.
La relación de Grifols con los Estados Unidos se remonta al 1968, cuando la empresa se asoció con la American Hospital Supply. Ya con Víctor Grifols a la dirección, la farmacéutica obtuvo las licencias para vender e instalarse. Su crecimiento se ha disparado con compras estratégicas como las de SeraCare o la de su principal competidor, Talecris, el 2010.
Controversia
Uno de los puntos culminantes por la empresa en la dirección de Víctor Grifols llegó el 2008, con la entrada a la Ibex-35. Si bien, el nuevo estatus no supuso cambios en la estrategia del grupo, sí que multiplicó su exposición mediática. Grifols es austero en palabras, pero contundente, y en los últimos años ha sido noticia para pedir que se retribuyeran las donaciones de sangre para que los parados tuvieran unos "ingresos extra" y, sobre todo, para advertir que no invertiría más en España si no cambiaban las cosas y se arreglaba "la maquinaria democrática del Estado, que está rota", dijo.
Estas declaraciones le costaron una llamada Marca España, que despachó enérgicamente. "Creo que ya he hecho un bien al sido fabricando mis productos y vendiéndolos por el mundo", declaraba Grifols a Tv3. Bastante que se puede permitir una respuesta así el responsable de una empresa que en el último año ha multiplicado por cinco sus beneficios, ha facturado más de 2.600 millones de euros y da trabajo además de 11.000 personas.
El fabricante de derivados del plasma disfruta de un estado de salud envidiado por el resto de empresas del Ibex-35 y no deja de ser noticia por su crecimiento. Los últimos movimientos se han producido en los últimos días, cuando en llena gira del alcalde Xavier Trias por los Estados Unidos, Víctor Grífols anunció una inversión de 104 millones de euros en la planta de la empresa a Los Ángeles y la compra de un 35% de la farmacéutica Aradigm.
Estrategia expansiva
Esta expansión constante es una de las claves en la estrategia de Víctor Grifols. El empresario llegó a la dirección de Grifols el 1982, y convirtió la empresa familiar que fundó su abuelo el 1940 en la multinacional que es ahora, fijando mucho su mirada en el mercado norteamericano.
La relación de Grifols con los Estados Unidos se remonta al 1968, cuando la empresa se asoció con la American Hospital Supply. Ya con Víctor Grifols a la dirección, la farmacéutica obtuvo las licencias para vender e instalarse. Su crecimiento se ha disparado con compras estratégicas como las de SeraCare o la de su principal competidor, Talecris, el 2010.
Controversia
Uno de los puntos culminantes por la empresa en la dirección de Víctor Grifols llegó el 2008, con la entrada a la Ibex-35. Si bien, el nuevo estatus no supuso cambios en la estrategia del grupo, sí que multiplicó su exposición mediática. Grifols es austero en palabras, pero contundente, y en los últimos años ha sido noticia para pedir que se retribuyeran las donaciones de sangre para que los parados tuvieran unos "ingresos extra" y, sobre todo, para advertir que no invertiría más en España si no cambiaban las cosas y se arreglaba "la maquinaria democrática del Estado, que está rota", dijo.
Estas declaraciones le costaron una llamada Marca España, que despachó enérgicamente. "Creo que ya he hecho un bien al sido fabricando mis productos y vendiéndolos por el mundo", declaraba Grifols a Tv3. Bastante que se puede permitir una respuesta así el responsable de una empresa que en el último año ha multiplicado por cinco sus beneficios, ha facturado más de 2.600 millones de euros y da trabajo además de 11.000 personas.